Amor en tiempos de Covid, cuando la distancia es la norma
Debido al posible contagio, las formas de relacionarse cambiaron, siendo las redes sociales el puente perfecto para seguir interactuando con otras personas, y las aplicaciones de citas se convirtieron en una alternativa segura para socializar y conocer personas dentro de un contexto sanitario seguro.
El distanciamiento físico y el aislamiento han sido parte de las recomendaciones que han dado los expertos para evitar los contagios durante la pandemia. Y a pesar de las prometedoras cifras sobre la vacunación masiva, las organizaciones de salud advierten que un porcentaje minoritario de personas estará inoculada a finales de año, y para 2022, los vacunados de todo el mundo no superarían el 30%.
Para Daniel Hamermesh, académico del Barnard College (Nueva York), el Covid-19 no solo ha cambiado la forma en que las personas pasan el tiempo, sino también con quién lo pasan. Las personas en pareja pueden pasar más tiempo con su compañero de vida, mientras que los solteros pasan más tiempo solos.
El estudio “Parejas en Pandemia” realizado por la Unidad de Investigación en Procesos Relacionales y Psicoterapéuticos (UNIR) de la Facultad de Psicología de la Universidad del Desarrollo señala que el 72% de los participantes aseguró que durante la pandemia, la pareja se ha transformado en la base del bienestar en sus vidas. Y el 55% afirmó que durante el tiempo de encierro, le ha tomado más dedicación y tiempo a la relación con su compañero de vida que antes de la crisis sanitaria.
María Elisa Molina, directora de UNIR de la Facultad de Psicología UDD explica que debido a este inédito contexto, por primera vez las parejas deben estar expuestas a estar 24/7 con el otro, enfrentando todos los desafíos que la pandemia conlleva, como el estrés y la incertidumbre. Sin embargo, esto ha permitido producir cambios significativos en ellos como individuos y este trabajo de crecimiento lo han implementado en la relación de forma permanente.
Según la consultora virtual Sensor Tower, las apps de citas han tenido un crecimiento y recaudación exponencial durante el periodo de confinamiento. Plataformas como Tinder y Bumble hasta mediados del 2020, percibieron como ingresos brutos más de 83 y 23 millones de dólares respectivamente.
En descargas, de acuerdo al estudio realizado por Smartme Analytics, aplicaciones como Badoo han experimentado repuntes del 52%; Wapo de 34%; Grindr un 24% y Tinder con un 94%.
Elie Seidman, director ejecutivo de Tinder señaló a la BBC que el coronavirus aceleró un cambio generacional tecnológico con respecto a las maneras de interaccionar entre personas que desde la compañía ya estaban observando. Es por esta razón que la empresa de citas online ha empleado distintas alternativas para que sus usuarios no solamente la usen en busca de encuentros esporádicos, sino también para conectar con más distintas personas sin poner en riesgo la salud y hacer el encierro más ameno.
Parte de las estrategias utilizadas es el “Modo Global”, opción que da Tinder para interactuar con personas de todo el mundo, sin importar la distancia en la que se encuentre.
Sin embargo, el tiempo a solas que ha provocado la pandemia no solamente ha permitido ampliar las redes interpersonales, sino que ha brindado un espacio para conocerse a uno mismo en un nivel más íntimo.
Para Karina Sequeira, ginecóloga de Clínica Dávila, la disminución del contacto social producto del confinamiento puede transformarse en el espacio perfecto para el autoconocimiento físico y el descubrimiento de nuevas formas de sensibilidad y placer. Sequeira afirma que, si bien el contacto con otros cuerpos se ha visto mermado por miedo al contagio, eso no significaba que el deseo personal haya cesado, y que esto explicaría que muchas personas busquen novedosas formas de satisfacer esos deseos contenidos.
Nuevas formas de relacionarse
Ante el escenario del exponencial incremento en los contagios en Nueva York, el Departamento de Salud del propio estado emitió un comunicado titulado “tú eres tu mejor pareja sexual”, dando recomendaciones sobre cómo se propaga el virus e incentivando el autoplacer entre parejas, pero sobre todo como una opción segura para los solteros.
Los nativos digitales han enfrentado esta nueva manera de relacionarse de forma más natural ya que, de acuerdo a la doctora Caroline West, profesora de estudios de sexualidad de la Dublin City University, “han crecido con sus vidas mediadas por la tecnología, y la intimidad digital es un reflejo de nuestras vidas modernas”, sostiene West. No obstante, los adultos mayores también se han actualizado en estas herramientas, incluido las relacionadas con las citas virtuales, reduciendo su brecha generacional.
El joven de 29 años Alec Mahon, oriundo de Los Ángeles, Estados Unidos, utilizaba aplicaciones de citas como una forma de conectarse con otros, más aún cuando las limitaciones de tránsito empezaron a dificultar las interacciones presenciales. Pero, y a pesar de todo pronóstico, en medio de la pandemia encontró el amor. Sus primeras citas fueron por videollamada, y ya pasadas unas semanas, decidieron realizar una caminata de cuatro kilómetros, y cuando sintieron que se sentían lo suficientemente cómodos para quitarse las mascarillas, y, según Mahon, “toda precaución con respecto al coronavirus desapareció”.
“A pesar que estamos perdiendo la magia de esa primera cita, el primer beso, el primer contacto, nos vemos obligados a pensar en cómo podemos reinventar las citas”, explica Yue Xu, copresentadora del popular podcast norteamericano de citas “Dateable”, encargado de analizar y debatir sobre los nuevos tipos de citas y formas de relacionarse en el mundo online.
Juntos, pero separados
La distancia ha producido una innovación en la forma de los encuentros, y también ha acrecentado los sentimientos cuando las circunstancias no permiten estar con el ser amado.
Ese fue el caso de Manuel Orellana, estudiante de Ingeniería de 23 años que, cuando decretaron cuarentena, supo que no podría pasar tanto tiempo con su polola, que vivía en el otro extremo de Santiago. “Empezamos a realizar más videollamadas de lo que estábamos acostumbrados. Como los dos estudiábamos, nos enfocábamos en las obligaciones de la universidad, pero al final del día nos dábamos el espacio para conversar y contarnos cómo nos había ido”. Manuel comenta que estuvieron distanciados hasta para su aniversario, pero acordaron hacer una “cita virtual” con comida ad hoc a la celebración, simulando una salida normal.
Sin embargo, esta “nueva normalidad” cambió cuando Manuel junto con toda su familia se contagiaron de Covid-19. “Fue difícil porque ni siquiera tenía tiempo para mí. Debía preocuparme por mis responsabilidades de la universidad, y se le sumó el encargarme de todas las responsabilidades de la casa más el cuidado de mi familia, ya que ellos tenían síntomas más graves”, afirma Orellana. Por suerte, comenta, el peor periodo de la enfermedad fue cuando estaba empezando su semana de receso en la universidad, lo que le permitió no sobrecargarse con todo lo que debía cumplir.
Después superar la enfermedad, por precaución y miedo, Orellana hizo una cuarentena de tres meses antes de volver a ver a su polola. “No sabía si el virus seguía en mi casa, entonces con mi familia desinfectamos todas las habitaciones y tras eso esperé unas semanas más para estar seguro. No quería que por mi culpa mi polola y su familia se contagiaran”, menciona el estudiante.
Molina señala que esta crisis sanitaria ha tenido un lado disfuncional, pero también tiene una salida hacia el crecimiento, generando cambios personales y en la forma de relacionarse con los demás. Dentro de la pareja, las personas aprendieron nuevas formas de relacionarse en aspectos más sutiles, entender al otro, comprenderlo, asimilar que quizás hay aristas que uno puede desconocer y destinar tiempo a reconectar de una forma holística.
Compañeros en la adversidad
Ronnie Morgan (32), y su pareja Adrianne Johnson (41) se conocieron a través de la aplicación HER, a inicios de la pandemia y crearon una página de Instagram y Facebook, donde han plasmado su particular historia de amor durante la pandemia.
Morgan vivía en Indiana, EE.UU., y Johnson en Michigan, estados separados entre si por 418 kilómetros. Comenzaron conversando por mensajes de texto, luego videollamadas y viendo series virtualmente. Cuando finalmente sintieron lo suficientemente seguras, planificaron una reunión en persona en un lugar alejado y fuera de lo común.
Desde el principio, comentó Morgan, las dos estaban en “la misma página sobre cómo manejar la pandemia”, asegurando que cuando finalmente se conocieron en persona “ya estábamos profundamente conectadas y no había duda de la química que sentíamos”, menciona Ronnie Morgan.
Su relación sigue siendo a larga distancia, pero ambas sostienen que nunca pensaron que encontrarían a su compañera en medio de una crisis mundial, afirmando que “todo es posible”.
Julie Krafchick, copresentadora del podcast “Dateable”, explica que por la pandemia y todas sus consecuencias, las personas han reflexionado sobre sus prioridades y lo que quieren para el futuro. “Este escenario ha demostrado que la vida es corta y, al final del día, las relaciones que uno establece con los demás son lo que importa. Mucha gente ha utilizado este periodo para trabajar en ellos mismos y les ha dado claridad sobre qué quieren en la vida”, asegura Krafchick.
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