La Inteligencia Artificial (IA) es parte de la cotidianidad. Es la que está detrás de simples acciones diarias, como por ejemplo, la de buscar información a través de dispositivos móviles, como Siri o Google Assistant. También está presente cuando aplicaciones como Spotify y Netflix, activan los llamados algoritmos de aprendizaje, para recomendar música y películas según los intereses de cada consumidor en base a sus reproducciones previas.
Su avance es evidente. Y las percepciones de cómo eso nos afectará no siempre son positivas. En Chile, un 34% de los chilenos teme perder su empleo a causa de la automatización y la IA dentro de los próximos 10 años. Así lo indica un estudio realizado por Activa Research junto a la red internacional WIN (Worldwide Independent Network) sobre IA en 40 países, con una muestra de 30.980 entrevistas.
En los resultados (ver infografía) se observa además que Chile, y América como un todo, muestran menor resistencia al hecho de que la IA reemplace en alguna medida las actividades realizadas por los médicos, muy similar a lo que ocurre en el conjunto de los países de Asia Pacífico. "De hecho, un 60% de los chilenos se muestra favorable a que la IA ayude a los médicos, sin llegar a sustituirlos. Algo similar ocurre con el uso de apps que recopilan y rastrean información, aspecto en el que sólo 1 de cada 4 entrevistados se muestra contrario a su uso", destaca Anabril Cerda, Directora de Consumer Insight de Activa Research.
Los datos del sondeo muestran una relativa apertura a la incorporación de este tipo de tecnologías. Sin embargo, destaca Cerda, esa percepción está acompañada de un importante temor a la pérdida del empleo asociado a esos procesos de automatización, temor que se manifiesta en un 34% de los chilenos, versus el 23% que comparte esta visión a nivel del total de países. "En este último aspecto, estamos muy lejos de países desarrollados y con economías enfocadas en la innovación y desarrollo, como Finlandia, Dinamarca o Alemania, en los que este temor a perder las fuentes de trabajo no alcanza al 10%".
Ese porcentaje entonces, destaca, efectivamente es una cifra que podría modificarse en el tiempo. La transformación digital en general y la incorporación de la IA en los procesos productivos es un fenómeno que, si bien ha sido paulatino. Hoy recién empieza a hacerse evidente y a tomar mayor relevancia a nivel de opinión pública, subraya Cerda. "Esto significa que el temor podría disminuir en la medida en que se vayan derribando algunos mitos o bien aumentar si se conocen casos de despidos masivos, atribuibles a estos procesos de automatización".
Si se observa por género, el miedo a perder el trabajo por la incorporación de la IA en los hombres es de 31%, y en las mujeres alcanza el 37%.
¿Hay diferencias por edades? Frente a esa percepción no son tan claras ni marcadas. Sin embargo, parece ser que la Generación X (alojada en el rango entre 35 y 54 años en nuestro estudio) es la que tiene una postura ligeramente más crítica o temerosa frente a estos procesos. De todos modos, "el grupo más joven (18 a 34 años) muestra la misma tendencia en torno al temor a perder el empleo (36%). Este mayor temor frente a la pérdida de puestos laborales es considerablemente más alto en los grupos socioeconómicos más bajos, asociados a ocupaciones con menores niveles de especialización", indica Cerda.