La Niña y El Niño son los dos extremos de un patrón climático recurrente que puede afectar el clima en todo el mundo.
Los meteorólogos saben que La Niña ha llegado cuando las temperaturas en el Océano Pacífico oriental a lo largo del ecuador al oeste de América del Sur se enfrían al menos medio grado Celsius por debajo de lo normal. Durante El Niño, la misma región se calienta.
Esas fluctuaciones de temperatura pueden parecer pequeñas, pero pueden afectar la atmósfera de maneras que se propagan por todo el planeta.
Estos son los dramáticos efectos que podría provocar el fenómeno de La Niña en Argentina
Según explica el científico Pedro DiNezio, profesor de Ciencias Atmosféricas y Oceánicas en la Universidad de Colorado Boulder, los trópicos tienen un patrón de circulación atmosférica llamado Circulación de Walker, nombrado así en honor a Sir Gilbert Walker, un físico inglés de principios del siglo XX. La Circulación de Walker son básicamente bucles gigantes de aire que suben y bajan en diferentes partes de los trópicos.
Normalmente, el aire se eleva sobre el Amazonas e Indonesia porque la humedad de los bosques tropicales hace que el aire sea más flotante allí, y desciende en África Oriental y el Pacífico oriental. Durante La Niña, esos bucles se intensifican, generando condiciones más tormentosas en los lugares donde suben y condiciones más secas donde descienden.
Según los últimos reportes de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (Noaa, su sigla en inglés), existe un 70% de propabilidades que La Niña llegue en agosto y que después de un año de permanencia, “El Niño liberó su dominio sobre el Pacífico tropical en mayo de 2024″.
En el Pacífico, La Niña trae temperaturas más frías que el promedio en la parte centro-oriental de la cuenca, vientos más fuertes tanto cerca de la superficie como en altitudes elevadas, y lluvias más intensas de lo normal sobre Indonesia y el resto del continente marítimo.
Según la Noaa, hay un 65 por ciento de posibilidades de que La Niña llegue entre julio y septiembre. Incluso, la probabilidad de que el fenómeno ya esté presente en entre septiembre y octubre supera el 80%, el que incluso se eleva casi a 90% para los meses entre octubre y enero del próximo año.
La Niña es un fenómeno que produce un enfriamiento a gran escala de las aguas superficiales de las partes central y oriental del Pacífico ecuatorial, además de otros cambios en la circulación atmosférica tropical, es decir, en los vientos, la presión y las precipitaciones.
En América Latina, el evento ha afectado a cultivos como el trigo, la soja y el maíz, dañando economías regionales a menudo muy dependientes de la agricultura.
Los expertos han advertido que las naciones latinoamericanas deben estar en alerta máxima ya que un cambio rápido a La Niña esta vez podría dejar a las poblaciones y a los cultivos poco tiempo para recuperarse.
La situación Argentina países por la llegada de La Niña
La Niña suele generar veranos más cálidos y secos en el sur de Brasil y Argentina. Este clima más seco, ha despertado la alarma entre los agricultores argentinos, uno de los principales exportadores de soja y maíz del mundo.
Sin embargo, la Noaa recientemente redujo su estimación de la intensidad de La Niña, lo que la Bolsa de Comercio de Rosario calificó el pasado 24 de junio como “un alivio”
Argentina sufrió dramáticas pérdidas de cosechas el año pasado debido a una sequía histórica también causada por La Niña.
“Esta es una buena noticia para las precipitaciones en Argentina durante el período de primavera y verano (en el hemisferio sur)”, indicó la bolsa.
Según un informe del Instituto Geográfico Militar de Argentina, durante los episodios de La Niña en Argentina, se produce una disminución drástica de las precipitaciones en amplias regiones del país, generando graves problemas en el sector agropecuario.
Para la prevención de estos episodios, dice el documento, desde 1997 los investigadores y técnicos del Centro de Relevamiento y Evaluación de Recursos Agrícolas y Naturales (CREAN) de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la U. de Córdoba, han desarrollado proyectos para la evaluación de la ocurrencia de sequías.
Según el Servicio Meteorológico Nacional Argentino (SMN), los efectos de La Niña sobre el país son diversos y varían dependiendo de la fase, la región y la época del año.
No obstante dice que en particular durante la primavera y verano el noreste argentino tiende a registrar precipitaciones por debajo de lo normal.
Según Cindy Fernández, del área de comunicación del SMN, citada en un artículo de prensa, si el evento climático llega a la Argentina durante el próximo verano, los efectos podrían incluir, según Fernández, “no favorecer las precipitaciones, sobre todo en el Litoral y el norte de la provincia de Buenos Aires”.
“Con La Niña, las lluvias suelen ser bastante escasas, especialmente en esa zona, y además también se favorecen las altas temperaturas. Los veranos con el fenómeno de La Niña suelen tener períodos muy cálidos, temperaturas muy elevadas, varias olas de calor y muchos días soleados”, detalló.
El invierno 2022 en la Argentina fue un 33,3% más seco que lo normal, y se posicionó como el 7° más seco desde 1961 y el 5° consecutivo en registrar déficit de lluvias, según indicó el SMN.
Además, la Ciudad de Buenos Aires, junto a las de Rosario, Junín, San Pedro, Perito Moreno y Ezeiza registraron su invierno más seco desde 1961, con precipitación acumulada de hasta 50 y 100 milímetros por debajo del promedio.