Amenazadas por la presión humana: así es el plan para trasplantar dos especies nativas chilenas

Amenazadas por la presión humana: así es el plan para trasplantar dos especies nativas chilenas
Fruto del algarrobo.

En el IX Congreso Chileno de Ciencias Forestales, una investigadora de la Universidad de Chile, presentó un plan de trabajo para preservarlas en zonas áridas del país.


Desde el uso de tecnologías de punta como drones y satélites para monitorear ecosistemas, hasta la colaboración entre científicos, comunidades y empresas privadas, las soluciones emergentes están abriendo un camino hacia una protección más efectiva de nuestra biodiversidad.

En este contexto, la ciencia ciudadana y la economía circular también juegan un papel clave en la construcción de un futuro más sostenible. Incluso, las iniciativas más vanguardistas están no solo salvando especies, sino también redefiniendo la relación entre las personas y la naturaleza.

Amenazadas por la presión humana: así es el plan para trasplantar dos especies nativas chilenas

Recientemente, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Chile ha destacado la necesidad urgente de adoptar enfoques innovadores para preservar las especies nativas.

Este estudio señala que, si bien el país ha implementado diversas políticas de conservación, se requieren estrategias más integrales y basadas en la ciencia para hacer frente a la crisis de biodiversidad. A través de este informe, los expertos proponen una serie de acciones que incluyen el uso de nuevas tecnologías, la restauración de hábitats y un mayor involucramiento de las comunidades locales en los procesos de conservación.

Betsabé Abarca presentando con congreso chileno de Ciencias Forestales
Betsabé Abarca presentando con congreso chileno de Ciencias Forestales. Créditos fotografía de Michael Seguel.

Viverización y estrategias para especies en riesgo

Betsabé Abarca Rojas es Ingeniera de proyectos y asistente de investigación del Centro Productor de Semillas y Árboles Forestales (CESAF) de la Facultad de Ciencias Forestales y Conservación de la Naturaleza, y este 2025 se ha dedicado a generar dos investigaciones enfocadas en la conservación de especies emblemáticas como el guayacán y el algarrobo, ambas amenazadas por la desertificación y la presión humana.

En entrevista con Qué Pasa, señala los puntos claves de la pionera investigación.

Para ella, la importancia de este estudio radica en que, se trata inéditamente, del análisis completo del ciclo de estas especies nativas, dado que la mayoría de se centran en una sola etapa del proceso. “la viverización, aclimatación de plantas, plantación y su evaluación post-plantación, la cual queremos seguir evaluando a través del paso de los años. En general los estudios generan información de algunas partes de esta cadena real de acción, sin embargo, la tendencia actual es poder encontrar respuestas del ciclo completo de ciertos procesos o a más largo plazo”.

Chile es un país que debido a su forma geográfica enfrenta diversos tipos de climas. La zona árida es una de la más afectada por el cambio climático, la desertificación y la actividad humana. Son regiones caracterizadas por una baja disponibilidad de agua, precipitaciones escasas e irregulares y una alta evaporación.

Suelen presentar suelos pobres en nutrientes y una vegetación adaptada a la sequía, como cactus, arbustos espinosos y árboles resistentes como el algarrobo y el guayacán. A pesar de sus condiciones extremas, albergan una biodiversidad única y desempeñan un papel crucial en el equilibrio ecológico. Sin embargo, estas áreas enfrentan amenazas, lo que hace fundamental su conservación y manejo sostenible.

En este contexto, se habla de viverización, que corresponde al proceso de crear y mantener viveros, que son espacios donde se cultivan plantas jóvenes o semillas, para luego trasplantarlas en su hábitat natural o en otros lugares. En términos simples, es como “criar” plantas en un lugar seguro hasta que estén lo suficientemente fuertes para crecer por sí solas en la naturaleza. Se usa mucho para conservar especies en peligro o restaurar áreas dañadas.

Porlieria chilensis (guayacán)
Porlieria chilensis (guayacán)

El guayacán, es conocido por su madera densa y resistente. Su crecimiento es lento y su adaptación a ambientes secos lo convierte en una especie clave en estos ecosistemas. Tiene hojas pequeñas y coriáceas que le permiten conservar agua, y sus flores, de color azul o violeta, son altamente atractivas para polinizadores.

Además de su importancia ecológica, el guayacán ha sido valorado por sus propiedades medicinales y su uso en la fabricación de herramientas y muebles. Sin embargo, debido a la deforestación y el cambio climático, su conservación se ha vuelto una prioridad.

Es por esto, que Betzabé Abarca creó un plan con técnicas especializadas en mejorar su reforestación. Explica que, el éxito de las plantaciones de Porlieria chilensis (guayacán) depende de conocer los requerimientos de sitio y de viverización que esta especie necesita para asegurar un mejor desempeño en su lugar de destino, desde el requerimiento hídrico hasta la estructura y tipo de suelo.

Sobre el estudio en sí mismo, relata que “pudimos confirmar que la estandarización de condiciones de viverización y plantación no son la mejor respuesta para todas las especies, sobre todo aquellas que habitan condiciones xéricas, como es guayacán. Por ende, es crucial una planificación no sistemática cuyo filtro principal sea el tipo de especie a tratar”. Es decir, deben ser condiciones específicas para cada especie sin caer en una técnica universal.

Plan circa situm: conservación del algarrobo desde su hábitat

En un estudio de la misma línea, nace el plan circa situm, una iniciativa novedosa sobre la conservación del algarrobo. Es un árbol resistente que crece en zonas áridas y semiáridas, conocido por su capacidad de sobrevivir en suelos secos y pobres en nutrientes. Sus raíces profundas le permiten extraer agua de capas subterráneas, y su follaje proporciona sombra y protección contra la erosión.

Existen diferentes especies, como el algarrobo blanco y el algarrobo negro, que son fundamentales para los ecosistemas donde habitan. Además, sus frutos, las algarrobas, son una fuente de alimento para animales y humanos, utilizadas en harinas, bebidas y hasta como forraje. Debido a su importancia ecológica y económica, su conservación es clave para evitar la degradación del suelo y mantener la biodiversidad.

La investigadora, expone los puntos más importantes de este pionero plan de conservación, vinculados a la relación que se busca establecer entre las comunidades y la consciencia sobre la importancia de preservar la flora. “Es poder ejecutar la conservación en el mismo o similar hábitat de las especies que se quieren proteger, la mantención de la diversidad genética y la vinculación con la sociedad para poder conservar los recursos genéticos.

Si bien la conservación circa situm permite diversificar las acciones o estrategias de conservación, generando un accionar más flexible, en mi opinión, el poder hacer estas acciones más cercanas a las comunidades es esencial para poder mejorar el éxito de las estrategias de conservación”.

Prosopis chilensis (Algarrobo latinoamericano)
Prosopis chilensis (Algarrobo latinoamericano)

Es un hecho que este trabajo es un avance significativo, pero para Betsabé, aún falta un largo camino por recorrer, sobre todo en la necesidad de estar actualizando los conocimientos en este fenómeno creciente que es la desforestación.

“Es importante entender los procesos de cambios en los cuales estamos inmersos. Vivimos en un clima cambiante, por ende, la investigación es crucial para poder entender y tomar acciones más adecuadas para las especies de nuestros bosques, las cuales tienen muchos años de adaptación a los sitios que habitan, pero que sin embargo dichos hábitats han cambiado a paso acelerado en el último siglo”, sostiene.

“Quizás algunas especies sigan esta ruta de la adaptación y sean más resistentes a los grandes cambios de nuestros ecosistemas, sin embargo, otras, quizás no puedan con este paso más acelerado de cambios, ahí está el papel importante de la investigación: el buscar vincular la naturaleza con la acción humana en ayuda a su continuidad”, finaliza.

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