Alerta silenciosa: revelan sobrepoblación de una especie en el fondo marino chileno

Con el apoyo financiero del Gobierno Regional de Valparaíso, el Centro de Investigación Marina de Quintay (CIMARQ), perteneciente a la Universidad Andrés Bello, se encuentra realizando un importante estudio que busca obtener un serie de resultados respecto a un fenómeno todavía poco difundido, pero muy relevante en relación a las economías pesqueras locales y para algunos ecosistemas: una alta sobrepoblación de erizos negros de mar.

Una amenaza que los científicos califican de compleja y multifactorial, porque la unen a otras situaciones como son el cambio climático, que implica un aumento de la temperatura del mar, la sobrepesca, la caza o pesca de depredadores naturales (como langostas, nutrias marinas, estrellas de mar y aves marinas), e incluso un incremento anormal en la capacidad reproductiva de esta especie.

Pero, ¿Qué puede ocasionar esta elevada densidad de erizos en Chile y en el mundo respecto a las otras especies que habitan o se alimentan en los fondos marinos continentales e insulares? En primer lugar, que sean eliminadas amplias zonas de vida que forman parte de la dieta habitual de otros habitantes del fondo marino, modificando y empobreciendo de manera grave los actuales ecosistemas.

Los investigadores hablan de un “sobrepastoreo” (overgrazing en inglés), lo que significa un consumo de la vida marina que se realiza en un tiempo prolongado, de manera indiscriminada y sin dar tiempo de recuperación a algunas especies. En este sentido, se trata del mismo daño ecológico que ocurre en la superficie de la tierra.

“Los objetivos principales de este componente fueron principalmente levantar información existente de los erizos que intervienen en los fondos blanqueados de la región de Valparaíso y mejorar, a través de nuevas metodologías, las evaluaciones de erizos a mediana escala, utilizando videos submarinos e IA”, cuenta la doctora Claudia Navarrete Taito, quien dirige el equipo del CIMARQ, que trabaja en este componente del programa regional de Transferencia de Desarrollo Productivo y Gestión Sustentable de la Pesca Artesanal, mediante Repoblamiento y APERV.

“Estas evaluaciones permitirán obtener información de abundancia y densidad de erizos negros en las zonas de estudio, insumo para los monitoreos en el tiempo y en el caso de los erizos comestibles (rojos), como es el caso del archipiélago de Juan Fernández, posiblemente permitirá estimar su producción en las zonas estudiadas”, agrega Navarrete, junto con destacar que en las 3 islas del archipiélago, Robinson Crusoe, Santa Clara y Alejandro Selkirk, han logrado excelentes resultados.

Pero la investigadora sostiene que también se estudian distintos posibles usos para los erizos negros no comestibles de forma directa, lo que daría valor en un desarrollo futuro a los erizos sobrepoblados en los fondos marinos.

Cabe destacar que el programa , cuyo director es el doctor Juan Manuel Estrada, además se encuentra trabajando en Rapa Nui y en la bahía de Quintay, en donde han tenido la colaboración de los pescadores artesanales (STIPA). En territorio insular, las labores también han contado con el apoyo del Consejo del Mar de las Áreas Marinas protegidas de Rapa Nui y del Archipiélago de Juan Fernández.

Respecto de los resultados preliminares del programa regional que se ha desarrollado desde el 2023 al 2025, Navarrete comparte varias conclusiones. Una de ellas es que gracias al uso de la tecnología se ha conseguido un modelo a escala real demostrado en ambiente real, es decir, con pruebas realizadas en un entorno relevante, lo que permitirá validar los próximos pasos hacia su implementación.

Este desarrollo experimental emplea técnicas de fotogrametría submarina para generar modelos tridimensionales inmersivos de los entornos marinos. Y estos modelos permiten la visualización y exploración detallada, facilitando el conteo de erizos de mar a través de métodos avanzados de detección, como la selección basada en color y forma, el uso de visión artificial, y el aprendizaje automático (IA), entre otros. Todas estas técnicas permiten una identificación en su hábitat natural.

La localización, el conteo y la medición de la densidad de los erizos se logra mediante el uso videos submarinos en polígonos seleccionados para este estudio, los recorridos se realizan bajo el agua para estudiar la diversidad marina.

Este enfoque es clave para la conservación de especies y la evaluación del impacto del cambio climático en los ecosistemas marinos. “La evaluación de los polígonos de estudio permiten obtener datos precisos sobre la abundancia y densidad de los erizos, lo que facilita la implementación de estrategias de gestión y conservación en función de los cambios observados en el entorno marino”, explica Navarrete.

Se han realizado pruebas en Quintay, la isla Rapa Nui y el archipiélago Juan Fernández, donde buzos capturaron videos utilizando una cámara submarina durante recorridos controlados. Posteriormente, estos videos fueron procesados mediante software especializado y algoritmos de fotogrametría para generar ortomosaicos 3D.

Estos modelos permitieron identificar visualmente los erizos negros, observándose adheridos a las rocas tanto en las superficies laterales como en la parte superior. A diferencia de las imágenes tradicionales de vista superior, los modelos 3D proporcionaron una visión más completa, permitiendo la identificación de erizos en áreas interiores y laterales del relieve rocoso.