Hoy las UCI pediátricas de clínicas y hospitales están llenas, pero no de pacientes afectados de Covid-19. Ahora es el virus respiratorio sincicial (VRS) el que está afectando, sobre todo, a los lactantes.
Y es que a diferencia del año pasado, cuando en el invierno prácticamente no circuló ningún virus respiratorio, en las últimas seis semanas la situación cambió y junto con el VRS, ha aumentado la circulación de adenovirus, para influenza, rinovirus y otros patógenos que antes de la pandemia, eran considerados los típicos de invierno.
Según el último Informe de Circulación de Virus Respiratorios que realiza el Instituto de Salud Pública de Chile (ISP) y publicado la semana pasada, en la semana epidemiológia Nº 33 se analizaron 822 casos para virus respiratorios y de estas muestras, el 14,8% fueron positivas en su mayoría para virus sincicial (89,4%), seguidas por adenovirus (4,9%) y parainfluenza (4,9%). Así, en total durante toda la temporada los virus que más se han detectado son el VRS (70%), adenovirus (19%), parainfluenza (9%) y metapneumovirus (2%), afectando sobre todo a los menores de un año de edad.
El Laboratorio de Infectología y Virología Molecular del Centro de Investigaciones Médicas de la Escuela de Medicina de la Universidad Católica, muestra un panorama similar. Desde el 9 al 15 de agosto de este año, y con la información de dos centros centinelas, señala que las consultas por síndromes respiratorios se mantienen bajas, la circulación de Sars-CoV-2 se mantuvo estable y baja durante esta semana al igual que la positividad, mientras que la circulación de los virus tradicionales sigue aumentando a costa casi exclusivamente de VRS, “encontrándonos en un brote”. Este último es el virus predominante luego de rino/enterovirus.
“La pandemia lo ha cambiado todo”, reconoce la doctora Cristina Pierry, broncopulmonar infantil de Clínica Alemana. “Habitualmente, el virus respiratorio sincicial aparecía en mayo, junio y disminuía en julio cuando los niños salían de vacaciones de invierno. Hoy día esa circulación se aplazó. En la clínica, el 80% de la UCI pediátrica está con niños de menos de tres meses, intubados. Tenemos 20 ingresos diarios solo de pacientes con VRS, la que pasó, ha sido la peor semana del año, pero no sabemos si seguirá aumentando. Esperamos que las vacaciones de septiembre, sean como las de julio o que las temperaturas más cálidas ayuden a que el VRS comience a bajar”, dice.
Cecilia Perret, infectóloga pediatra de la Red Salud UC Christus y académica de la Escuela de Medicina de la UC explica que hace seis o cuatro semanas comenzó a aparecer discretamente el virus sincicial y ya, en las últimas tres semanas han visto un incremento importante y significativo. “Estamos en un brote, en ascenso y no sabemos como se siga comportante, si seguira subiendo o se mantenderá, pero probablemente no sea de la misma magnitud que teníamos con VRS antes de la pandemia”.
La pediatra de Clínica Bupa Santiago, Esperanza García, señala que en general, los virus respiratorios del invierno suelen causar infecciones “casi siempre banales, caracterizadas por fiebre bajas, tos y congestión nasal, síntomas que son típicos del resfriado común”.
“Este año, desde aproximadamente hace cinco semanas, hemos visto una marcada preponderancia de casos de infecciones respiratorias causadas por el virus sincicial respiratorio y en general, al igual que con los otros virus, la gran mayoría de los pacientes pediátricos cursan con un cuadro típico de resfriado común. El virus sincicial respiratorio es más preocupante en niños pequeños, especialmente en menores de seis meses, en quienes puede ocasionar cuadros de bronquiolitis y de bronquitis que se caracterizan por generar dificultad respiratoria, de manera que a menudo estos niños suelen requerir hospitalización para recibir tratamiento”, indica García.
Razones
Menos encierro, más movilidad y el ingreso de los niños colegios, jardines y salas cunas están a la base de la explicación de este aumento de circulación de virus respiratorios típicos en invierno.
Yassna Kiessling, pediatra de la Unidad de Urgencia de la Clínica Universidad de los Andes, cree la mezcla de días fríos, los altos índices de contaminación y la actividad de los niños en los colegios explican la actual situación. “Es probable que aun no lleguemos al peak de infecciones. Tampoco sabemos qué pasará con Delta, porque los niños no han recibido vacunas contra Covid. Es un poco impredecible”, indica.
Lo importante es que las personas consulten en casos de tos y moco y si “hay signo de dificultad respiratoria, si los niños hunden las costillas al respirar, si tiene los labios azules o morados, si hay silbido, deben consultar a urgencia”, señala Kiessling. “Los niños recién nacidos, menores de tres meses, prematuros, con diagnóstico de displasia broncolpulmonar, cardiopatías congénitas, son un grupo de riesgo”, agrega.
También es probable dice la doctora Kiessling que este año, el virus sincicial también afecte a menores un poco más grandes porque al estar encerrados por la pandemia, los niños por ejemplo de dos años, no han estado en contacto con otros niños por lo que probable que no hayan estado en contacto con VRS. En ellos, el cuadro no debiera ser tan grave como en los niños menores.
“Lo más probable es que en este año, el confinamiento ha sido menor. El año pasado en invierno tuvimos muchos periodos de cuarentena, colegios y jardines cerrados y sabemos que para el VRS y la influenza, los colegios y salas cuna son un punto importante de transmisión”, indica Perret.
En los años anteriores a la pandemia lo habitual era que el VRS comenzara a circular en mayo, teniendo su peak en julio. Cuando comenzaba a bajar su presencia, aparecía entonces, el virus influenza. “En una situación de invierno normal, sin pandemia, a fines de agosto ya no estaríamos con virus sincicial. Ha coincidido con la apertura y la movilidad de las personas”, señala la especialista de la UC.
¿VRS, Covid u otro virus?
Lamentablemente y sobre todo cuando se trata de niños pequeños, es muy difícil saber desde el punto de vista clínico si los síntomas que presenta el menor corresponden a Covid-19 o a otro patógeno respiratorio presente en el ambiente.
“Clínicamente, no hay nada que permite descartar si es uno u otro virus. En los lactantes pequeños es un poco más fácil identificar, porque el VRS se manifiesta con compromiso de bronquios y obstrucción bronquial, mientras que el virus Sars-CoV-2, no produce tanto compromiso bronquial. En la actual situación epidemiológica, es importante que las personas adultos y niños que tienen síntomas respiratorios, puedan descartar. Es la única forma que en este momento, podemos saber qué ocurre. Se nos podrían estar pasando casos Covid sin detectar”, indica la doctora Perret.
En la misma línea, la doctora García explica que en la mayoría de los casos es difícil distinguir el cuadro clínico ocasionado por Covid-19 de aquel que está causado por los virus respiratorios típicos del otoño y el invierno. “En general en más del 95% de los casos todos estos virus, incluido el Covid-19, causan un cuadro respiratorio banal semejante al resfriado común que suele cursar sin complicaciones. Así, en la práctica, sin realizar exámenes de ningún tipo, suelen ser prácticamente indistinguibles entre sí. Hay algunas excepciones, como los pacientes con Covid-19 grave, quienes presentan fiebre muy alta, persistente, y además se suele acompañar de manifestaciones clínicas que no vemos en las infecciones de virus invernales típicos, como erupciones cutáneas, aumento de tamaño significativo de los ganglios linfáticos y deterioro marcado del estado general. Estos pacientes suelen requerir hospitalización desde tempranas horas de iniciado el cuadro clínico, a diferencia de las infecciones causadas por virus típicos.
Temporada de alergias
Aunque aún faltan algunas semanas para la primavera, la temporada de alergias ya se inició. Congestión nasal, estornudos, picor de garganta (no dolor al tragar) son parte de los síntomas. Sin fiebre, sin tos y sin dolor de garganta, estos síntomas podrían confundirse con un cuadro respiratorio provocado por virus, incluido Sars-CoV-2, pero hay algunas diferencias que pueden ayudar a diferenciar.
Ronald Reid, especialista en enfermedades respiratorias del Programa de Alergias de Clínica Universidad de los Andes, explica que para quienes saben que son alérgicos, lo principal es evitar el contacto con los alérgenos a los que se les tiene alergia. Sólo así se puede tratar de prevenir la reacción alérgica.
Como recomendación, Reid indica que se debe evitar estar al aire libre en las mañanas, que es cuando hay más liberación de pólenes. Al estar al aire libre, utilizar anteojos de sol, los que, al ser una barrera, pueden ayudar a disminuir algo la exposición a los alérgenos. De preferencia, hay que ventilar las casas a primera hora de la mañana, que es el periodo en que hay menos alérgenos circulando y hacerlo por periodos cortos. Si se es alérgico al pasto, evitar estar presente cuando este sea cortado, ya que se libera polen en grandes cantidades.
Además, el doctor Reid, indica que las personas alérgicas debieran realizarse un prick test o test cutáneo para saber a qué se le tiene alergia y así evitar exponerse a ello y al mismo tiempo, comenzar el tratamiento médico en agosto para llegar bien preparado a las épocas de peak de alérgenos. Si utiiza medicamentos antihistamínicos indicados por el médico tratante a diario, éstos deben ser utilizados en forma regular para evitar la cascada inflamatoria que produce la alergia.