Durante su carrera como investigador en educación, Antoni Verger se ha especializado en establecer las debilidades y fortalezas que genera un sistema educativo público de uno privado. El investigador del Departamento de Sociología de la Universitat Autónoma de Barcelona conversó con Qué Pasa en su visita a Chile invitado por la U. Alberto Hurtado para entregar detalles de sus estudios y entregar un diagnóstico del modelo educativo nacional.

¿Cómo es el sistema educativo en Chile comparado con otros países?

Depende de con qué país se compare. Chile se caracteriza por tener un sistema educativo muy peculiar, desde una perspectiva internacional y comparada. En los años 80 se hizo uno de los mayores experimentos de reformas pro mercado del mundo. En EE.UU. se han hecho medidas de voucher escolar, pero de forma menos continuada en el tiempo y más local. Acá hubo una reforma de mercado bastante drástica, en el sentido de que se instaló a nivel nacional. En Chile, esto generó un nivel de inversión privada muy fuerte en educación, y también un nivel muy alto de segregación. Esto no quiere decir que los resultados del sistema educativo agregado sean necesariamente malos, pero sí son diferentes en función del origen social. Eso diferencia a Chile con otros contextos, como los que tenemos en Europa, donde hay un sistema de bienestar más establecido.

¿Cuáles han sido los últimos hallazgos en tus investigaciones sobre la educación chilena?

Lo que hemos encontrado es que las escuelas responden de manera muy diferentes ante las pruebas estandarizadas, y eso es algo que tenemos que indagar todavía. Hay escuelas que hacen un uso intensivo de estos datos para mejoras educativas, pero hay otras que dicen que no tienen tiempo para utilizar estos datos. También hay un cierto escepticismo en el valor que estos datos puedan informar algo que ya saben los mismos profesores. Se genera un cierto consenso en que este tipo de pruebas generan una presión excesiva sobre el profesorado y las direcciones de centro. Estamos viendo en qué se produce esta presión.

También genera una cierto aislamiento de las escuela ante la comunidad, o con otras escuelas del entorno. Estos comportamientos se han documentado en otros países que generan este tipo de consecuencias, y estamos viendo si esto también estaría pasando en Chile. Poner demasiado énfasis en el empeño y pruebas estandarizadas, como el Simce, hace que se reduzca mucho el currículum, que los conocimientos se centren mucho en aquello que va a ser evaluado, y también que dediquen mucho tiempo a ensayar para obtener buenos resultados en el test. Estos reducirían el espacio para que se puedan desarrollar otras actividades pedagógicas más activas y creativas.

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Antoni Verger durante su visita a Chile, invitado por la U. Alberto Hurtado.[/caption]

¿Existe un factor en el origen de la escuela y el desarrollo curricular?

Chile es un caso interesante para observar la influencia desde la perspectiva público-privado. El sector público en Chile concentra un mayor número de alumnado vulnerable, y eso supone que las familias no están tan preocupadas por los resultados de aprendizaje en Simce, pero sí las escuelas están preocupadas por cómo van a ser evaluadas por las agencias de calidad, que están amenazando con cerrarlas.

En cambio, hay escuelas particulares, o subvencionadas, que si tienen un tipo de alumnado, cuyas familias se preocupan más por su desempeño académico. Ahí hay una presión por parte de las agencias, pero también por las familias. Existe una presión reputacional, porque son escuelas que participan por dinámicas de mercado. Eso hace que el resultado de las prueba y la competición puede dar esos efectos.

¿Cómo se debería hacer cargo el Estado con el mejoramiento de la educación pública?

Hay una cuestión de recursos que es muy importante, y es condición necesaria para que haya calidad. Sin inversión suficiente es muy difícil que exista un desempeño equitativo para todos y todas. Otra buena práctica es tener docentes bien calificados, bien formados y seleccionados. Porque no basta solamente con la formación universitaria, sino que esa formación debería ser de calidad y constante.

En nuestro estudio hemos visto que los profesores de Chile dedican mucho tiempo a estar en actividades de aula, y tienen poco tiempo para trabajar con sus colegas y para preparar las clases y para hacer actividades de formación permanente. En su país sería importante reforzar esto.

Otra de las características de los programas exitosos es que promuevan el trabajo en red, la colaboración y no la competición. Aquí, Chile tiene un reto muy importante, ya que tiene una política, a través del voucher y la libre competencia, que promueve mucho la competencia y poco la colaboración entre agentes educativos. Otro tema muy importante es el tema de la selección. Es necesario impedir la capacidad de los colegios al elegir sus alumnos, porque sabemos que eso genera segmentación, genera segregación y genera escuelas de muy distinta calidad.