Se estima que uno o dos de cada 1.000 niños que se contagia de sarampión morirá. Y aunque la enfermedad tiene una vacuna específica, en los últimos cuatro o cinco años, su presencia en muchos países se ha ido expandiendo.
Solo en Europa, los casos pasaron 5.237 en 2016, a 21.135 en 2017 y más de 41.000 en 2018, la mitad de ellos en Ucrania. Solo en los dos últimos años, 69 personas murieron por esta enfermedad en el continente, las mismas que en los 17 años anteriores.
Aunque a menor escala, la propagación de la enfermedad también está afectando a EE.UU. Solo en la ciudad de Portland se han contabilizado 31 casos hasta el viernes, de los cuales 26 no se habían vacunado contra la enfermedad. Hay otras nueve personas que se sospecha padecen la enfermedad.
El brote de sarampión se ha visto potenciado por una tasa de vacunación más baja de lo habitual en lo que se ha identificado como un semillero de opositores a la vacunación en Estados Unidos.
Las autoridades sanitarias en el suroeste del estado de Washington, al otro lado del río Columbia, dijeron que las personas pudieron haberse expuesto a la peligrosa enfermedad en más de una treintena de lugares, incluido el Aeropuerto Internacional de Portland, un partido de la NBA de los Trail Blazers, una ubicación de Amazon Locker y en tiendas como Ikea y Costco.
En Estados Unidos hay 18 entidades que permiten exenciones no médicas de vacunas infantiles debido a creencias filosóficas. En junio de 2018, un estudio publicado en la revista PLOS Medicine encontró un alza en el número de niños que se inscriben en jardines infantiles con esta exención no médica en 12 de esos estados e identificó 15 zonas metropolitanas con tasas más altas de exenciones. Portland fue uno de esos puntos.
La mayoría de los casos involucran a niños menores de 10 años, dijo el Departamento de Salud Pública del condado Clark en un comunicado.
La vacuna contra el sarampión ha sido parte del esquema de vacunación infantil por décadas, y la enfermedad fue declarada erradicada de Estados Unidos en el 2000. En Chile, la enfermedad fue erradica en 1992. Todos los casos notificados desde entonces en el país han sido de personas que viajaron al extranjero o de extranjeros en el país.
Según la Dra. Jeannette Dabanch, infectóloga y coordinadora del Comité de Infecciones Emergentes de la Sociedad Chilena de Infectología (Sochinf), en Estados Unidos se han reportado brotes de diferente magnitud en los últimos 8 años, el mayor de ellos en 2014 con más de 600 casos. "En Chile, se han detectado de forma intermitente brotes acotados y relacionados a casos importados, el último en 2018 con 23 casos, todos con nexo entre ellos, y previamente en 2015 con 9 casos relacionados a uno importado".
Problema global
Pero el sarampión sigue siendo un gran problema en otras partes del mundo. Los viajeros infectados en el extranjero pueden traer el virus al país y propagarlo, causando brotes periódicos.
El año pasado hubo 17 brotes y unos 350 casos de sarampión en Estados Unidos. Antes de la vacuna, entre 400 y 500 personas morían de sarampión cada año en ese país, 50.000 personas eran hospitalizadas y 4.000 desarrollaban una inflamación cerebral que podía causar sordera.
El condado de Clark, que incluye la zona residencial de Vancouver, en Washington, tiene una tasa de vacunación contra el sarampión de 78%, muy por debajo de la de 92% o 94% que se requiere para la llamada "inmunidad colectiva", señaló Marissa Armstrong, portavoz del Departamento de Salud, que garantiza que las personas que no estén vacunadas no se contagien gracias al efecto protector de los que sí lo han hecho (efecto rebaño).
El virus del sarampión, que se propaga al toser o estornudar, puede permanecer en el aire hasta por dos horas en un espacio aislado. Noventa por ciento de la gente expuesta al sarampión que no se han vacunado se enfermará, dijeron las autoridades sanitarias.