Carina Letelier, o Cari Letelier, su nombre artístico y como prefiere llamarse, es una apasionada astrofotógrafa y divulgadora de astronomía chilena que cumplió un sueño: ser reconocida por la Nasa. Pero no siempre fue fotógrafa, de hecho, partió en el rubro hace solo cinco años, pero hoy en día, su fascinación y tenacidad por el estudio y la enseñanza de la astrofotografía le han valido más que muchos años de experiencia.
Su primera profesión fue Ingeniería Civil Industrial, luego realizó un magíster en Ciencias mención Logística y Gestión de Operaciones y después un Graduate Certificate in Global Logistics & Supply Chain Management en el MIT (Cambridge, MA, USA). Entre todo estudió ocho años y trabajó cinco. Cari cuenta que le iba bien, le gustaba su trabajo, su equipo pero “no me llenaba”.
A fines de 2017 tuvo una crisis matrimonial que la llevó a buscar actividades alternativas a la rutina. En eso encontró una cámara réflex que había comprado hace un año y solo estaba “acumulando polvo”. Al mismo tiempo vio una noticia que anunciaba una lluvia de estrellas que se podía ver desde Santiago y dijo: “Que entretenido sería capturar eso, lo voy a hacer”.
Con su personalidad determinada decidió esa misma noche ir al Cajón del Maipo a sacar fotos de estrellas, sin nada de éxito. “Fue súper frustrante, pero eso como que gatillo algo en mí, y de ahí me obsesioné. Al día siguiente empecé a estudiar el manual de la cámara googleando varios términos, y el fin de semana subí de nuevo al Cajón del Maipo y logré mi primera foto, pero fue de suerte porque en verdad no tengo idea de qué hice y no logré ninguna otra foto en la noche”, comenta entre risas.
Ese fue el inicio de su carrera, un pequeño logro que la incentivó a aprender y a practicar más. Letelier cuenta que llegó un punto donde estaba tan obsesionada que iba al baño de su empresa a ver tutoriales, leer libros de fotografía, subía al Cajón dos a tres veces a la semana y así durante un año estuvo trabajando y paralelamente cultivando su pasión.
Al ver que otros fotógrafos elogiaban sus trabajos, comenzó a pensar en cómo podía vivir de ello y un amigo le sugirió enseñar. Tras un año de su primera foto, a fines de 2018 tuvo que tomar una de las decisiones más importantes: elegir entre su vida estable con su marido, o dejarlo todo para comenzar un viaje con las estrellas. Hoy, es la primera astrofotógrafa chilena en ser reconocida por la Nasa.
“Decidí dejarlo todo para dedicarme a esto”, dice Letelier, quien desde entonces ha querido potenciar la astrofotografía y astronomía en Chile, incentivando a la gente a mirar arriba y transmitir que cualquiera puede decircarse a la ciencia.
En 2018 comenzó a enseñar y a compartir su conocimiento y llegó un momento en que quiso empezar a capturar otros cielos y conocer otras latitudes. En 2019 fue su primer viaje a Islandia.
Comienza el viaje de la astrofotógrafa
Con la pandemia todos sus proyectos quedaron detenidos, por lo que se dedico a aprender más y comenzó a colaborar con la Comunidad Astronómica Aficionada Chilena (CAACh). En un conversatorio tuvo que entrevistar a Scott Roberts, CEO de Explore Scientific, y al contrario de toda charla técnica que pensó que daría, lo que escuchó fue “como una puerta” para entender una parte de ella.
“Empezó a hablar del poder que tiene la observación de estrellas, ese cambio cognitivo de conciencia que puedes hacer solamente con conocer el cielo, desde el lado científico. Ver las estrellas y darte cuenta de esa vulnerabilidad que tienes de que de verdad esta es la única casa, es como que te pone en perspectiva todas las cosas y a realmente darle importancia a lo que es importante”, reflexiona.
Eso la motivó a cazar otros cielos nocturnos, empezó a conectar con otros fotógrafos, crear proyectos y transmitir el conocimiento. Un día vio una publicación en Facebook de Mario Carvajal, un fotógrafo paisajista y panoramista a quien Cari describe como una eminencia. La publicación decía que buscaba compañeros para hacer un viaje a Islandia de cacería de auroras. Sin dudarlo, le escribió.
Anteriormente, Cari ya había viajado a Islandia con un grupo por ese mismo propósito. Sin embargo, resultó ser un viaje de principiantes, ya que no sabían llegar bien a los lugares y no pudieron ver todas las auroras que quisieron. Pero esta vez, con más experiencia, se sumó a la expedición de Carvajal, sin saber el reconocimiento que traería.
El 25 de febrero, ella y su grupo estaban en el sur de Islandia, y les llegó el aviso de que había ocurrido una inyección de masa coronal del Sol, es decir uno de sus filamentos se desprendió y venía a la Tierra prometiendo tormenta geomagnética.
Ante el aviso el grupo decidió moverse a un lugar donde mejor se pudieran apreciar las auroras boreales. Cari sugirió ir a Arctic Henge, un lugar al norte de Islandia, que estaba a siete horas de donde estaban. De inmediato partieron al encuentro de las auroras.
“Cuando llegamos te juro que era una explosión en el cielo de colores que yo nunca había visto algo así, te juro por Dios que de todas las cosas que he visto en la vida era lo más impresionante el ver. El ver como cambiaban de forma y de color arruba tuyo, y como que bailaban y miro para allá o para acá y no sé para dónde mirar, no sé para dónde poner la cámara porque ya era demasiado. O hago fotos o lo disfruto”, recuerda Letelier.
El reconocimiento de la Nasa a Cari Letelier
Postuló su fotografía y le avisaron que el 27 de marzo que obtendría el reconocimiento de Imagen Astronómica del Día (APOD por sus siglas en inglés). Anteriormente Cari ya había postulado a esta categoría, sin resultados. “La Nasa es muy quisquillosa para elegir una foto del día”, explica.
Lo que la Nasa reconoció de la fotografía es la calidad y trasfondo de la imagen en sí. Resulta que el Sol tiene ciclos de 11 años, y el ciclo de ahora es el 25, que empezó en 2019, y se estima que en 2025 será el máximo del ciclo. Por este motivo el Sol se encuentra con una alta actividad y se están intensificando las tormentas geomagnéticas.
En palabras sencillas, el Sol tiene plasma, y al estar en un momento de alta actividad se desprenden filamentos que viajan a la Tierra a través del campo magnético. “La Tierra tiene su campo magnético, la magnetosfera, el Sol tiene un campo magnético y hay un campo magnético interplanetario que es la interacción entre estos dos, entonces este material que viene con materia viene viajando y no llega a la misma velocidad de la luz, porque trae materia, entonces se demora un poquito más y provoca las auroras boreales”, explica la astrofotógrafa.
Es por esto que la fotografía logra captar colores impresionantes en el momento oportuno. Desde la página web de la Nasa escriben: “La imagen destacada, tomada después de la puesta del sol a fines del mes pasado, mira directamente al sur, pero dado que la imagen compuesta cubre gran parte del cielo, la estrella polar Polaris es realmente visible en la parte superior del marco. También son visibles constelaciones familiares , incluida la Osa Mayor ( Ursa Major) a la izquierda, y el Cazador ( Orión ) en la parte inferior derecha. La búsqueda fue exitosa. El cielo se iluminó dramáticamente con auroras brillantes y memorables que brillaron con colores asombrosos que incluyen rojo, rosa, amarillo y verde, a veces varios a la vez”.
Un reconocimiento que la acompañará de por vida. Para Cari fue un recordatorio de que ha tomado las decisiones correctas: “Vivir de la astrofotografía o de la divulgación astronómica no es fácil, entonces ver que el sacrificio que has hecho no ha sido en vano te llena”.
“Ser mujer creo que abre una brecha aparte, hay tremendas exponentes haciendo fotos acá en Chile y en Latinoamérica y darles un empujón, decirles como oye, los APOD no se los dan solamente a europeo y asiáticos, sino que también se los dan a latinos y también se los dan a mujeres”, expresa.
Cari Letelier es la primera mujer en Chile en obtener este reconocimiento, y en Latinoamérica, una chica que trabaja en Nasa en español la está ayudando a corroborar porque, al parecer, no habría mujeres en Sudamérica que hubiesen obtenido este reconocimiento antes. “Es marcar ese presente, ese primer escaloncito de dale fui la primera, quién viene ahora, sigamos dándole”, finaliza.