En 1965 se creo la primera carrera de Astronomía del país. Fue la Licenciatura en Astronomía de la Universidad de Chile que formó a las primeras generaciones de investigadores en el área.
En esa década comenzó además el interés astronómico por el norte de Chile. En la zona, privilegiada para observar y estudiar el cosmos gracias a las barreras naturales de la cordillera de Los Andes y el océano Pacífico, que impiden la entrada de las nubes y entregan un alto porcentaje de noches despejadas durante el año, se inició la inversión de universidades y organismos internacionales a través de distintos convenios para instalar grandes observatorios.
Gracias al desarrollo científico-tecnológico de la inversión extranjera, los cielos del norte de Chile han sido protagonistas de importantes descubrimientos y avances en astronomía.
Con ello también creció la formación en distintas universidades de profesionales en astronomía. Hoy cerca de 20 instituciones forman a los nuevos astrónomos y astrónomas a nivel nacional.
Para potenciar la astronomía en el país, su desarrollo y divulgación, junto con velar por los intereses y derechos de los astrónomos y astrónomas en Chile, en el año 2000 se creó la Sociedad Chilena de Astronomía (Sochias).
La Sochias cuenta con más de 340 miembros, los que por mayoría eligieron recientemente a su nueva presidenta: María Argudo-Fernández, doctora en Astrofísica y profesora del lnstituto de Física de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Hoy como presidenta de la Sochias, Argudo-Fernández es la tercera mujer en asumir en ese cargo. “No me lo imaginaba para nada”, reconoce sobre la elección que logró gracias a la mayoría de los votos de astrónomas y astrónomos en Chile.
Mónica Rubio, doctora en Astrofísica y Técnicas Espaciales, ejerció como presidenta de Sochias entre 2003-2007, y Patricia Arévalo, astrónoma especializada en Astronomía extragaláctica, en los años 2011 y 2012.
Comunidad astronómica chilena
La doctora en astrofísica no recuerda su vida sin que su principal interés no fuera la astronomía. La curiosidad por saber más de los objetos en el cielo la acompañó siempre. Por eso, dice el estudiar Física fue algo natural: “Empecé haciendo la carrera de física, luego fui doctora por la Universidad de Granada en España en el doctorado de física y matemática. Hice un doctorado y magister en Astronomía”.
Luego de España realizó su formación post doctoral en el Observatorio Astronómico de Shanghai, China. Ya en Chile, estuvo en la Universidad de Antofagasta y en la actualidad en el lnstituto de Física de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso como profesora asociada.
La investigación científica chilena en astronomía, destaca Argudo-Fernández ha vivido un importante crecimiento. Un impulso dado en gran parte, explica gracias a que el 10% del tiempo de observación de telescopios internacionales está reservado a proyectos chilenos.
“Teniendo en cuenta que los más avanzados telescopios del mundo están en Chile, tenemos una oportunidad única de acceso a observación”, subraya la presidenta de Sochias. Algunos de esos observatorios, añade han entregado fondos para formación profesional, y esa inyección de fondos influyó en la contratación de más post doctorados y profesores, “que ha hecho que se incremente el desarrollo de la astronomía nacional”.
Argudo-Fernández subraya que el rol de Sochias ha sido fundamental para el desarrollo y el fortalecimiento de la astronomía en el país, así como para la divulgación de esta ciencia en la sociedad. “A través de reuniones científicas nacionales e internacionales congregamos a cientos de astrónomos y astrónomas profesionales en Chile para presentar y discutir sus resultados más recientes”, comenta.
A su vez, con la participación en comités de asignación de tiempo de telescopio en observatorios internacionales instalados en Chile y en comités de fondos para el desarrollo de la astronomía nacional, “velamos por los intereses y derechos de la comunidad astronómica en Chile”, indica.
Astronomía inclusiva
Sochias defiende los intereses de la comunidad científica en materias de protección de los cielos oscuros de Chile y en hacer de la comunidad astronómica una comunidad más inclusiva, indica su presidenta “tanto al interior de la misma comunidad científica como en las actividades de educación y divulgación”.
La astronomía inclusiva es el enfoque que Argudo-Fernández quiere que sobresalga en su periodo. Es decir, acota, que “la astronomía sea accesible para todos y todas”. Que puedan acceder todas las personas independiente de nivel cultural, religión, socioeconómico y discapacidad, y en especial “llevar la astronomía a personas con discapacidad visual”.
Desde el enfoque de la Astronomía Inclusiva lo que se busca es, por ejemplo, motivar a niñas y jóvenes a considerar estudiar astronomía, y a la vez apoyar a mujeres en carreras de astronomía. También incluye alentar a participar a comunidad general, estudiantes y científicos con alguna discapacidad a través eventos accesibles e inclusivos y la promoción de prácticas de enseñanza de esta ciencia de formas accesibles.
En 2016 se formó el Grupo de Astronomía Inclusiva. Ya son más de 60 sus integrantes entre astrónomos, profesores, comunicadores científicos, personas con discapacidad visual, estudiantes, diseñadores, antropólogos, sociólogos, entre otros, que buscan promover y dar a conocer actividades con la participación de personas con discapacidad. A su vez, buscan generar los ajustes necesarios para la enseñanza y aprendizaje de la astronomía con un enfoque accesible e inclusivo.
“Mi motivación y principal aporte ha sido en hacer de la Sochias una sociedad más inclusiva”, indica Argudo-Fernández.
Los astrónomos y astrónomas para hacer ciencia necesitan ayuda de un telescopio para disfrutar del cielo, por eso se necesitan dar las herramientas, dice “para que quienes no pueden ver, logren conocer el cielo”.
¿Cómo se logra? Iniciativas de inclusión y accesibilidad de astronomía, por ejemplo, dice Argudo-Fernández son posibles al hacer descripciones más detalladas: “una persona que no ve, con las descripciones más detalladas puede entender, lo mismo con actividades con objetos táctiles para crear maquetas o actividades, para ayudar a público general y estudiantes”.
Para eso continuará, dice el apoyo a proyectos inclusivos previamente iniciados en directivas anteriores, como el proyecto Breaking the Silence, transformado ahora en el proyecto Breaking the Barriers (Rompiendo las barreras) financiado por el Comité Mixto ESO-Chile que busca apoyar los esfuerzos inclusivos en distintas actividades de divulgación astronómica.
También promocionar el Grupo de Trabajo Sochias en Inclusión y Género, creado en 2019 y que se adjudicó recientemente fondos del concurso ALMA-ANID para poder desarrollar sus objetivos y actividades en los próximos dos años.
Contempla además comenzar otros. Entre ellos el proyecto Ella es una Astrónoma, para visibilizar, dice a las astrónomas en Chile y promover vocaciones científicas en niñas y mujeres jóvenes.
Cada directiva dura dos años. Un tiempo que permite hacer cambios pequeños, reconoce Argudo-Fernández. También se debe considerar que todos los astrónomos y astrónomas tienen diferentes intereses científicos y expectativas. Sin embargo, admite “todos y todas queremos que avance la astronomía chilena”.
“Como astrónoma, en regiones continuaré aportando a las discusiones y decisiones, apoyando y promoviendo la descentralización de la astronomía”, señala sobre los proyectos que vienen.
Un proceso en el cual debe primar que las investigadoras e investigadores no sean solo receptores de la investigación astronómica, indica Argudo-Fernández, sino que participen y colaboren al mismo nivel en los grandes proyectos que vienen: “A eso queremos apuntar. El 10% de observación no es suficiente, queremos no solo usar los datos, sino participar en los proyectos desde su origen”.