Al borde de la extinción: el dramático destino de la especie chilena que emocionó a Leonardo DiCaprio
“Es probable que la población se extinga en la naturaleza", dice Claudio Azat, quien desde hace años lucha por salvarla. Otras 10 especies en el altiplano chileno también se ven amenazadas.
A mediados de 2019, los ojos del mundo estuvieron en el norte de Chile, tras una publicación compartida por el actor Leonardo DiCaprio. Se trataba de un mensaje de apoyo a la campaña para rescatar a la ranita del Loa, una especie microendémica que habitaba sólo en un estero de este río en Calama, en el sector de Las Cascadas.
Debido al deterioro de su hábitat, la población de este anfibio se vio drásticamente reducida y se encontraba en peligro crítico de extinción. En el momento del rescate sólo fueron encontrados 14 de estos anfibios con vida, en grave estado de desnutrición. Pero gracias a esta campaña, liderada por científicos chilenos, las ranitas lograron ser trasladadas desde Calama al Zoológico Metropolitano en Santiago para su recuperación.
Esta primera parte de la historia tuvo un final feliz: las ranitas lograron sobrevivir y reproducirse, saliendo del estado crítico en el que se encontraban. En octubre de 2020, DiCaprio compartió en sus redes sociales la noticia de que 200 renacuajos de la ranita del Loa nacieron en el Parque Metropolitano. “Gracias a este increíble equipo de especialistas, estos animales se encuentras saludables y en reproducción, lo que es esencial para la supervivencia y la conservación de las especies”, comentó el actor en Instagram, felicitando al equipo de Parquemet.
Al borde de la extinción: el dramático destino de especie chilena que emocionó a Leonardo DiCaprio
Sin embargo, el destino de esta especie hoy es incierto, debido que el estero en el que solían habitar no se encuentra en condiciones adecuadas para recibir a las ranitas que crecieron en el Parquemet y hoy ya están en edad adulta. El agua presente en esta zona “no es suficiente para darle sustento a una poblacion saludable de la especie”, explica el doctor Claudio Azat, director del Centro de Investigación para la Sustentabilidad de la U. Andrés Bello y presidente regional del grupo de especialistas de anfibios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
“Es probable que la población se extinga en la naturaleza y que no podamos reintroducirla a su hábitat. Por lo menos a corto o mediano plazo no se ve que esta situación cambie”, alerta el especialista.
El doctor Marco Méndez, académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile e investigador asociado Capes-UC, explica que “recuperar un hábitat es muy complejo, nunca volverá a ser como antes debido a que las condiciones del agua no son las mismas”.
Buscar un estero con propiedades similares también ha sido una tarea compleja para los investigadores. En 2020, cerca de 50 ejemplares de la Ranita del Loa fueron relocalizados en Ojos de Opache, un sector ubicado a seis kilómetros del hábitat natural de este anfibio. Fueron rastreados mediante microchips, pero luego de un tiempo se volvieron ilocalizables, por lo que intuyen que estas ranitas no sobrevivieron.
Más especies en peligro
De acuerdo al doctor Azat, desde que fue descubierta la ranita del Loa (Telmatobius dankoi) en 1999, se supo que su hábitat era muy reducido. Toda la población de esta especie se encontraba en un estero de no mas de 2 kilómetros de extensión, y donde ya había muy poca agua. Estas ranas andinas viven a grandes alturas y en lugares de difícil acceso humano, por lo que el monitoreo fue complejo debido a las grandes distancias y la falta de recursos.
Hasta la fecha se han registrado 63 especies distintas de esta familia de anfibios en el altiplano de América del Sur, en Perú, Bolivia, Argentina y Ecuador, aunque en este último país ya fueron declaradas extintas. En Chile habitan 10 tipos de Telmatobius, familiares de la Ranita del Loa, y todas corren el mismo riesgo debido a que son 100% acuáticas. Por las características propias de esta especie, lo más probable es que si su hábitat se seca, las ranitas mueren con él, explica el doctor Azat.
Por ello, la conservación de esta especie en el Zoológico Metropolitano ha sido fundamental para preservar la especie. “Este era un caso muy extremo en el que si no actuábamos rápido la especie se perdía para siempre. El trabajo del zoológico ha sido increíble en este sentido”, comenta.
Los especialistas agregan que el estudio y conservación de estas especies es compleja debido a los derechos de agua de los esteros en los que habitan, por lo que deben conseguir una serie de permisos legales antes de acceder a uno de estos cuerpos de agua para monitorear el estado de los anfibios. Además, el doctor Méndez advierte que los recursos necesarios para la investigación y conservación de la biodiversidad también son reducidos, aunque han recibido fondos por parte de gobiernos regionales y universidades para estas acciones.
¿Destrucción o deterioro?
Si en 2016 el Ministerio de Medioambiente estimaba la presencia de más de 600 ranitas del Loa en su hábitat natural, en 2019 la situación ya era crítica, con menos de 20 individuos en total. El doctor Azat explica que la fauna del río Loa siempre ha tenido que convivir con “la agricultura, la ganadería y los mismos asentamientos humanos donde el agua es tan escasa para consumo directo o indirecto. Se ocupan los cuerpos de agua donde habitan estas ranas y se produce un conflicto”.
Sin embargo, aunque aún se encuentra en investigación, los especialistas concuerdan en que la biodiversidad de esta zona se ha visto afectada por la llegada de las empresas mineras. La presencia de cobre y de litio en este sectores cercanos al Loa ha traído consigo el uso de maquinarias requieren obtener agua desde las napas subterráneas, explica el doctor Azat, secando tanto el río principal como los esteros que lo rodean.
“Las actividades extractivistas clásicas que necesitan extraer grandes cantidades de agua donde no la hay (...) Aunque se han planteado con una narrativa sustentable, no lo ha sido hasta el día de hoy. Siguen ocupando agua dulce para estos procesos”, comenta el profesional.
El doctor Méndez advierte que las proyecciones sobre la minería del Litio también pueden generar un conflicto importante en el futuro. Esto sumado al aumento progresivo del calentamiento global, lleva a un panorama poco favorable para los hábitat de esta y otras especies.
Anfibios y cambio climático
En su reciente charla en el Congreso Futuro, el doctor Claudio Azat explicó ante el público que los anfibios son uno de los grupos más afectados por los efectos del cambio climático ya que son extremadamente sensibles a los cambios de temperatura en su hábitat. “Estamos viviendo una extinción masiva de especies y los anfibios son los más afectados dentro de la biodiversidad”, advierte el especialista de la Unidad Internacional de la Conservación de la Naturaleza.
Un informe de la UICN alerta que más de el 50% de las especies de anfibios en el mundo se encuentran en extinción, y en Chile, casi el 70% se encuentra en estado de amenaza.
No solo el género Telmatobius, también otras especies de anfibios se encuentran en peligro de extinción en Chile. Una de ellas es la ranita de Darwin, con algunas de sus variables en estado de posible extinción, ya que no han sido vistas en décadas. También el sapo de pecho espinoso de Castillana, que habita a pocos metros de Santiago, y su hábitat se ha visto amenazado principalmente por los incendios forestales.
“Para la gente de Calama, la ranita del Loa es su rana. Hay murales, la gente le tiene mucho cariño”, comenta el doctor Méndez. En su perspectiva, lo más importante es concientizar sobre la presencia de esta y otras especies en el altiplano, y advertir sobre los problemas a los que se enfrentan. “El desierto no es desierto, está lleno de vida milenaria. El progreso tecnológico que trae el cobre, el litio, los salares, deben dialogar con cómo afecta al medioambiente”, dice el profesional.
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