Recibir apoyo en plena era digital, no es solo dar un abrazo. Mensajes de ánimo por chat, contactarse por redes sociales, hasta un like en Facebook, a enviar stickers o memes por Whatsapp, son también una efectiva compañía. Lo sabemos y lo hemos experimentado en el año en que la vida se volvió mucho más digitalizada: 2020.
¿Pero qué efectos tiene una u otra interacción en términos emocionales? Un estudio en Chile, que indagó la vivencia de rendir la PSU en estudiantes, concluyó que luego de recibir mensajes de apoyo emocional en línea los días después de los tres eventos principales de la PSU, los jóvenes se sintieron levemente menos estresados, lo que no ocurrió con la retroalimentación positiva cara a cara, la cual no reportó ningún efecto significativo.
La investigación, realizada por Carmina Rodríguez, académica e investigadora de la Escuela de Comunicaciones y Periodismo de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), buscó analizar los efectos de recibir mensajes apoyadores luego de compartir emociones en línea durante la experiencia de realizar la Prueba de Selección Universitaria (PSU).
Una de las teorías en las se basó Rodríguez en su doctorado en comunicaciones fue la de compartir emociones y el recibir apoyo emocional. "Entonces quise centrarme en estudiar las diferencias entre recibir apoyo por distintos medios, cara a cara y en línea”, indica.
El estudio fue realizado en co-autoría junto a los dos supervisores del doctorado de Rodriguez, Ed Tan, de la Universidad de Ámsterdam y Peeter Verlegh, de la Universidad Libre de Ámsterdam y dos investigadores que tienen una gran experiencia y conocimiento en metodologías de análisis, ambos de la Escuela de Investigación en Comunicación de Ámsterdam (ASCoR): los doctores Ine Beyens y Rinaldo Kühne.
El estrés de la PSU
La idea era indagar ese efecto en un evento estresante “natural”. Una experiencia que no fuera inducido en un laboratorio. Algo que surgiera espontáneamente. Ahí fue cuando Rodríguez se acordó de la experiencia de dar la PSU. Decidieron junto a los otros co-autores centrarse en ese evento. Un “estresor” o vivencia relevante en la vida de muchos.
El estudio consideró a 468 jóvenes de 18 a 19 años, residentes en todo Chile que dieron la PSU el 2015. Identificó además tres “eventos” importantes en la PSU. Primero, dar la prueba en noviembre. Segundo, recibir el puntaje cerca de la Navidad, en diciembre. Y el tercero, finalmente recibir el resultado de las postulaciones a carrera y universidad a fines de enero.
En cada una de esas etapas indagaron si es que los jóvenes recibieron retroalimentación positiva en línea en redes sociales y cara a cara durante su proceso PSU, para determinar así el efecto de ambos tipos de feedback a lo largo del tiempo en sus emociones.
En la investigación, publicada en el Journal of Computer-Mediated Communication, se utilizó técnicas de análisis estadístico de punta, "por ende tuvimos varias rondas de revisión antes de que el artículo fuera publicado en agosto de este año”, cuenta la investigadora.
La baja del estrés detectada fue leve, dice Rodríguez, “pero aun así, esta leve disminución resultó estadísticamente significativa”.
Los jóvenes encuestados declararon recibir apoyo emocional en redes sociales a través de conocidos, pero también de desconocidos, a través de grupos de apoyo para dar la PSU por ejemplo en Facebook.
Mensajes amables
El estudio indica que en el día antes y después de cada fase de la PSU, los comentarios en línea ayudaron modestamente a disminuir el estrés. Un efecto que se vio en aquellos mensajes que están dentro de la categoría de comportamiento prosocial, entendido como el comportamiento voluntario que beneficia a otros o promueve relaciones armoniosas con otros.
Diversos estudios establecen que recibir un comportamiento prosocial a través de las redes sociales mejora la tendencia de las personas a actuar de manera prosocial en línea. Es decir, en un diálogo más positivo y empático.
Aunque existen otros estudios que hablan del efecto positivo de mensajes en línea a través de grupos de apoyo, eran muestras anglosajonas y en otros contextos. Además, grupos de apoyo en blogs tienen otras características como un mayor anonimato y la gente no publica su foto real, usando generalmente pseudónimos.
“Esa anonimidad se ha encontrado en estudios que afecta los posibles beneficios que se puedan recibir, pues las personas se sentirían más libres de expresar emociones y de entregar un apoyo emocional determinado”, dice Rodríguez. En las redes sociales incluidas en el estudio, como Facebook o Whatsapp, se postea con nombre verdadero y normalmente acompaña el perfil con una foto “real”, por lo cual el factor de la anonimidad era mucho menor.
Durante un evento de vida estresante, las personas a menudo buscan el apoyo de otros. Y la “regla de oro”, de que se apoyo solo es efectivo en el cara a cara es lo que estos resultados cuestionan.
“La lección más importante creo yo es el potencial de estas redes sociales de ayudar a las personas a regular ciertas emociones, siempre dentro de un contexto determinado y además con respuestas bien intencionadas, que apunten a ayudar al otro, es decir respuestas prosociales”, señala Rodríguez.
El estudio aporta antecedentes empíricos de que, si respondemos a las emociones de otros de manera apoyadora en línea, “podemos contribuir un grano de arena al bienestar emocional del otro. Eso es fundamental”, subraya. Mensajes de apoyo que permanecen y que los usuarios de las redes sociales pueden volver a acceder en cualquier momento.
Habla también del potencial de la comunicación virtual para mejorar la vida de los estudiantes. Lo cual es aún más relevante en un contexto de pandemia, donde los jóvenes se deben comunicar aún más de manera virtual. “Hoy es muy común el recibir mensajes por redes sociales o ser parte de un grupo de apoyo en línea y algunos podrían cuestionar la efectividad de este tipo de comunicación”, dice Rodríguez.
Resultados, dice el estudio, “que brindan a los futuros investigadores de los efectos emocionales del apoyo de las redes sociales, una ventana de tiempo adecuada de uno o dos días después de un evento de importancia; y un precedente novedoso de su importancia a nivel intrapersonal”.