Aproximadamente seis litros de agua se van por el alcantarillado al lavarse las manos durante 30 segundos. Si multiplicamos esa suma por todas las veces que se abre la llave del lavamanos la cifra se multiplica varias veces por día.

Actualmente existen organizaciones que están preocupadas por esta situación, y buscan maneras de aprovechar el recurso hídrico lo que más se pueda. La reutilización de aguas grises ha comenzado a ser un tema de discusión en la teoría y en la práctica, sobre todo en localidades donde la escasez no es una preocupación del mañana, sino que de ahora.

Las aguas grises se definen como aquellas reutilizadas del uso doméstico. Se diferencian de las aguas negras en que estas últimas contienen materia fecal, y bacterias como la Escherichia Colli,  y por lo tanto no son aptas para su reciclaje. Sin embargo, las aguas descartadas de lavamanos, lavavajillas e incluso el agua utilizada para lavar ropa pueden ser utilizadas para riego de jardines, y en algunos casos para el riego de árboles y hortalizas.

[caption id="attachment_917288" align="alignnone" width="600"] El agua de lavamanos, por ejemplo, es considerada agua gris, que puede ser reutilizada.[/caption]

De acuerdo al Instituto de Recursos Mundiales, Chile está al borde de ser parte del grupo con mayor nivel de escasez hídrica del planeta. La necesidad de buscar formas de recolectar y aprovechar agua de distintas fuentes no convencionales se hace cada vez más imperativo para las comunidades más afectadas por la sequía.

El geógrafo y creador de la Fundación Un Alto en el Desierto, Nicolás Schneider, cuenta su experiencia de instalar recicladores de aguas grises en escuelas públicas de la Región de Coquimbo. "Actualmente tenemos 70 lavamanos conectados a colectores de aguas grises en 15 colegios de la región. Todos los días se recuperan más de 5.000 litros de aguas que han servido para el riego de los jardines de cada lugar", añade.

Dificultades en el papel

En febrero de 2018 se publicó en Chile la ley N° 21.075 que regula la Recolección, Reutilización y Disposición de Aguas Grises. El reglamento fue presentado a la Controlaría General de la República el año pasado, siendo devuelto con observaciones. La Fundación Un alto en el Desierto y la Fundación Pro Bono realizó un análisis técnico a la propuesta de normativa.

A través del trabajo en conjunto con los estudios jurídicos Guerrero Olivos, Rivadeneira Colombara Zegers, Barros & Errázuriz y Vergara Galindo Correa, la Fundación Pro Bono diagnosticó que el proyecto redactado por el Ministerio de Salud apunta principalmente a una instancia de connotación sanitaria y no social.

La normativa, critican, fue pensada con estándares que impiden que se pueda reutilizar aguas grises a nivel doméstico, o en zonas rurales y vulnerables.

La normativa propuesta por el Ministerio de Salud establece que la reutilización de aguas grises podría ser usada para la recarga de inodoros, riego de jardines ornamentales y para el uso industrial. No sería apta para el riego de hortalizas ni para la producción de agua potable.

Además, establecen límites en la cantidad de componentes y turbiedad que pueda tener las aguas grises para su recolección. Por ejemplo, las aguas grises utilizada para riego deberían tener una cantidad de entre 0,2 y 5 miligramos de cloro libre residual por litro de agua, y su Demanda biológica de oxígeno (DBO5) -o la cantidad de oxígeno que pueden consumir las bacterias en el medio durante cinco días- no puede superar los 70 miligramos por litro.

En este punto, el ingeniero de suelos y experto en tratamiento de aguas del Departamento Ciencias Ambientales y Recursos Naturales de la Universidad de Chile, Luis González, hace hincapié en las complicaciones que conllevan reutilizar aguas grises si su composición no es medible y estandarizada. "Imagino que no todos los días se puede tener la misma seguridad de lo que se está recolectando. Hay días que se podría arrojar mayor cantidad de detergente, u algún otro químico que aumente la dureza del agua. También podría contener metales que luego pasarían a contaminar las napas subterráneas", explica el académico.

Por otro lado, la propuesta de normativa tampoco detalla cómo se llevaría a cabo la regulación de los sistemas de recolección que ya se encuentran operativos en distintas zonas del país.

Entre otras cosas, el reglamento propone también que las aguas grises deban ser conducidas a través de tuberías de color morado. Actualmente no existe ese tipo de cañería en el mercado, y no es posible garantizar su calidad al pintarlas de forma manual.

"Es bueno que se reglamente la reutilización, ya que actualmente nos manejamos con un proyecto borrador, pero es bueno también que esta norma esté aplicada a lo que se hace al terreno. Un proyecto que esté hecho por vecinos, por ejemplo, no podría llevarse a cabo legalmente", destaca Nicolás Schneider. El uso y las nuevas formas de reutilizar recursos hídricos son parte de una nueva cultura del cuidado del agua.

Al cierre de esta nota, no fue posible conocer la postura del Ministerio de Salud acerca de este proyecto.