La Asamblea General de la ONU adoptó este jueves su primera resolución respecto a la Inteligencia Artificial (IA) por el consenso de todos los Estados miembros para promover su desarrollo de forma “segura”, “responsable” y “equitativa” para evitar las desigualdades entre países y su posible uso “malicioso”.

“Reconociendo que unos sistemas seguros, protegidos y fiables de inteligencia artificial (...) centrados en las personas, son fiables, se pueden explicar, son éticos e inclusivos, respetan plenamente la promoción y la protección de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional, mantienen la privacidad, están orientados al desarrollo sostenible y son responsables, tienen el potencial de acelerar y propiciar los avances hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el desarrollo sostenible en sus tres dimensiones (económica, social y ambiental) de manera equilibrada e integrada”, reza el documento.

Asamblea General de la ONU adopta su primera resolución respecto a la Inteligencia Artificial

Asimismo, la Asamblea cree que el correcto desarrollo de esta tecnología fomenta la transformación digital, promueve la paz, salva la brecha digital tanto dentro como fuera de los países e incluso promueve la protección y el goce de los Derechos Humanos.

Por otro lado, el texto reconoce que la Inteligencia Artificial puede tener un uso “incorrecto o malicioso” que podría socavar el desarrollo sostenible “en sus tres dimensiones” y que complicaría avanzar hacia los objetivos de la Agenda 2030.

Es por ello por lo que la resolución alienta tanto a los países como a organizaciones públicas y privadas, a medios de comunicación, a la sociedad civil y a otras entidades a promover un “ecosistema propicio a todos los niveles (...) para la innovación, el emprendimiento y la difusión de conocimientos y tecnologías en condiciones acordadas mutuamente”.

Además, insta a los Estados miembros de la Asamblea General a cooperar con los países en vías de desarrollo para evitar que se queden rezagados en la materia, de forma que se logre un futuro con un “acceso inclusivo y equitativo” a los beneficios de esta tecnología, enfatizando un llamamiento al sector privado para que se adhiera a las leyes internacionales y que actúen en base a los principios de la ONU.

La Asamblea General también ha reconocido que las bases de datos son fundamentales para el desarrollo para este tipo de sistemas, razón por la que ha puesto de relieve “la gobernanza justa, inclusiva, responsable y eficaz de los datos”, así como la mejora de su generación, su accesibilidad y su infraestructura.

Al ser una tecnología en constante desarrollo, los Estados miembros han acordado continuar con el debate sobre las diferentes novedades que surjan respecto al ámbito de la gobernanza de forma que los enfoques internacionales “vayan al compás” de la evolución de estos sistemas.

Estados Unidos celebra la adopción del texto

Desde Washington, altos funcionarios del Gobierno han celebrado la adopción de esta resolución, que ha sido presentada por Estados Unidos y copatrocinada por 120 países, por ser un “paso histórico” en el fomento de sistemas de Inteligencia Artificial seguros y fiables.

“Estados Unidos acoge con satisfacción la adopción por la Asamblea General de la ONU de una resolución que establece principios para el despliegue y el uso de la IA. El presidente (Joe) Biden y yo estamos comprometidos con el establecimiento y fortalecimiento de reglas y normas internacionales sobre tecnología emergente”, ha manifestado la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, en un comunicado de la Casa Blanca.

La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, REUTERS/Wolfgang Rattay

Por su parte, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, ha asegurado que se trata de “un paso histórico para fomentar sistemas de IA seguros y fiables” que servirá para exponer una visión global sobre la respuesta de los países a las “oportunidades y retos” de esta tecnología.

También ha destacado que el texto ha sido elaborado en consulta con expertos de la sociedad civil y del sector privado y teniendo en cuenta las prioridades y preocupaciones de los países en vías de desarrollo.