Algunos sobrevivientes de Covid-19 desarrollan diabetes; retrasar la segunda dosis de la vacuna podría ser peligroso y se le puede ganar a los “coronakilos”: tres cosas que aprendimos del coronavirus esta semana
Nueva evidencia sugiere que algunos pacientes tras su recuperación, están desarrollando diabetes; mientras que los expertos han advertido consecuencias negativas si se retrasa la vacunación, como una manera de suplir la falta de vacunas. ¿La buena noticia? Los "coronakilos" se pueden reducir.
1. Algunos sobrevivientes de Covid-19 están desarrollando diabetes
Se sabe que los pacientes crónicos diabetes son más propensos a generar un cuadro más grave de Covid-19 si contraen el virus o más riego de morir a causa de éste. Sin embargo, ahora, según una investigación publicada en Diabetes, Obesity and Metabolism sugiere que algunos pacientes que se han recuperado de coronavirus están desarrollando diabetes, incluidos los tipos 1 y 2.
En el estudio, un metanálisis de otras ocho investigaciones con más de 3.700 pacientes realizado por especialistas de la Universidad McMaster (Canadá), los investigadores plantean que no comprenden cómo el Sars-Cov-19 podría desencadenar la diabetes, o si estos casos con temporales o permanentes. La investigación, mostró que el 14,4% de las personas fueron diagnosticadas con diabetes después de recuperarse de un Covid-19 severo.
Los nuevos casos de diabetes podrían ser el resultado de problemas de inflamación y de insulina relacionados con el coronavirus, según los autores del estudio.
Kristel Strodthoff, diabetóloga de Clínica Alemana, explicó a Qué Pasa que el Covid-19 en sí genera hiperglicemia en las personas tengan o no tengan diabetes y que esto es una elevación en los niveles de azúcar que es de difícil manejo”. A pesar de que los doctores están acostumbrados a ver situaciones como estas generadas por infecciones como la influenza sobretodo en pacientes hospitalizados, “lo que es novedoso es que la hiperglicemia que desarrollan los pacientes con Covid-19 requiere mucha más insulina de la que nosotros podríamos esperar por el grado de inflamación que ellos tengan”.
¿Qué sucede entonces? “Eso nos hace pensar que es posible que haya un efecto diabetogénico en sí, que sea producto exclusivamente del Covid-19, es decir que el coronavirus pueda generar diabetes en sí mismo por un mecanismo diferente al de simplemente la inflamación” agrega Strodthoff.
2. Retrasar la segunda dosis de la vacuna podría traer peligrosas consecuencias
Debido al dilación de los calendarios de vacunación producido por la demanda y la logística que implica abastecer a todos los países, se pronostica que solo el 10% del mundo estará inoculado para fin de año y 21% terminando el 2022.
Ante este escenario, y tomando en cuenta que la mayoría de las vacunas contra el Covid-19 están diseñadas en esquemas de dos dosis, varios países han analizado la necesidad de prorrogar la segunda dosis de la inmunización para lograr administrarla a más personas.
Dinamarca, a principios de enero, aprobó el retraso de máximo seis semanas entre la primera y la segunda inyección para abastecer a más habitantes con los limitados lotes que contaban.
Pero, ¿será seguro considerando que los estudios que permitieron la aprobación de las vacunas se hicieron con dos dosis con un intervalo fijo de tiempo?. Tanto expertos como organizaciones de salud han advertido sobre los peligros de retrasar el proceso de vacunación y los peligros que esto podría ocasionar.
El Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización (SAGE, sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó que la administración de ambas dosis de la vacuna Pfizer/BioNTech se hiciera en un plazo de 21 a 28 días máximo, y que sólo era posible su postergación si las naciones se encontraban en “circunstancias excepcionales de contextos epidemiológicos y/o de problemas de suministros”, declararon.
El laboratorio BioNTech informó que la eficacia máxima contemplada para su vacuna no estaba garantizada si se retrasaba la segunda inyección más de lo aplicado en el ensayo clínico (21 días), explicando que “no hay datos que demuestren que la protección permanezca más allá de 21 días después de aplicar la primera dosis”.
3. Es posible ganarle a los “coronakilos”
El refrigerador es más accesible cuando estamos en casa y aunque hay alternativas para ejercitarse en el hogar, se requiere un entusiasmo que en estos meses no siempre ha estado presente. ¿El resultado? Un aumento de peso, en muchos casos considerable.
Si es su caso, sepa que no está solo o sola. Los kilos ganados en pandemia o los llamados “corona kilos” han sido transversales.
En Estados Unidos estudios muestran que a la fecha el peso promedio acumulado es cerca de 15 libras (6,8 kg). En Chile un estudio que se dio a conocer en agosto indicó que con apenas seis meses de pandemia, el 44% de los chilenos aumentó de peso en esas primeras semanas de cuarentena.
El nutricionista de Clínica RedSalud Providencia, Roberto Gabarroche, dijo a Qué Pasa que lo ideal siempre será buscar asesoría y orientación de un profesional.
Antes de empezar a comer solo lechuga, Ximena Martínez, nutricionista del Centro de Tratamiento de la obesidad UC CHRISTUS advierte que “la idea es ‘no hacer dietas’, más aún sin supervención de algún profesional”. Eso puede llevar a más ansiedad y desencadenar conductas alimentarias inadecuadas, “pero tampoco debemos conformarnos y normalizar estos kilos de más”, enfatizó en la nota publicada esta semana.
Perder peso es diferente a perder grasa. Por lo que dietas restrictivas extremas no son la respuesta al problema del peso ganado en este periodo, dice Sharon Pérez González, nutricionista de Nueva Clínica Cordillera, “por el contrario, solo contribuyen a reducir masa muscular y ósea agravando a corto y largo plazo el estado nutricional y la salud global individual”.
¿Entonces? Tomar la reducción de peso y grasa corporal con calma, es la recomendación de los especialistas.
Y si bien cada caso es particular, los especialistas coinciden en que es necesario retomar o iniciar hábitos saludables, como preferir alimentos naturales, es un buen comienzo. Ajustando su consumo a las porciones diarias recomendadas. Evitar aquellos alimentos ultra procesados altos en grasas saturadas, sodio y azucares simples y evitar dietas de moda basadas en pocos grupos de alimentos o aquellas que restringen frutas, verduras o algún tipo de alimento saludable en específico.
En síntesis, lo ideal es asesorarse por expertos y buscar en conjunto la mejor alternativa acorde a las necesidades, preferencias y estado de salud individual.
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