“Josefina” fue una ballena que vivió hace casi 10 millones de años en la zona donde hoy se emplaza Caldera. De ella se conserva el cráneo, el fósil más grande de Sudamérica. “Josefina” es uno de los principales hallazgos que se han realizado en el Parque Paleontológico de Caldera, un área que por su valor, ahora será resguardada para el estudio de fósiles de enorme valor científico.
La determinación se concretó luego de un trabajo en conjunto de la comunidad local, el Gobierno Regional, representantes del mundo científico y académicos, así como del Consejo de Defensa del Estado, el Consejo de Monumentos Nacionales y la municipalidad de Caldera.
El presidente del Consejo de Defensa del Estado, Juan Peribonio, quien visitó el lugar hoy, dijo que la noticia es un sentido anhelo de la comunidad de Atacama, que se está concretando en el sector en donde hoy se ubica el parque.
El objetivo de la medida es detener la destrucción de yacimientos de fósiles, provocada por faenas mineras de tipo extractivas, y promover la investigación científica que permita transformar la zona en un centro de desarrollo educativo, cultural y económico.
El acuerdo suscrito en enero entre el Estado de Chile y Compañía Minera de Fosfatos Naturales, aprobado judicialmente en agosto de 2020, protege un área de 2.500 hectáreas de extensión y considera la implementación de una serie de medidas que permiten reparar el daño paleontológico ocasionado por faenas de tipo extractivas.
David Rubilar, jefe de Paleontología del Museo de Historia Natural, señala que todo lo que tenga que ver con protección del patrimonio es una buena noticia. “Si bien desconozco los detalles del acuerdo, pero me imagino que si está el Consejo de Defensa del Estado, debe ser muy positiva”.
Entre éstas, se incluye una indemnización de US$ 1 millón a favor del Fisco de Chile y recursos destinados para aportar a la creación y funcionamiento de la Corporación de Investigación y Avance de la Paleontología e Historia Natural de Atacama CIAHN- Atacama, entidad de derecho privado sin fines de lucro que tendrá la relevante tarea de proteger, conservar, investigar, difundir y poner en valor el patrimonio regional.
Hay un sector llamado Los Dedos, “que fue realmente destruido por huaqueros (excavadores sin permiso) y por la minera. Está intervenido desde el punto de vista científico. Aunque el parque abarca un sitio que no fue intervenido, me acuerdo de haber ido en los años 90 y habían muchos fósiles, aunque también muchas personas extrayéndolos”, añade Rubilar.
La gran aspiración era encontrar el diente de milodón, “y en la faena, muchas veces, destruían material científico. Esto es lo que llamo la fiebre por el diente, así como la fiebre del oro”, explica Rubilar.
Este acuerdo, es de suma importancia, ya que las localidades de Bahía Inglesa y Cerro Ballena preservan yacimientos de vertebrados fósiles de inconmensurable valor científico, dada su diversidad y calidad de conservación, con potencial para transformarse en un referente de la paleontología a nivel mundial.
Entre otros, importantes restos de vertebrados marinos de hace ocho millones de años, como cocodrilos, aves gigantes, cetáceos y tiburones, que han sido descubiertos en la formación geológica. Es considerado un valioso patrimonio paleontológico, uno de los más importantes del hemisferio sur, que se proyecta como un polo de desarrollo e investigación científica de clase mundial.
El plan de trabajo considera, también, la exclusión de toda actividad minera de un área de 2.516 hectáreas para preservar la zona más rica del yacimiento, a lo que se añade la constitución, por parte de las sociedades demandadas, de un fondo monetario anual de 250.000 dólares destinado para la investigación y puesta en valor de los bienes y nuevas piezas que sean halladas a medida que avanza el proyecto.
Además, la explotación de las pertenencias mineras será monitoreada por paleontólogos expertos para asegurar el menor impacto posible sobre el patrimonio.
Restos de peces, cocodrilos marinos, pingüinos y aves
En su visita, Peribonio dijo que “esto concreta el propósito del Estado de obtener la efectiva reparación del daño ambiental, asegurando que el importante monto entregado como indemnización tenga el mejor destino posible, en beneficio de la comunidad regional”.
Es necesario rescatar el camino recorrido y el esfuerzo volcado a lo largo de estos años por personas y organismos –públicos, privados y de la sociedad civil– que permiten hoy presenciar la concreción de un anhelo muy sentido para la Región, añadió.
En el sector protegido por el acuerdo judicial, se encuentran vestigios petrificados de alrededor de ocho millones de años de antigüedad. En medio de un paisaje deslumbrante, es posible encontrar restos de peces y cocodrilos marinos; dientes de tiburón, incluidos los del descomunal Megalodón; restos fosilizados de pingüinos extintos y de otras aves, entre ellas, la Pelagornis chilensis, una gigantesca especie voladora, de las de mayor tamaño que han existido en la historia del planeta.
También se encuentran ballenas, delfines y mamíferos marinos como perezosos, sirénidos y focas. Se trata de fósiles que dan testimonio de un extinto ecosistema de aguas cálidas, cuando la corriente de Humboldt aún no se definía y el proceso de desertificación estaba recién comenzando: La evolución de la historia natural de Chile conservada en piedra, biodiversidad ancestral que precedió a la flora y fauna que posee en la actualidad la costa de la Región de Atacama.
La autoridad señaló que “el organismo conoció tempranamente la denuncia realizada por el paleontólogo Pablo Quilodrán y, en un trabajo conjunto con él y con el Consejo de Monumentos Nacionales, se inició la búsqueda de la reparación del daño causado, arribando, finalmente hoy, a la materialización de un acuerdo judicial de enorme beneficio para Atacama”.
Finalmente, el presidente del CDE reconoció “el trabajo emprendido por el Consejo de Defensa del Estado a través de su Procuraduría Fiscal en Copiapó y, especialmente, por mi antecesora, María Eugenia Manaud, quien junto al Consejero Raúl Letelier y a nuestro Comité de Medio Ambiente, asumió el compromiso de sacar adelante este proceso que hoy nos permite entregar a las futuras generaciones un área protegida para el desarrollo de la investigación científica y el conocimiento”.
Entre las iniciativas que desarrollará CIAHN-ATACAMA se consideran la implementación de un Centro de Investigación de la Historia Natural; la elaboración del expediente para que el patrimonio de Caldera sea reconocido como parte de la Red Mundial de Geoparques de la Unesco; y la construcción de un futuro Museo Paleontológico.