Advierten que estos son los 3 síntomas con los que jamás debes tomar ibuprofeno

El ibuprofeno es un medicamento ampliamente utilizado en todo el mundo, que ha demostrado ser una herramienta fundamental en el manejo del dolor y la inflamación. Desde su descubrimiento en la década de 1960, se ha convertido en un medicamento de venta libre y su accesibilidad y eficacia lo han convertido en un pilar en la medicina moderna.

Este fármaco es parte de una clase de medicamentos conocidos como antiinflamatorios no esteroides (AINE), que actúan reduciendo la producción de sustancias en el cuerpo que causan inflamación, dolor y fiebre. Esta versatilidad en su acción farmacológica lo hace útil en una amplia gama de condiciones, incluyendo dolor de cabeza, dolor menstrual, artritis, dolor de espalda, fiebre y otros.

Los AINE se encuentran entre los medicamentos más utilizados en el mundo, y más de 30 millones de personas los toman diariamente, escribieron los investigadores de un estudio de revisión publicado en la revista Pharmacology & Therapeutics.

El estudio realizado por investigadores de la Universidad Semmelweis revelaron que el consumo excesivo de AINE pueden causar disbiosis, un desequilibrio en la microbiota intestinal, trayendo consigo efectos secundarios perjudiciales para la salud y empeorar los síntomas de algunas enfermedades.

Y ahora, el Servicio Nacional de Salud de Gran Bretaña (NHS, su sigla en inglés) ha advertido que nunca hay que consumirlo si tiene alguno de estos tres síntomas. Si alguna vez ha notado alguno de estos efectos secundarios, debería considerar buscar un medicamento alternativo.

El NHS advierte que no debe tomar ibuprofeno por vía oral ni aplicarlo en la piel si experimenta alguno de los siguientes síntomas después de tomar el medicamento:

• Sibilancia
• Rinorrea
• Reacciones cutáneas como piel azulada.

Tampoco debe tomar ibuprofeno si ha tenido esos síntomas después de tomar otros AINE, como naproxeno o aspirina. Las mujeres embarazadas tampoco deben tomar ibuprofeno, a menos que se lo prescriba un médico.

La silibancia es según la Clínica Mayo un silbido agudo que se produce al respirar. Suele estar relacionado con dificultad para respirar. El silbido al respirar puede ocurrir durante la exhalación (espiración) o la inhalación (inspiración).

Un leve silbido al respirar, que ocurre junto con síntomas de resfrío o de infección de las vías respiratorias altas, no siempre requiere tratamiento.

Consulta con el médico si presentas silbido al respirar sin causa aparente, que vuelve a aparecer (recurrente) o que está acompañado de alguno de los signos y síntomas que se indican a continuación:

• Dificultad para respirar
• Respiración rápida
• Color levemente azulado en la piel

El goteo de la nariz es la secreción de líquido por la nariz. El líquido puede variar de ligero y claro a espeso y amarillo verdoso. Es posible que el líquido gotee o se expulse por la nariz o baje por la parte posterior de la garganta, o ambas. Si pasa por la parte posterior de la garganta, se llama goteo retronasal.

Al goteo de la nariz se lo conoce, generalmente, como rinorrea o rinitis. Sin embargo, estos términos son diferentes. Se habla de rinorrea cuando un líquido ligero, y en su mayoría claro, sale de la nariz. La rinitis involucra irritación e hinchazón dentro de la nariz.

La rinitis es la causa frecuente del goteo de la nariz. Cuando hay goteo de la nariz, esta también puede estar tapada, lo que se conoce como congestión nasal.

Cualquier cosa que irrite el interior de la nariz puede causar goteo de la nariz. Las infecciones, como resfriados, gripe o sinusitis, y las alergias a menudo causan goteo y congestión nasales. A algunas personas les gotea la nariz todo el tiempo sin motivo conocido. Esto se conoce como rinitis no alérgica o rinitis vasomotora.

Un pólipo, un objeto como un juguete pequeño atascado en la nariz o un tumor pueden hacer que la nariz gotee de un solo lado. A veces, los dolores de cabeza tipo migraña pueden producir goteo de la nariz.

La coloración azulada de la piel o de la membrana mucosa que generalmente se debe a la falta de oxígeno en la sangre. El término médico de esta afección es cianosis.

Además, el NHS advierte que el ibuprofeno tampoco se combina bien con algunos medicamentos. Por lo tanto, debe informar a su médico si está tomando alguno de estos medicamentos antes de comenzar a tomar cualquier tipo de ibuprofeno:

• Medicamentos que ayudan a prevenir los coágulos sanguíneos, como la warfarina.
• Analgésicos antiinflamatorios como aspirina, diclofenaco, ácido mefenámico o naproxeno.
• Medicamentos para la presión arterial alta
• Medicamentos esteroides como betametasona, dexametasona, hidrocortisona o prednisolona
• Antibióticos como ciprofloxacino, levofloxacino, moxifloxacino, norfloxacino u ofloxacino
• Antidepresivos como citalopram, fluoxetina, fluvoxamina, venlafaxina, paroxetina o sertralina
• Medicamentos para la diabetes como gliclazida, glimepirida, glipizida o tolbutamida.

El Dr. Zoltán Zádori, autor del estudio de la Universidad Semmelweis, dijo en un comunicado que se sabe desde hace mucho tiempo que el uso excesivo de medicamentos antiinflamatorios no esteroides puede alterar el equilibrio de la microbiota intestinal. “Ahora estamos buscando los mecanismos subyacentes, que sólo se conocen parcialmente”, afirmó

La microbiota intestinal desempeña un papel crucial en las diversas funciones fisiológicas y metabólicas del cuerpo, incluido el equilibrio de los niveles de azúcar y energía, ayudando al sistema inmunológico y regulando la sensibilidad y el movimiento de la pared intestinal.

Se estima que hay 39 billones de microorganismos dentro de cada uno de nosotros, y estos pequeños organismos y sus infinitas interacciones son fundamentales para la salud de nuestro sistema inmunológico, nuestra salud mental y muchas otras facetas de nuestro bienestar.

Tomar demasiados AINE pueden afectar al intestino delgado, provocando una inflamación leve apenas perceptible con síntomas como dolor abdominal, diarrea o anemia. En casos raros y graves, también puede provocar una perforación intestinal.

Los estudios han sugerido que el desequilibrio de la microbiota, ya sea por enfermedad, mala alimentación u otras causas, contribuyen a muchas enfermedades, incluido el síndrome del intestino irritable, trastornos hormonales, enfermedades cardiovasculares, autoinmunes y psiquiátricas, e incluso ayudan a que el cáncer se propague.