¿Por qué cambiar la hora? La respuesta a esta pregunta implica que existe una razón lógica o por lo menos reflexiva por la cual se establecen los cambios de horarios que vienen indicando los gobiernos hace algunos años, mandatando el ajuste del reloj solar al reloj social, desincronizando nuestro reloj biológico.

Las razones de estos cambios deberían obedecer a aquellos aspectos que el Estado, al servicio de las personas, celosamente protege, entre ellos el derecho a la salud y bienestar de la población. Esta misión abre un abanico extenso de discusión cuando la Salud y Bienestar es analizada desde un enfoque biopsicosocial, como nos sugiere la OMS.

Cómo esta decisión actúa en el espacio de libertad en que coexisten los seres humanos debe ser tomada desde 2 aspectos: el primero desde la retórica de lo político, el segundo desde la dialéctica de la ciencia.

Con respecto a lo político

En la discusión parlamentaria se han esgrimido algunas opiniones de expertos en sueño, pero también se ha argüido aspectos económicos, e incluso de funcionamiento social.

Tiempo atrás se habló sobre el ahorro de luz en las cuentas de la población, esto ha sido refutado por la experiencia posterior y por algunos estudios. Aún bajo la luz de estos hechos a algunos parlamentarios les parece curioso que el proyecto para dejar el horario en – 5 UTC (horario solar que le correspondería a Chile) pase a la comisión de salud, cuando históricamente este ha sido de la comisión de energía, reduciendo esta discusión a un solo plano, desconociendo la complejidad del asunto y la importancia que tiene este hecho en la salud de la población lo cual al menos parece ser un error político.

¿Por qué cambiar la hora entonces?, desde lo político pareciera no estar zanjado, o al menos no hay razones suficientes para responder la pregunta.

Con respecto a la ciencia

La respuesta es categórica no existen razones biológicas para transitar al horario de verano, por ende, no debe cambiarse la hora, así al menos lo propone el grupo de expertos en cronobiología, donde queda explicitada la respuesta a la pregunta —¿Por qué no cambiar la hora?— dado que existen efectos agudos y crónicos para la salud, los que incluyen aumento de la posibilidad de eventos cardiovasculares los días siguientes post cambio de hora e incluso aumento de accidentes vehiculares, el primer caso debido a el probable aumento de hormonas de stress y el segundo asociado a la somnolencia y fatiga de mantener el reloj biológico desajustado en 2 horas con respecto al reloj social.

Si el grupo de expertos del mundo sugiere no adoptar el horario de verano, ¿Qué otro grupo en Chile defiende la corriente contraria a los hechos demostrados por la ciencia?

Dado que la ciencia apoya el hecho de mantener los relojes solares ajustados a los relojes biológicos ¿será que el paradigma consuetudinario del reloj social es el que debiese ser sometido a discusión?

* Académico de la Escuela de Kinesiología de la U.Diego Portales. Especialista en trastornos del sueño