¿Cuál de las alternativas define mejor su orientación sexual? Esa es una pregunta que la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional, Casen, incorporó en sus últimas dos versiones. Las alternativas de respuesta eran: heterosexual (atracción hacia el sexo opuesto), gay/lesbiana (atracción hacia el mismo sexo) y bisexual (atracción hacia ambos sexos).
Casi 50 mil personas se inclinaron por la tercera alternativa (48.127), es decir, el 0,33% de la población del país se reconoce bisexual, según cálculos elaborados por PULSO sobre la base de datos de la encuesta Casen. En los datos conocidos en 2015, se indicó una cifra similar de 52.116 personas (0,37%). En términos generales sobre diversidad sexual, el 2% de los habitantes del país mayores de edad se declara parte de alguna minoría sexual (bisexual, gay, lesbiana, trans), de acuerdo a la última Casen 2017,
Al analizar los datos por edades, el mayor porcentaje de quienes reconocieron ser bisexuales tienen entre 18 y 29 años (71,8), luego viene el grupo de 30 a 54 años (17,9%) y el de más de 55 años (10,4%). La mayoría tiene como estado civil soltero (77,8%), el 11,4% es conviviente, el 6,9% se declara casado y otro 3,9% separado o viudo. En cuanto a los años de estudio, se establece un promedio de 13,2 años.
¿Cómo se define la bisexualidad? Caterine Galaz, investigadora Fondecyt, quien actualmente está realizando una investigación sobre el tema y académica de la Universidad de Chile, que se debe entender dentro de las posibilidades de orientación sexual. Es decir, "las personas se sienten atraídas emocional, o bien, sexualmente, por personas de cualquiera de los dos sexos".
Jaime Barrientos, psicólogo y académico de la Universidad Alberto Hurtado, enfatiza que en Chile es
difícil saber cuáles son las actitudes sociales con respecto a la bisexualidad, porque no se han hecho estudios que se refieran al tema. "La verdad es que a nivel internacional los estudios son escasos con respecto a la bisexualidad. La mayoría son con respecto a la homosexualidad, sea masculina o femenina".
Tema invisible
La población bisexual es uno los colectivos que más discriminación cruza, "pero es algo de lo que poco se habla", asegura Galaz. Resalta que trata además de un tema invisible y que la discriminación y maltrato hacía ese grupo se expresa principalmente en el ámbito médico.
En su actual investigación, Galaz indica que rastrearon experiencias de personas que son maltratadas en por su orientación sexual en la atención médica, comprobando que la discriminación ocurre por varios factores. Primero, las atenciones comienzan dando por supuesto que las personas son heterosexuales, lo cual implica que no se realiza una atención más abierta que considere diferentes posibilidades de orientación e identidad sexual.
Otro factor de discriminación ocurre cuando expresan que su orientación es bisexual. Esa declaración se asume con prejuicio, dice Galaz, y se vincula inmediatamente a que son promiscuas. Los relatos de quienes incluyen en la investigación dan cuenta que generalmente comienza todo un rito de consejos respecto de las prácticas de riesgo que supuestamente tienen. "Se da por sentado que por tener esta orientación viven su sexualidad mucho más intensamente. Y eso las aleja del servicio. Este mismo prejuicio se reproduce a nivel social: la gente tiende a pensar que por tener esta orientación son más promiscuas. Es un prejuicio y no significa que se de realmente", asegura.
La cifra dada a conocer por Casen orienta sobre cuántos son en Chile, pero los expertos coinciden en que ese número puede ser mayor. Barrientos, indica que gran parte de los sociólogos y antropólogos que han estudiado el tema, dan cuenta que en culturas más flexibles respecto a las prácticas sexuales de tipo bisexual, existe más libertad de expresarse como bisexual y las cifras de reconocimientos son mayores que en nuestro país. "La verdad es que acá uno puede encontrar que hay una declaración de bisexualidad sobretodo en la población juvenil, pero que es bastante baja".
Si en la última Casen el 0,33% de la población mayor de 18 años señaló ser bisexual, en la VIII Encuesta Nacional del Instituto Nacional de la Juventud, la cifra correspondió a 1,6%. En estudios extranjeros las cifras hablan de porcentajes que van entre el 1,4% al 4%, de la población.
Tendría que haber más formación y conocimiento sobre la realidad de este colectivo, dice Galaz. En 2017, la especialista investigó el tema en siete escuelas públicas en una municipalidad de Santiago, y en ese contexto, los y las profesores/as les reconocían que no sabían cómo hacer ahora educación sexual, lo que se repetía incluso en los profesionales del consultorio que realizaban charlas sobre el tema. "Por tanto, hay que pensar una educación sexual no normativa, no binaria y abrirse a conocer otras formas de vivir las sexualidades. Esto parte de la escuela pero también por los/as profesionales que están en diversos espacios como los de salud, educación, trabajo, etc.", sostiene Galaz.