Cáncer de mama, próstata, alzhéimer o diabetes: Covid-19 mata diariamente a más personas que cualquier otra enfermedad en Chile
Por culpa del coronavirus ya han fallecido más personas de las que en 2017 murieron por cualquier cosa. De acuerdo a las cifras del Ministerio de Salud, hoy en Chile mueren en promedio 25 personas por Covid-19 al día, más que cualquier otra causa.
En el año 2017, en Chile murieron 106.388 personas, de acuerdo al registro del Anuario de Estadísticas Vitales del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
De esa cifra, 1.519 fallecieron a causa del cáncer de mama, 1.904 por cáncer de colon, 2.185 por cáncer de próstata y 1.092 por alzheimer. Todos durante un año.
Hoy, en tres meses, el nuevo coronavirus Sars-CoV-2, ha superado a cada una de estas causas. Según los registros del Ministerio de Salud (Minsal), los fallecidos a causa de Covid-19 ya suman al menos 2.283. Esto la convierte en la décima causa de muerte y la primera si se considera a las enfermedades que más muertes diarias causa.
Manuel José Irarrázaval, director Instituto de Políticas Públicas en Salud de la Universidad San Sebastián (USS), dice que esta cifra es “realmente dramática”. “Estamos frente a una epidemia terrible. Si bien tiene una mortalidad entre el 1 y 2%, lo masiva y la rapidez con la que se ha propagado hace que las cifras totales para un país sean terribles”, dice.
Para el infectólogo de Clínica Las Condes, Rodrigo Blamey, comparar la mortalidad entre otras enfermedades y Covid-19, “es difícil”, precisamente porque esta última es una enfermedad pandémica y porque, este año también aumentará la mortalidad de las otras enfermedades.
Subnotificación
Christian García, doctor en Salud Pública y académico de la U. de Santiago, señala que es difícil saber cuántas personas son las que han fallecido a causa de Covid-19 y eso se debe principalmente a la forma en que se lleva el registro y a todos los cambios que se han realizado en los últimos días y que llevó a que hoy, la cifra de nuevos fallecidos fuera apenas de 19, en circunstancias en que los días anteriores habían sido cercanas a los 100.
“La última explicación que dieron es que tomarán las cifras del Registro Civil, que ya tienen un desfase y excluirán de ahí a las muertes por accidentes y traumatismos. Luego esa enfermedad se cruzará con los exámenes PCR positivos y esa será la cifra de fallecidos”, indica García. Sin embargo, esta fórmula no sigue las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que pide registrar también los casos sospechosos de Covid-19 aun cuando no exista una orden de test PCR.
“Es difícil proyectar muertes, pero han habido proyecciones que son variables, algunos dicen cinco mil o seis mil fallecidos. Pero aunque hubiera sido uno, es mucho porque esto prevenible, porque vino de Asia y hubo tiempo para prepararse bien, para tener los laboratorios listos y tener una estrategia para reducir la transmisión y cortar la cadena, algo que todavía no se logra. Hoy los fallecidos y contagiados son más de los que se informa”, sentencia García.
Además, dice el académico de la U. de Santiago, “desde la semana pasada, no indican cuántos de los fallecidos corresponden a las últimas 24 horas y cuántos son rezagados, por lo que no se puede saber cuánto es el subregistro”. Esto, a su juicio, esconde las malas cifras que obligarían a cambiar de estrategia. “Probablemente, las muertes sean mucho más, un 20 o 30% que las que se están indicando, porque hay personas que mueren en sus casas, en hogares de ancianos y no todas ellas se practicaron un test PCR”, señala.
En Europa también había un gran subregistro porque al inicio, la metodología era muy restringida y solo se consideraba a los pacientes con PCR positivo como fallecidos por Covid-19. “Bélgica, por ejemplo, tiene una gran cantidad de fallecidos, pero allí consideraron que todas las muertes ocurridas en hogares de ancianos, en casas, se considerara como a causa del virus. Los ajustes que han hecho los países, confirma que esto es una gran epidemia", dice Irarrázaval.
La crítica, insiste García, tiene que ver a la forma en que hoy se realiza el registro, porque probablemente el próximo año, el Departamento de Estadística e Información en Salud (Deis) del Ministerio de Salud, podrá ordenar todo y entregar una cifra oficial.
La tercera ola
A las personas fallecidas a causa del coronavirus se deben agregar también aquellas que murieron por otras enfermedades que no fueron bien controladas o atendidas en este tiempo de pandemia y que cobraran la vida de estos pacientes en los próximos meses.
El director Instituto de Políticas Públicas en Salud de la Universidad San Sebastián, se refiere a ellas como “la tercera ola”. “Hoy vemos como las consultas en los Cesfam y en las consultas privadas por enfermedades no asociados al coronavirus han disminuido. Esto traerá consecuencias en la segunda mitad del año y también el próximo. Personas con tumores malignos, arritmias, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, control del embarazo, todo eso se deteriorará”, insiste Irarrázaval.
Mientras más dure la actual circulación, contagios y muertes por coronavirus, más impacto tendrá en el futuro. “La situación impacta a otras prestaciones, enfermedades crónicas, personas que necesitan quimioterapia, embarazos con complicaciones. Todo esto, por supuesto, con más fuerza en la población vulnerable, en la población más pobre. Todavía se puede hacer algo, sobre todo en regiones, en la Metropolitana con el nivel de contagio y enfermedad es más difícil”, señala García.
Por si fuera poco, hay que considerar también a la avalancha de cirugías y procedimientos tras la pandemia. “Se han postergado cirugías de reemplazo de cadera, rodillas, oftalmológicas, deformaciones óseas, várices, prolapsos uterinos, muchas cirugías que no son urgentes y que no causan mortalidad, pero sí deterioro en la calidad de vida. Muchas de ellas están en AUGE y tendrán que cumplirse tras la epidemia”, señala Irarrázaval.
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