La debilidad del mercado chino deslavó las ventas de iPhone, una marca que en los dos últimos años, solo ha crecido 6%. Si bien en las estanterías asiáticas hoy se venden menos iPhone, la contracción del teléfono de Apple responde a un fenómeno más global que solo a la reducción del mercado oriental: los usuarios han prolongado la tasa de recambio de teléfonos, que pasó en algunos casos de menos de un año hasta más de tres.

Según un estudio de la consultora Kantar, por ejemplo, si en 2013 un español cambiaba en promedio su teléfono cada 16 meses, para 2016 la cifra subió a 20,5 meses. En EE.UU., en el mismo período, un cliente pasó de cambiar en promedio su teléfono cada 20 meses a casi 23 meses, y en Francia, de cada 18,3 a 22,2.

Según el analista Dan Ives de la firma de investigación Wedbush Securities, citado por el sitio Dawn.com.s, los usuarios de Apple ahora actualizan sus modelos cada 33 meses en promedio, más que los 24 o 25 meses de hace tres años.

A medida que la innovación en el mercado de smartphones se relentiza, los consumidores están alargando cada vez más la vida de sus dispositivos móviles.

Analistas estiman que al igual como ocurrió con el mercado de los computadores, hemos llegado a un punto máximo en el que las ventas de teléfonos inteligentes comienzan a desacelerarse.

Esto provoca que cualquier lanzamiento de un nuevo dispositivo tenga que torcer esta inercia, incluso para probados modelos como el iPhone.

En este cada vez más lento recambio, los usuarios están explorando alternativas distintas, como los llamados teléfonos open box (modelos que su dueño abrió, pero no utilizó y que se vuelven a vender prácticamente como nuevos) o incluso, a los llamados modelos reacondicionados, una elegante manera de vender teléfonos usados como nuevos, pero que mantienen su garantía.

El llamado "peak del PC" resultó demoledor para todas las compañías involucradas, desde HP hasta Toshiba, e incluso las compañías más grandes en ese momento no eran inmunes a la presión brutal de inversores, adquisiciones y la competencia por la disminución de las ventas, con usuarios que cada vez estiraban más la vida útil de sus computadores.

Con los teléfonos inteligentes, el peak puede parecer diferente, pero será un baño de sangre cuando las compañías de hardware luchen por nuevos modelos de negocios, debido a relentización de las ventas.

"La industria de los teléfonos inteligentes está atravesando vientos en contra importantes", dijo Ives. "Los fabricantes de teléfonos inteligentes solían ser como adolescentes, y la industria estaba en llamas. Ahora parece que son más como personas mayores en términos de madurez", agregó.

Apple finalmente descubrió el techo de hasta qué punto puede aumentar los precios antes de que los consumidores se den por vencidos y estiren la vida útil de sus aparatos.

Las innovaciones tecnológicas en teléfonos tuvieron un crecimiento exponencial a principios de la década de 2010, con mejoras espectaculares en el tamaño y resolución de la pantalla, la vida útil de la batería, las cámaras y la velocidad del procesador, un explosivo sendero que tocó techo en 2014, con  el lanzamiento del  iPhone 6 y 6 Plus. El incremento de los precios no siguió el mismo ritmo que el de la innovación, y hoy los consumidores parecen estar notando que esta ecuación ya no es equilibrada.