Anticuerpo de alpaca creado por chilenos podría convertirse en fármaco; esto dice la ciencia sobre si hay una vacuna mejor y variante andina alerta a la OMS: tres cosas que aprendimos del coronavirus esta semana
Finalmente, el anticuerpo elaborado por científicos de la U. Austral podría transformarse en un remedio para combatir el Covid, tras la firma de una licencia con un laboratorio alemán, y dos investigadores explican si se puede estableber si hay una vacuna mejor que otra.
1. Anticuerpo de alpaca creado por chilenos podría convertirse en fármaco
Por más de un año, un grupo de científicos de la U. Austral de Chile intentaron que un anticuerpo para combatir el coronavirus obtenido de las alpacas, tuviera el financiamiento suficiente para convertise en un potencial fármaco.
Sin embargo, los científicos se quedaron sin fondos, haciendo casi naufragar su investigación. Una intervención del parlamento les permitió continuar con su trabajo, el que finalmente parece lograr su esperado fin: la Universidad Austral (UACh) firmó un acuerdo de licencia comercial internacional con la empresa europea NanoTag Biotechnologies.
El contrato es una licencia, con el que la universidad acordó y autorizó la comercialización y distribución a nivel internacional del anticuerpo W25 (como fue bautizado) contra el SARS-CoV2 para su uso en investigación.
De esta manera, informó la universidad a través de un comunicado, se pone a disposición de la comunidad científica de todo el mundo el anticuerpo W25, que ha demostrado ser uno de los de mayor afinidad con el virus, de acuerdo con la evidencia obtenida por investigaciones tanto en Chile como en el extranjero.
La historia del desarrollo de este anticuerpo se remonta a abril del año 2020, cuando el Laboratorio de Biotecnología Médica de la Facultad de Medicina UACh, liderado por Alejandro Rojas Fernández, logró identificar y producir anticuerpos neutralizantes contra el SARS-CoV-2, aislando un poderoso anticuerpo capaz de neutralizar la infección por coronavirus: el anticuerpo W25, que resultó ser uno de los mejores neutralizantes que existe en el mundo, para diversas variantes, muy estable a la nebulización y a condiciones extremas de temperatura, lo que lo convierte, además, en una excelente opción terapéutica. Esto se logró utilizando la plataforma tecnológica de generación y producción de nanobodies desarrollada en la Universidad y basada en la inmunización de alpacas, en este caso, de una alpaca llamada “Buddha”.
Los científicos de la U. Austral buscan que este anticuerpo pueda generar, por ejemplo, una herramienta que pueda ser utilizada como inhalador vía nasal que recubra el pulmón por dentro con una molécula que es capaz de neutralizar el virus del Covid-19.
La idea es que esto evite que el virus se replique de forma eficiente y lograr que el sistema inmune del individuo responda. Con este tratamiento, el anticuerpo haría frente al virus.
Según ha explicado el Dr. Alejandro Rojas, líder de esta investigación, las alpacas tienen anticuerpos que son muy simples y que permiten extraer la información genética para poder después producirla en el laboratorio de forma sintética e ilimitada. Esta tecnología ha sido empleada por el laboratorio que dirige este investigador, desde un inicio, para la lucha contra virus emergentes, como el hanta, tanto como diagnóstico, y hoy también para desarrollar herramientas terapéuticas.
Así funcionan los anticuerpos de las alpacas:
“Hemos generado una familia de anticuerpos que son capaces de unirse de forma extraordinaria a la proteína externa del virus SARS-CoV2 conocida como Spike, y este anticuerpo ha sido finalmente licenciado a la compañía NanoTag, una compañía experta en la producción y comercialización de nanobodies, y que hoy día ha tomado nuestro anticuerpo y lo ha puesto a disposición de la comunidad científica y a la venta tanto en Estados Unidos, Europa y Asia”, dijo en el comunicado el doctor Alejandro Rojas.
“Estos anticuerpos hoy en día han sido modificados, se pueden encontrar en todos los colores, también han sido modificados para poder vincularse con actividad enzimática y se usan, por ejemplo, para poder detectar el virus en autopsias de pacientes. Así también se pueden modificar para poder enriquecer el virus y purificarlo o detectarlo de forma más sensible”, agregó.
La licenciataria, NanoTag Biotechnologies, es una empresa alemana ubicada en la ciudad de Göttingen dedicada a la venta de reactivos e insumos, ofreciendo herramientas para la investigación innovadora de vanguardia. Fue fundada en julio de 2015 por científicos con una sólida formación en bioquímica y en imágenes cuantitativas de super resolución, con la visión de producir herramientas de alta calidad y completamente validadas para las ciencias de la vida, la biotecnología y la investigación biomédica.
2. Esto dice la ciencia sobre si hay una vacuna mejor
Con la aceleración del lanzamiento de las vacunas Covid-19, la gente se pregunta cada vez más cuál es la mejor vacuna.
Fue la pregunta que intentaron responder Wen Shi Lee y Hyon Xhi Tan, científicos del Instituto de Infección e Inmunidad Peter Doherty, de la Universidad de Melbourne, a través de un artículo publicado en el sitio web de divulgación científico The Connversation y replicado por Qué Pasa.
De acuerdo a los científicos, definir qué vacuna es la “mejor” no es sencillo. ¿Significa eso que la vacuna lo protege mejor de enfermedades graves? ¿El que la protege de cualquier variante que esté circulando? ¿La que necesita menos dosis de refuerzo? ¿El de su grupo de edad? ¿O es otra razón?, se preguntaron.
Según Wen Shi Lee y Hyon Xhi Tan, la respuesta sincera a la pregunta qué vacuna Covid es la “mejor” es simplemente “la que está disponible para usted en este momento”.
He aquí por qué es tan difícil comparar las vacunas Covid, según la propia definición de estos científicos:
Podría pensar que los ensayos clínicos podrían proporcionar algunas respuestas sobre qué vacuna es la “mejor”, en particular los grandes ensayos de fase 3 utilizados como base de aprobación por las autoridades reguladoras de todo el mundo.
Estos ensayos, por lo general en decenas de miles de personas, comparan la cantidad de casos de Covid-19 en personas que reciben la vacuna con las que reciben un placebo. Esto da una medida de eficacia, o qué tan bien funciona la vacuna bajo las condiciones estrictamente controladas de un ensayo clínico.
Y sabemos que la eficacia de las diferentes vacunas Covid difiere. Por ejemplo, aprendimos de los ensayos clínicos que la vacuna Pfizer informó una eficacia del 95% en la prevención de los síntomas, mientras que AstraZeneca tuvo una eficacia del 62 al 90%, según el régimen de dosificación.
Pero la comparación directa de los ensayos de fase 3 es compleja, ya que se llevan a cabo en diferentes lugares y momentos. Esto significa que las tasas de infección en la comunidad, las medidas de salud pública y la combinación de distintas variantes virales pueden variar. Los participantes del ensayo también pueden diferir en edad, origen étnico y posibles afecciones médicas subyacentes.
Una forma de comparar directamente la eficacia de las vacunas es realizar estudios comparativos. Estos comparan los resultados de las personas que recibieron una vacuna con los que recibieron otra, en el mismo ensayo.
En estos ensayos, la forma en que medimos la eficacia, la población de estudio y todos los demás factores es la misma. Por lo tanto, sabemos que cualquier diferencia en los resultados debe deberse a diferencias entre las vacunas.
Por ejemplo, se está llevando a cabo un ensayo directo en el Reino Unido para comparar las vacunas AstraZeneca y Valneva. Se espera que la fase 3 del ensayo se complete a fines de este año.
Hasta que esperemos los resultados de los estudios comparativos, podemos aprender mucho de cómo funcionan las vacunas en la comunidad en general, fuera de los ensayos clínicos. Los datos del mundo real nos informan sobre la efectividad de la vacuna (no sobre la eficacia).
Y la efectividad de las vacunas Covid se puede comparar en países que han implementado diferentes vacunas para las mismas poblaciones.
3. La variante andina alerta a la OMS
Desde el inicio de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud vigila todas las variantes que han surgido desde la irrupción del Sars-CoV-2.
Según el nivel de contagiosidad, el organismo ha establecido dos categorías para las más peligrosas: variante de preocupación (VOC, su sigla en inglés) y variante de interés (VOI, en inglés).
Y este martes, en una actualización de esta categorización, la OMS reconoció que el linaje del virus Sars-CoV-2, conocido como variante “andina” o C.37 es una “variante de interés” (VOI).
Tras seguir el desempeño de esta variante durante un tiempo prolongado, dice el informe, y obtener más información y evaluaciones actualizadas, ahora se considera que cumple con criterios para ingresar a este grupo, el mismo en el que están variantes como P.1, surgida en Brasil.
De acuerdo a la definición de la OMS, es una variante de interés (VOI) aquel linaje que cambia fenotípicamente en comparación con una referencia o posee un genoma con mutaciones que conducen a cambios que hacen sospechar de implicancias en ciertos partes del virus (por ejemplo, en proteína Spike) y ha sido identificado como causante de transmisión comunitaria.
“Lambda se ha asociado con tasas sustanciales de transmisión comunitaria en varios países, con aumento de la prevalencia a lo largo del tiempo junto con una mayor incidencia de Covid-19. Las primeras muestras secuenciadas fueron reportados desde Perú en agosto de 2020. Al 15 de junio de 2021, se han subido más de 1.730 secuencias a GISAID de 29 países o territorios. Se ha observado una prevalencia elevadaparticularmente en América del Sur en países como Chile (31% de prevalencia general entre las secuencias enviadas desde que se detectó por primera vez en esta ubicación hasta la fecha)”, señaló el documento de la OMS.
En Chile, Lambda se comenzó a detectar en febrero, igual que en Argentina. La OMS reconoce que Lambda se ha detectado en Chile a tasas similares a la variante Gamma (P.1 o brasileña) y superando con creces a la variante Alfa (británica). En Perú, es la más frecuente, por sobre todas.
Según el Informe Epidemiológico Circulación de Variantes Sars-CoV-2 en Chile publicado el 15 de mayo pasado: la variante brasileña (P.1 o Gamma como la bautizó la OMS) y la andina (C.37), ahora Lambda son las de mayor circulación en Chile. La actualización de este informe elaborado por el Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud y publicado este domingo, muestra que el 62% de las 2.811 muestras del nuevo coronavirus Sars-CoV-2 secuenciadas entre diciembre del año pasado y el 11 de junio, son estas dos variantes: 37,4% (1.051 muestras) de P.1 y 25% (700 muestras) de C.37. La variante británica (B.1.1.7 o Alfa según OMS), representa el 9,2% de las muestras secuenciadas (258).
Con Lambda, ya son siete las variante de interes reconocidas por la OMS. Las variantes de preocupación, siguen siendo cuatro: Alfa (británica, B.1.1.7), Beta (sudafricana, B.1.351), Gamma (brasileña, P.1) y Delta (india, B.1.617.2).
El viernes 23 de abril, una investigación publicada en virological.org, un foro de investigadores dedicados al estudio de los virus, reportaba un nuevo sublinaje del virus Sars-CoV-2 que se expandía por Chile y Perú.
Pablo Tsukayama, profesor de Microbiología de la Universidad Peruana Cayetano Heredia y autor principal de este reporte, explicó en esa oportunidad a Qué Pasa que la nueva variante bautizada por ellos como C.37 presenta en su genoma 19 mutaciones que generan un cambio en la secuencia de aminoácidos y siete de estos cambios ocurren en la proteína Spike (S) que es la que se adhiere a las células humanas y que es el principal antígeno del virus y el objetivo de la mayoría de las vacunas. Además, varias de estas mutaciones estan presentes también en las variantes británica, sudafricana y brasileña.
Aunque en los primeros días, las autoridades nacionales no reconocieron esta nueva variante, en el los informes epidemiológicos que siguieron en mayo sí lo hicieron. En Chile, se habría detectado por primera vez en febrero y desde marzo aumentó su circulación. Para la autoridad sanitaria, el crecimiento de los contagios de esta variante hacía nevesario estar atentos a los cambios en la caracterización epidemiológica.
Según Tsukayama, la variante, posee varias mutaciones. Hay una en particular que le llama la atención al científico, y que está en el gen ORF1a. En ese gen, se borraron tres letras o tres aminoácidos, que es la misma deleción que ocurrió en la variante británica, sudafricana y brasileña. La otra mutación está en la proteína S. Aquí presenta una combinación nueva, que también se ha visto en otras mutaciones, pero que en este caso, reúne 7 deleciones, siete aminoácidos que se borraron.
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