Sólo hoy la autoridad sanitaria anunció más de 2.600 nuevos casos de coronavirus en Chile, y a pesar de la gravedad de la situación, muchas personas insisten en no hacer caso a las recomendaciones de las autoridades de salud. Este grupo de ciudadanos es conocido como asintomáticos sociales. Son quienes no acatan normas preventivas: personas comunes y corrientes que no tienen conductas comunitarias integradas, e insisten en hacer todo lo contrario a lo que ha decretado la autoridad.
“Se trata de un grupo de personas, que a veces, incluso, pueden parecernos positivas u optimistas, ya que eliminan toda imposibilidad y obstáculo. Esta ilusión se transforma en su propia ideología. Y de esta forma ponen en riesgo a muchos“, asegura el psicólogo y director de ONG Mente Sana, Francisco Flores.
Aglomeraciones diarias en La Vega, una fiesta masiva en Maipú, traslados a balnearios, filas en supermercado o malls, son solo algunos ejemplos que han impactado fuertemente a la sociedad que, en su mayoría ha logrado entender la grave pandemia que está viviendo el país.
Ariel Quezada, jefe de carrera de Psicología de la U. Viña del Mar, añade que esto podría estar asociado a que existen sesgos, maneras de pensar y de interpretar la realidad, en la que regularmente pensamos que nuestras conductas son mejores que las de los demás. “En este sentido, nuestra conducta (ya sea de cuidado o de desprotección) solemos considerarla como la correcta y la de los otros inapropiada”.
De hecho “mientras más se preste atención a las medidas de prevención y se tiene mayor conciencia del riesgo, más angustia se puede originar, aumentando en algunas personas las vivencias de pánico o fuga”, señala Flores.
“También existe una fuerte influencia de culturas individualistas en las que se privilegia la decisión individual y el bienestar personal por sobre las consideraciones sobre los otros. Desde esta perspectiva solo debo cuidar por mi salud, pues de la salud de los demás se debería preocupar la otra persona”, establece Quezada.
Carencia de virtudes comunitarias asociadas
Las personas denominadas como asintomáticos sociales, tiene como característica principal el no tener conductas o virtudes comunitarias asociadas. Y, aunque cueste creer, “no es posible explicar estas conductas en términos racionales, ya que paradojalmente, no siempre actuamos persiguiendo nuestro propio bienestar”, explica Flores
Quezada considera que, “las personas solemos pensar (y con esto no digo que sea siempre correcto), que si a una persona le ocurre una desgracia, se debió a alguna consecuencia por algo que debió haber hecho mal”.
Respecto a las conductas de fuga, estas consisten en renegar la realidad, “ponerla entre paréntesis o bloquearla. Justamente como una manera de diluir una angustia intolerable. Y por eso se ven tantas personas actuando como si el riesgo no existiera o solo existiera para otros”, añade Flores.
“A esto se le denomina creencia del mundo justo, que es también un sesgo que nos permite tener un mundo más ordenado dentro de nuestras cabezas y supuestamente protegidos mientras nosotros no caigamos en desgracia”, señala Quezada.
Se debe aumentar el “contagio positivo”, viendo a la comunidad como un todo, incluida las autoridades , pudiendo influir positivamente como un todo. “Finalmente, las personas pueden ayudarse a tolerar la angustia de la situación actual, estableciendo rutinas y limitar la ansiedad del confinamiento forzoso”, explica Flores.