Desde el aire, las islas Midway aparecen en el enorme océano Pacífico como un pequeño oasis de tierra rodeado de corales con playas de arena blanca pletóricas de vida. Pero en el suelo la vista es distinta: plástico, contaminación y muerte.
Prácticamente sin depredadores, el atolón Midway es un paraíso para muchas especies de aves marinas y alberga la colonia más grande de albatros del mundo.
Pero también está en el centro de la gran mancha de basura del Pacífico, un extenso cúmulo de plástico flotante que es recolectado por las corrientes oceánicas. Las islas hawaianas actúan como un filtro que recoge la basura que flota en las aguas. Un análisis reciente encontró que la mancha acumula escombros a una velocidad mayor a la que los científicos habían pensado.
Midway está plagado de esqueletos de aves que tienen piezas de plástico sobresaliendo de sus barrigas en descomposición. Tapas de botellas, cepillos de dientes y encendedores son algunos de los desechos que se encuentran en el centro de sus cadáveres plumosos.
"No hay un ave que no tenga algo" de plástico, dijo Athline Clark, superintendente de la Oficina Nacional de la Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés) para el Monumento Nacional Marino de Papahanaumokuakea, del que forma parte Midway.
Llenan sus "estómagos de plástico en lugar de comida, y eventualmente se ahogan o no tienen suficiente espacio para alimento real y mueren".
Las piezas de plástico filosas también pueden perforar sus intestinos y esófagos.
El refugio
Papahanaumokuakea, que cuadruplicó su tamaño bajo la presidencia de Barack Obama en 2016, es la zona de conservación marina más grande del mundo, y fue designada en 2010 como Patrimonio de la Humanidad.
"Es un lugar ecológicamente rico y culturalmente sagrado", dijo Clark. "Los hawaianos lo llaman lugar de abundancia".
Pero la abundancia que las corrientes están llevando es de plástico y de otro tipo de desperdicios desde la Cuenca del Pacífico hasta las playas de Hawai. Los escombros van desde diminutos plásticos que casi todos los animales en este ecosistema marino ingieren, hasta enormes redes de pesca que atrapan plantas, animales y otros objetos mientras arrasan con los frágiles arrecifes de coral.
"Los cálculos son que llegan alrededor de 25.800 kilogramos de deshechos a la costa de esta parte del archipiélago cada año", señaló Clark.
Kelly Goodale, bióloga del Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre que vive y trabaja en Midway dijo que el plástico que llega a las costas de la localidad cada año es sólo una parte del problema. "No sólo nuestras playas lo reciben, también nuestros albatros lo traerán y alimentarán con eso a sus polluelos", explicó Goodale.
Los albatros tienden a buscar huevos de calamar que se adhieren a piezas flotantes de plástico, la razón por la que muchas aves ingieren el material, comentó Clark.
"Así que estimamos que alrededor de 5 toneladas de plástico son traídas a Midway cada año por albatros adultos que alimentan a sus crías", dijo Goodale.