La Alianza Internacional para las Áreas Marinas Protegidas, la Biodiversidad y el Cambio Climático, con respaldo científico de representantes de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como también de la Alianza de Ciencia y Tecnología Marina de Escocia, trabajarán con líderes mundiales para entregarles la información y herramientas necesarias para que impulsen la contribución de las AMP, y la biodiversidad que estas áreas protegen, como solución para ayudar a mitigar los efectos del cambio climático en el océano.
Las agencias de gobierno representadas en esta alianza son: el Comité Conjunto para la Conservación de la Naturaleza (JNCC) del Reino Unido; el Ministerio del Medio Ambiente de Chile; la Oficina de los Santuarios Marinos Nacionales de NOAA en los Estados Unidos; el Ministerio de Medio Ambiente y Energía de Costa Rica; y la Agencia Francesa de Biodiversidad.
“Al alero de la COP25, conformamos esta alianza co-liderada por Chile y el Reino Unido, para visibilizar el rol de las áreas marinas protegidas del mundo en la acción climática, ya que debemos reducir las brechas de información que existen y generar las herramientas que nos permitan tomar decisiones en los océanos basadas en la ciencia” dijo la ministra del Medio Ambiente de Chile, Carolina Schmidt.
A medida que la temperatura de la Tierra aumenta, el cambio climático y la acidificación del océano están impactando rápida y severamente a las especies, ecosistemas y a las personas en todo el planeta, poniendo en peligro la seguridad alimentaria, la protección de las costas, el sustento de las personas y un desarrollo económico sustentable.
Si bien es esencial que se fortalezcan las metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, las AMP han recibido cada vez mayor reconocimiento como una herramienta clave para mantener o restaurar la resiliencia de los ecosistemas en un clima cambiante, a la vez que generan impactos positivos para la biodiversidad. Las AMP pueden proteger hábitats de carbono azul, incluyendo marismas, pastos marinos, manglares y el fondo marino, que permiten el almacenamiento del carbono atmosférico en el largo plazo.
Estos hábitats marinos y costeros también conservan la biodiversidad y nos entregan abundantes servicios ecosistémicos, incluyendo protección contra tormentas y control de la erosión, producción de alimentos, oportunidades de empleo, turismo y recreación. Además, las redes de áreas marinas protegidas (AMP) bien integradas pueden incrementar la supervivencia de especies, permitiéndoles movilidad y refugio de algunas amenazas.
“Hemos logrado avanzar en la integración de la agenda oceánica y la agenda climática en la discusión de la COP25 y en los temas que son propios de nuestro país. Ya en abril de 2020, Chile fue pionero en incluir el océano en su Contribución Determinada a Nivel Nacional, donde comprometimos acciones de adaptación y mitigación frente al cambio climático en nuestras áreas marinas protegidas. Hacemos un llamado a la comunidad internacional para que reconozcan el rol esencial que estas áreas tienen en entregar soluciones tangibles a nuestra crisis climática”, afirmó la Ministra Schmidt.
La colaboración internacional es fundamental para lograr los beneficios climáticos que las AMP pueden generar. Los miembros de esta Alianza están comprometidos a explorar sinergias, intercambiar conocimiento y experiencia, y a trabajar en conjunto para abordar vacíos en el conocimiento científico que permitan promover a las AMP como una solución para combatir el cambio climático. Su primera meta será avanzar en generar evidencia para la COP26 que permita fortalecer el rol de las AMP como una herramienta para combatir el cambio climático.
La Alianza ha creado el sitio web www.mpabioclimate.org que contiene herramientas y casos de estudio sobre AMP y organizará webinars en cada país miembro sobre el rol que juegan las AMPs en abordar los impactos del cambio climático y en la conservación de la biodiversidad.