La Subsecretaría de Educación Superior, a través del Servicio de Información de Educación Superior (SIES) presentó el reciente Informe sobre Brechas de Género en Educación Superior. De allí se desprende que las carreras ligadas a la Tecnología y la Ciencia tienen una gran diferencia entre hombres y mujeres a la hora de observar las matrículas nuevas. ¿A qué se puede deber este fenómeno y qué están haciendo las autoridades de gobierno y educacionales para acercar los niveles de educación y participación a la igualdad de género?
Este informe de brecha se empieza a elaborar desde 2017, pero desde 2012 que el Servicio de Información en Educación Superior empezó a generar reportes anuales para determinar qué carreras o rubros de la educación tienen una mayor brecha.
“En función de lo que emana de este informe hay dos cosas importantes. La primera tiene que ver con la brecha en sí misma. Entendemos que aquí hay una dimensión estructural que tiene que ver a las brechas cuando nosotras hablamos de desigualdad de género. Obviamente los datos dan cuenta de una diferencia numérica entre mujeres y hombres a través de indicadores, y a partir de eso podemos saber si hay brechas positivas o negativas, y así ver si estamos en una situación de ventaja o desventaja dependiendo de cada indicador”, explica en conversación con Qué Pasa la subsecretaria de Educación Superior, Verónica Figueroa.
En cifras, durante 2022 se observó una tasa en mujeres de 46,3% y de 38,2% en hombres, lo que arrojó una brecha de género positiva de 8,1 puntos porcentuales (se calcula la diferencia entre el porcentaje de mujeres y el de hombres). En los últimos diez años la participación de mujeres en carreras universitarias y técnicas ha tenido un sostenido aumento. Sin embargo, para la subsecretaria Figueroa “es muy importante no solamente eliminar la brecha, sino también entender que cuando se reduce no es necesariamente un sinónimo de igualdad de género. Entendemos que este informe nos permite saber cuáles son las situaciones de desigualdad que pudieran estar detrás de cada una de esas brechas”.
Respecto del porcentaje de participación en la matrícula de primer año, las mujeres representan el 52,7% del alumnado nuevo en el sistema este año, y los hombres el 47,3%, con una brecha de género positiva de 5,5 p.p. Asimismo, la brecha de matriculados en Centros de Formación Técnica (CFT) es positiva, llegando a 8,9 p.p. En los Institutos Profesionales (IP), en cambio, la brecha de género es negativa con -0,3 p.p.
Considerando la matrícula por áreas del conocimiento, se observa que las mayores brechas de género positivas se dan en las áreas de Salud (53,1 p.p.), Educación (51,5 p.p.) y Ciencias Sociales (40,7 p.p.). En tanto, las únicas áreas que muestran brechas de género negativas son Tecnología (-65,5 p.p.) y Ciencias Básicas (-7,3 p.p.). De hecho, las carreras de Ingeniería Civil en Minas e Ingeniería civil Informática o en Computación son las que tienen una menor participación de mujeres.
La gran brecha de género en carreras científicas
Si se realiza un análisis del área de Salud y se observan las carreras genéricas de universidades con más de mil matriculados, las brechas más altas se encuentran en Obstetricia y Puericultura (91,5 p.p.), Fonoaudiología (74 p.p.), Terapia Ocupacional (67,6 p.p.), Enfermería (60,1 p.p.) y Técnico en Enfermería (59,9 p.p.). En el caso de los IP, las brechas más altas están en Técnico en Podología (84,1 p.p.) y Técnico Dental y Asistente de Odontología (69,0 p.p.). En los CFT, las brechas son positivas en las carreras de Técnico Dental y Asistente de Odontología (73,8 p.p.) y Técnico en Enfermería (67 p.p.). En el mismo ejercicio analítico en el área de Tecnología, en universidades, las mayores brechas negativas son en las carreras de Ingeniería Civil en Computación e Informática (-75,8 p.p.) e Ingeniería Civil en Minas (-46,5 p.p.). Esto se contextualiza en la gran brecha de género que existen en carreras STEM (sigla en inglés que hace referencia a la Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática).
Claramente la brecha en carreras STEM persisten y es negativa para las mujeres, asegura Figueroa. Además, agrega que “nos preocupan mucho las diferencias que se mantienen y siguen siendo amplias. Las mujeres no superan el 19% de las matrículas en estas carreras. Esto nos preocupa y tenemos que innovar la forma en que problematizamos esta situación y cuáles son las causales. Uno podría pensar que el problema es que las mujeres no se inscriben en carreas STEM, y tomar ese indicador como una decisión individual que no considera ningún elemento del contexto, de por qué las mujeres no están optando por estas carreras”.
No obstante, continúa, “existe evidencia que muestra que la educación básica y media son importantes para que la mujer se interese por la ciencia, o el rol que las y los docentes juegan para legitimar las voces de las niñas o de las adolescentes, o cómo se las involucra en espacios donde se desarrolla ciencia y tecnología, o cómo se entiende en los propios currículums la propia perspectiva de género”. Con esto, Figueroa explica que es necesario repensar los modelos educativos con perspectiva de género. “Muchas veces ocurren dentro del aula discriminaciones que pueden afectar la retención y el progreso académico de las mujeres que optan por estas carreras”, argumenta.
¿Qué hacer para disminuir la brecha donde más urge? Para la subsecretaria Figueroa, este problema se debe afrontar de forma multifactorial, pasando desde la educación básica y media, hasta la formación de espacios que promuevan la formación de mujeres en carreras de posgrado y en la academia. “Debemos pensar en ambas condiciones y contar con mujeres referentes en STEM, que inspiren a desarrollar carreras científicas, tecnológicas; generar acciones afirmativas para garantizar el acceso a espacios educativos seguros y libres de acoso sexual en educación superior. Que hayan más mujeres en el personal académico y en la toma de decisiones”.
Además de la brecha de género, para Figueroa es importante lograr una avance en la formación de espacios para el desarrollo tanto de mujeres indígenas, migrantes, disidencias sexuales y personas en situación de discapacidad. “Si solo pensamos en algunos idearios de mujer, nos estamos perdiendo muchas mujeres o disidencias que aporten al desarrollo de la ciencia, de la tecnología. Sobre todo en un país que enfrenta situaciones cruciales, como el cambio climático, la diversificación de nuestra matriz productiva, la forma de abordar políticas públicas. Mientras más mujeres y diversidades hayan en los espacios académicos, en los espacios políticos, vamos a incentivar a que hayan más mujeres en distintas carreras, sobre todo en carreras STEM”, concluye la subsecretaria.
Para esto, según anuncia Figueroa, la entidad de gobierno está pronta a lanzar una Red de Rectoras, tanto para universidades como para también a Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica. Todo esto para colaborar en el fomento de instancias que incentiven proyectos para disminuir la brecha de género en todos sus espacios del conocimiento.
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