El coqueluche, también conocido como tos ferina o tos convulsiva, es una enfermedad infecciosa respiratoria altamente contagiosa, causada por la bacteria Bordetella pertussis.
El Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) informó que, durante el año 2023 y hasta abril de 2024, los países de Europa han notificado casi 60.000 casos de tos ferina, lo que representa diez veces más casos que en 2022 y 2021.
En cuanto a fallecidos, entre 2011-2022, se notificaron 103 muertes, de las cuales el 67% fueron lactantes y 24% adultos de 60 años o más. En el periodo comprendido entre enero 2023 y abril 2024, se han notificado un total de 19 muertes: 11 en lactantes y ocho en adultos mayores.
El Dr. Alexis Kalergis, director del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia (IMII), explica todo lo que hay que saber de esta enfermedad y la gran relevancia del plan de vacunación.
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Según Kalergis, la herramienta más efectiva y duradera que tiene la humanidad para prevenir enfermedades infecciosas es la vacunación. La tos ferina no es una excepción, de hecho, es una enfermedad que se ha mantenido controlada por muchas décadas gracias a la amplia y robusta cobertura de la vacunación.
Por ende, dice que cualquier medida o movimiento que esté en contra de la utilización de las vacunas generará con ello, la pérdida de la inmunidad colectiva o de rebaño, propenderá a una mayor circulación viral y por lo tanto a la aparición de nuevos brotes de la enfermedad, sobre todo en aquella porción de la población que carece de la inmunidad otorgada por la vacunación.
Asegura que el aumento de casos en Europa podría deberse a la disminución de la vacunación en algunos grupos de personas, sin embargo, dice que no hay que descartar otros factores, por lo que es importante que se refuercen las investigaciones para determinar los factores más importantes, como, por ejemplo, posibles variaciones en cepas circulantes de la bacteria que causa la enfermedad lo que podría significar en la necesidad de actualizar las vacunas actualmente existentes.
Según el ECDC, este repunte de casos tiene su explicación debido a unos años de circulación limitada en Europa, en particular durante la pandemia de Covid-19. Además, el cuadro epidemiológico puede atribuirse también a la presencia de individuos no vacunados o vacunados al día y la disminución de la inmunidad.
La vacunación de tos ferina está dentro del plan nacional de vacunación ¿Una persona vacunada igual puede tener coqueluche?
El Programa Nacional de Inmunización en Chile establece un esquema de vacunación que consiste en tres dosis primarias de una vacuna hexavalente para proteger contra esta enfermedad y varias otras (difteria, tétanos, hepatitis B y haemophilus influenzae tipo b y poliomielitis), administradas a los dos, cuatro y seis meses de edad, seguidas de un refuerzo a los 18 meses. Se añade luego un refuerzo en 1° y 8° básico con una vacuna acelular (Pa).
En Chile también ha habido un aumento de casos de tosferina en niños menores de seis meses. Por ello, el Ministerio de Salud amplió la protección contra esta enfermedad a partir de la semana 28 de gestación, momento en el que se transmiten más anticuerpos de la madre al feto a través de la placenta, protegiendo al bebé hasta que reciba la tercera dosis de la vacuna hexavalente.
La vacuna es segura tanto para la madre como para el feto, ya que está inactivada y contiene solo fragmentos de la bacteria, sin producir la enfermedad. Puede causar dolor y enrojecimiento en la zona de aplicación, pero no afecta la salud del feto ni de la madre.
Aunque las personas previamente vacunadas pueden contagiarse y contraer la infección, es probable que desarrollen una forma más leve de la enfermedad que los lactantes y niños pequeños. La tos ferina en adolescentes y adultos puede ser asintomática o presentarse como una enfermedad que va desde una tos leve hasta la tos ferina clásica con tos persistente (es decir, que dura más de 7 días).
Aunque la enfermedad suele ser menos grave en adultos, pueden transmitirla a personas susceptibles, como lactantes no vacunados o con esquemas incompletos. Los adultos, adolescentes y niños de edad escolar mayor son a menudo la fuente de infección en hogares con múltiples casos de Tos Ferina.
¿En Chile se han registrado casos en los últimos 5 años?
Sí, según lo reportado por el Ministerio de Salud, durante el periodo de 2007 a 2021. El año con la mayor tasa de incidencia a nivel nacional fue en 2012, con 32,0 casos por cada cien mil habitantes. A partir de 2013, se observó una disminución progresiva en el número de casos, estabilizándose alrededor de 4,0 casos por cada cien mil habitantes hasta 2018.
A partir de 2019, hubo una reducción significativa en los casos, con un 43% menos que la mediana entre 2014 y 2018 (n=747), y luego disminuyó a tasas inferiores a 0,5 por cada cien mil habitantes en 2020 y 2021, con 49 y 29 casos respectivamente y ninguna muerte registrada. Esto puede atribuirse a las medidas de confinamiento y protección personal adoptadas durante la pandemia de Covid-19.
Sin embargo, en los últimos meses se ha reportado un alza de casos. Hasta la semana epidemiológica 24 del año pasado, equivalente a junio de 2023, hubo 286 casos, lo que resultó en una tasa de incidencia de 1,4 casos por cada cien mil habitantes, similar al periodo prepandémico de 2019 (1,2 casos por cada cien mil habitantes).
¿Los viajes internacionales permite que lleguen más casos al país?
Según Kalergis, si bien podría ser un factor, posiblemente no es el más significativo, pues esta es una enfermedad ya establecida en nuestro país por muchos años y contamos con un plan de vacunación robusto contra esta enfermedad. Posiblemente el factor que más contribuya al incremento de casos es la reducción de la inmunidad poblacional, por lo que se hace necesario evaluar planes de refuerzo de vacunación contra esta enfermedad.
¿Puedo vacunarme si no tengo la primera dosis?
El Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) menciona que cualquier adulto de 19 años en adelante que nunca haya recibido una dosis de Tdap (Tétanos-Difteria-Pertussis) debería recibir una tan pronto como sea posible, independientemente del intervalo desde la última vacuna contra el tétanos o la difteria. Es importante señalar, que para que se mantengan niveles altos de inmunidad, una dosis de refuerzo de Td o Tdap podría ser administrada cada 10 años.
Por esto, dic Kalergis, sería importante que la autoridad sanitaria pudiera evaluar la situación epidemiológica actual para determinar si pudiese ser recomendable realizar una campaña de refuerzo de vacunación para personas adultas, que no estén completamente inmunizadas o que su última inmunización haya sido aplicada en un lapso de tiempo mayor a 10 años, con el objetivo de reforzar la inmunidad contra esta bacteria. Por supuesto, esto depende de la incidencia de la enfermedad en nuestra población y el nivel de circulación de la bacteria en la comunidad.
¿Cómo identificar sus síntomas?
Los síntomas de esta enfermedad se presentan en distintas etapas:
Etapa catarral: Dura entre 1 y 2 semanas. Los síntomas iniciales son similares a los de un resfriado común, como congestión nasal, estornudos, fiebre leve, tos seca y apnea.
Etapa paroxística: Dura típicamente entre 1 a 6 semanas, pero puede llegar a durar hasta 10 semanas. Durante esta etapa, los episodios de tos se vuelven más comunes y severos, pudiéndose presentar en ráfagas rápidas y violentas seguidas de una inhalación forzosa y rápida de aire, lo que produce un sonido agudo característico. Los episodios de tos pueden ser tan intensos que provocan vómitos, dificultad para respirar.
Etapa de convalecencia: La tos y otros síntomas disminuyen gradualmente durante un período que puede extenderse desde 2 semanas a meses.
¿Cuál es la población más afectada?
La población más afectada son los lactantes y niños pequeños, especialmente aquellos que no están completamente vacunados o que, debido a su corta edad, aún no han completado el esquema completo de vacunación. Los adultos y adolescentes pueden transmitir la enfermedad a los niños más pequeños, a pesar de que sus síntomas pueden ser menos graves o típicos.
Por ello, dice Kalergis, es crucial vacunar a niños y mujeres embarazadas, así como asegurar que adultos y adolescentes reciban refuerzos para evitar la propagación de esta enfermedad, especialmente en hogares con bebés. Es importante indicar que la vacunación contra esta enfermedad no sólo evita la propagación de ésta, sino que reduce la sintomatología de quien la padece, resolviendo la tos más rápidamente y experimentando menores episodios de vómitos y apnea.
En particular, durante 2023-2024, en 17 países de Europa, los lactantes representaron el grupo con la mayor incidencia notificada. Tres países observaron la mayor incidencia en niños de 10 a 14 años, seguidos de adolescentes de 15 a 19 años (Croacia, Dinamarca, Luxemburgo), y dos países presentaron la mayor incidencia en adolescentes de 15-19 años.