El mundo está viviendo mega tendencias de futuro que implican oportunidades inimaginables, pero también grandes amenazas, afectando la vida íntima y emocional de las personas y sus comunidades, además de generar nuevos paradigmas culturales, económicos e institucionales.
La emergencia climática está cambiando de manera drástica la vida de los humanos, animales y plantas del planeta. El desarrollo de las ciencias biológicas y la biotecnología están modificando nuestra manera de entender el mundo, al tiempo que el avance de la medicina y la ingeniería posibilitan que la esperanza de vida siga aumentando.
Como consecuencia, esto ha provocado un impacto demográfico de amplia escala, transformando el mercado laboral, la vivienda, el transporte y el financiamiento de la seguridad social. Incluso más, los efectos de esta revolución biológica distan de remitirse a cuestiones demográficas o de tener un horizonte predecible: las tecnologías de edición genética en seres vivos y su interconexión con lo digital comienzan a modificar nuestra concepción de lo vivo. Asimismo, la cuarta revolución industrial que estamos experimentando comienza poco a poco a sustituir la inteligencia humana, con implicancias que todavía estamos lejos de vislumbrar.
Frente a este escenario incierto, el Congreso Futuro en su versión del 2022, nos invita a reflexionar bajo el lema “Aprender a Convivir”, y con ello nos llama a hacer lo que ha llevado a nuestra especie a su posición hoy: adaptarnos. Y no me refiero a la adaptación biológica descrita por Darwin, sino a la increíble capacidad humana de cuestionar, analizar y teorizar sobre nosotros mismos y nuestro entorno, para luego modificar nuestras conductas en pos de esa nueva realidad dibujada a través del conocimiento.
Históricamente, han sido pocos en el planeta quienes han tenido la posición de acceder y administrar el conocimiento, más bien han sido desde una posición de elite. Es en este sentido, que uno de los desafíos más apremiantes para aprender a convivir en estos tiempos de cambios acelerados, ciudadanías empoderadas y entornos cambiantes, es democratizar el acceso al conocimiento y los beneficios que este trae a la población, así como entregar las herramientas para protegernos de potenciales amenazas.
Y por ello es que este evento, y todos aquellos esfuerzos por llevar el conocimiento complejo al alcance de todas las personas, revisten de una importancia crucial, porque el factor más importante para construir una sociedad preparada para reaccionar al futuro será la apropiación social de la ciencia y el conocimiento. Hemos visto que no basta con que representantes desde la ciencia o la política declaren que todos debamos cumplir única y exclusivamente con las medidas sanitarias, también es fundamental promover las herramientas para que todos comprendamos el por qué de estas decisiones y a la vez entender el por qué estas medidas son importantes para protegernos entre todos.
Este ejemplo se trasladará a otras esferas, y sin ir más lejos, se puede mencionar sobre cómo reaccionar a cambios sobre el uso del agua ante una crisis global, usar o no ciertas tecnologías, implantar un chip a un ser querido o comprender qué es un robot humanizado y quién lo controla. Crecientemente, la sociedad contemporánea requerirá que todas las personas, y no solo las élites, puedan entender los fenómenos a los que debemos reaccionar. Por ello, la comprensión básica del conocimiento científico-tecnológico será el “ABC” para que las personas puedan tomar decisiones autónomas e informadas en pos de objetivos socialmente acordados.
*Subsecretaria de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.