NGC 2438 se encuentra aproximadamente a 1.370 años luz de distancia de la Tierra, y es técnicamente una nebulosa planetaria. Las nebulosas planetarias no tienen nada que ver con los planetas; se llaman así porque se parecían un poco a los planetas cuando se veían a través de los primeros telescopios ya que su forma es esférica. Pero en rigor son enormes nubes de gas expulsadas de una estrella moribunda similar al Sol.
La nebulosa acaba de ser captada por el telescopio espacial Hubble, e ilustra cómo podría ser la muestra de cómo morirá nuestro Sol.
Nadie sabe exactamente cómo será la muerte de nuestra estrella, lo que se estima ocurrirá en unos miles de millones de años en el futuro, pero las muertes de otras estrellas similares al Sol, como la que acaba de ser retratada por el Hubble, nos dan una idea de cómo podría desarrollarse este celestial proceso.
De acuerdo a los astrónomos y físicos, cuando el Sol se acerque al final de su vida útil, se va quedando sin hidrógeno para fusionarse en el núcleo, el que comenzará a enfriarse y contraerse, interrumpiendo el delicado equilibrio entre la presión de la gravedad hacia adentro y la presión térmica y de radiación hacia afuera generada por la fusión del núcleo.
Esto generará un desequilibrio en el hidrógeno alrededor del núcleo, que se encenderá. Esto creará una gran cantidad de energía, lo que hará que las capas externas del Sol se inflen hasta convertirse en un objeto enorme y brillante que se cree llegará hasta la órbita de Marte.
Eventualmente, su inestabilidad provocará una serie de erupciones que expulsarán un gran porcentaje de su masa al espacio que lo rodea. El núcleo estelar colapsará y se convertirá en otro tipo de estrella, llamada enana blanca, brillando intensamente con el calor residual e iluminando el material expulsado desde adentro.
Esta es la nebulosa planetaria, la etapa en la que se encuentra ahora NGC 2438. Esta es una etapa muy breve en la vida útil de la estrella, que dura sólo unos 10.000 años; el material expulsado continúa expandiéndose hacia el espacio y eventualmente se volverá demasiado tenue para ser visto. Cada elemento de la imagen está codificado por colores: azul representa oxígeno, verde es hidrógeno, naranja es nitrógeno y rojo es azufre.
Esta es una nebulosa planetaria de múltiples capas con una nebulosa interior brillante, formada por dos carcasas algo desprendidas. Se expande a una velocidad de 37 km / s y está rodeada por un halo más débil, en su mayoría circular, que es más visible en la mitad occidental
En unos pocos miles de años, más o menos, será demasiado delgada para ser visto. Al Sol aún le queda mucha vida; su transformación en una gigante roja comenzará en unos 5 mil millones de años, pero NGC 2438 es una buena ventana para ver lo que podría ocurrir en nuestro futuro.