En el presente, las actividades humanas son una fuerza adicional del sistema climático global. Los incendios en Australia nos dan un ejemplo de nuestro poder transformador sobre el clima del planeta y sus interacciones. El humo producido en los incendios forestales viajó por la alta atmósfera hasta nuestro país y, en interacción con sistemas frontales, podrían explicar los días de menor temperatura que hemos tenido recientemente. Todo esto ocurre en un escenario de aumento de temperatura global de "apenas" 1°C.
En Chile debemos mantenernos alertas ya que el riesgo a olas de calor e incendios persiste y la probabilidad de ignición estimada para estos días en el valle central no baja del 50%.
Además, recientemente, hemos conocido el Índice de Desempeño Frente al Cambio Climático (CCPI) que compara la situación actual del país respecto a lo que debe hacerse para enfrentar los compromisos del Acuerdo de París (evitar un aumento de 2°C). Chile aparece en lugar 11, con un alto desempeño asociado a bajas emisiones de CO2 per cápita y aumento progresivo de las Energías Renovables no Convencionales (ERNC) en la matriz energética.
Sin embargo, el aumento del consumo de energía y la falla en la implementación de políticas nacionales en relación a los objetivos de uso de energía del sector domiciliario y transporte, califica a Chile con un desempeño bajo, desalineándose de dicho acuerdo. Se requiere mucha más urgencia y ambición en estas dos áreas para aportar a la mantención de la temperatura global.
Australia partió el verano con récords en temperatura y sequía. Indicadores de cambio climático ya conocidos en Chile. Por la magnitud de la catástrofe, es difícil imaginar las consecuencias sociales y ecológicas de un aumento en 3 grados de temperatura.