El virus Sars-CoV-2 sigue mostrando características que llaman la atención de la ciencia y la medicina. En lo que va de pandemia, se ha visto que algunos pacientes que se enferman de Covid-19, continúan con síntomas durante meses, aun cuando ya no estén enfermos y el test PCR sea negativo. Es lo que se ha llamado “long-Covid” o Covid prolongado o de largo plazo.
¿Qué está ocurriendo? Un estudio del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la Universidad de Chile, por primera vez en el país, está analizando la respuesta inmune de más de un centenar de pacientes chilenos a los que junto con un seguimiento de sus síntomas, también revisan la respuesta celular del sistema inmune.
En el medio año que llevan estudiando este fenómeno se han dado cuenta que el sistema inmune de los pacientes que tienen este Covid prolongado o alargado, no se apaga una vez terminada la infección, sino que sigue encendido y en alerta, lo que explicaría la persistencia de molestias como dolor de cabeza, muscular y articular.
El análisis a un grupo de pacientes en las regiones Metropolitana, Coquimbo y Aysén, son coincidentes con lo observado por otros grupos, y pueden tener relación con la persistencia de manifestaciones y secuelas tras haber sufrido la enfermedad, efecto conocido como el “long Covid-19” o Covid-19 de largo plazo.
Según explica la doctora Mercedes López, investigadora del ICBM, se trata de una respuesta anómala que se debería a la “magnitud” de la infección y que ha sido detectada al analizar la respuesta inmune celular del grupo de pacientes luego de la enfermedad.
“Los pacientes que estamos observando, la gran mayoría, se recuperan totalmente, pero algunos permanecen con síntomas variados, aún cuando ya están de alta. Mucha de esta sintomatología puede deberse a que en los pacientes persisten células inmunes activadas e inflamación”, dice.
Hasta ahora, no se puede predecir qué paciente seguirá con los síntomas más allá de la enfermedad, porque este fenómeno se produce en personas que han hecho la forma leve, moderada y grave de la enfermedad. No se cuentan dentro de este grupo a quienes necesitaron intubación, ya que en ellos los daños son más evidentes y pueden ser permanentes.
Dos tipos de inmunidad
El estudio analizó muestras de suero y sangre de individuos recuperados con distintos grados de severidad en el transcurso de la enfermedad: de sintomáticos leves a moderados; y de hospitalizados no ventilados a ventilados, quienes han sido seguidos durante semanas.
López explica que el sistema inmune en humanos tiene dos niveles, muy relacionados el uno con el otro temporal y funcionalmente: la inmunidad innata y adaptativa (linfocitos T y B). La respuesta innata se monta apenas se toma contacto con un agresor y su objetivo es eliminarlo. Esto ocurre en segundos, de manera casi instantánea cuando se infecta.
De forma secundaria a ese mecanismo, se empieza a desarrollar la inmunidad adaptativa, que demora más tiempo en generarse pero es una respuesta más duradera. Esta es la inmunidad que tiene que activarse para que adquirir memoria inmunológica. Los hallazgos de la investigación apuntan a que ambas podrían estar relacionadas con la sintomatología extendida de la infección, al permanecer “encendidas” durante meses.
“Una vez que la infección es superada, se empiezan a normalizar los linfocitos T y los títulos de anticuerpos, pero a nivel celular, de las respuestas innatas y adaptativas, las células permanecen activadas. Y eso es bastante notable”, indica López.
Según la investigadora del ICBM, los análisis demuestran marcadores de activación en células del sistema inmune adaptativo, en particular la respuesta citotóxica. Allí un grupo específico de linfocitos T, los CD8, se encuentran no solo activados, sino son síntomas de una extenuante batalla contra la infección. “Este perfil de linfocitos los llamamos ‘cansados’ o ‘extenuados’, y son menos eficaces”, precisa. Mientras tanto, otras células del sistema inmune como neutrófilos y linfocitos B, permanecen ‘apagados’”.
Esto demuestra que el Covid-19 no es una infección cualquiera y es necesario extremar los cuidados, por que los síntomas y las dificultades que genera en la rutina diaria pueden permanecer por meses.
Si bien los niveles de anticuerpos recuperan sus parámetros normales rápidamente, esto no ocurre con los mecanismos defensivos celulares. A juicio de la científica del ICBM, los trastornos que se observan en pacientes recuperados deben enfatizar en la población el mensaje de mantener las medidas preventivas a la espera de una vacuna.
“Lo que observamos en los pacientes con infecciones leves o moderadas es que el sistema inmune se recupera más lento, no logra volver a foja cero normalmente, y esto se extiende por tres o cuatro meses. Ahí hay una amplitud de síntomas, muchas veces vagos, -las personas insisten en que se mantienen con dolores de cabeza, mialgias y fatiga-, pero que no pasan, aun cuando los exámenes de laboratorio tradicionales son normales”.
“Partimos la investigación en agosto del año pasado. A la fecha llevamos 130 pacientes, pero seguimos reclutando. El proyecto original buscaba evaluar la respuesta inmune de cuatro grupo de pacientes: los asintomáticos, los pacientes leves que pasaban la enfermedad en su casa, los hospitalizados graves y severos y agregamos este quinto que son los que estando ya recuperados quedan con síntomas de cansancio, dolor articular, de cabeza y que son difíciles de manejar porque la sintomatología es persistente y le dificulta la recuperación total”, explica la investigadora.
Estos pacientes continúan con su organismo inflamado y es habitual que quienes quedan con Covid prolongado, señalen que si antes de la enfermedad eran capaces de caminar 10 cuadras sin problemas, hoy apenas consigan caminar una y con dificultad. “Si practicamos un hemograma se ven bien, los parámetros son normales, pero cuando analizamos las células de la respuesta inmune, vemos que a ellas les cuesta resolver la inflamación, algunas de esas células permanecen activadas”.
La enfermedad no lleva tanto tiempo entre las personas por lo que todavía es muy pronto para saber cuándo disminuirá esta inflamación o por cuanto tiempo en total persisten los síntomas. Todo es muy variable, señala.
El proyecto
Los hallazgos, son parte de los proyectos financiados por la Agencia Nacional de Investigación (ANID) para el estudio de la pandemia en Chile, y convoca a académicos de las Facultades de Medicina y Ciencias de la casa de estudios pública. El proyecto se continuará ejecutando por todo este año con casos obtenidos desde establecimientos de salud de Coquimbo, Santiago y Punta Arenas.
El proyecto, también incluye el análisis de los anticuerpos de personal de salud que está siendo vacunado contra la enfermedad. De esta manera, y como ya tienen muestras anteriores a la vacunación, podrán saber qué tipo de anticuerpo desarrollaron tras la inoculación y por cuánto tiempo estuvieron presentes.
En el largo plazo este proyecto busca contribuir a generar información para la adopción de estrategias y protocolos sanitarios contra el Covid-19, así como una plataforma de conocimiento inmunológico a nivel nacional, con experiencia académica y logística para el seguimiento y vigilancia de emergencias de este tipo en el futuro. “Hay un aporte importante el conocimiento y la comprensión de la inmuno-patogenia de la infección”, afirma Mercedes López.
“Es importante que en Chile exista independencia y tecnologías de análisis de infecciones emergentes, y este proyecto pretende aportar a la creación de estas capacidades de investigación. Aunque ha habido reportes internacionales sobre cómo funciona la infección, no podemos ser meros observadores y queremos contribuir a observar lo que ocurre en el país. La expectativa es hacer avances importantes para caracterizar la respuesta inmunológica de los pacientes”, agrega la doctora Fabiola Osorio del ICBM.