De manera unánime la Sala del Senado aprobó, en general, el proyecto de reforma constitucional que reconoce los datos mentales como neuroderechos y les otorga calidad de derechos humanos y la ley que protege la integridad mental. “Si las neurotecnologías no se regulan a tiempo, después no se podrá como ocurrió con las plataformas”, advirtió el senador Guido Girardi.
Por 37 votos a favor, ninguno en contra y cero abstenciones, la Sala del Senado aprobó hoy la reforma constitucional que modifica el artículo 19, número 1°, de la Carta Fundamental, para proteger “la integridad y la indemnidad mental en relación con el avance de las neurotecnologías” (13.827-19).
Luego por 39 votos a favor (fin de los pareos), y cero en contra y ninguna abstención fue aprobado Proyecto de ley, sobre protección de los neuroderechos y la integridad mental, y el desarrollo de la investigación y las neurotecnologías (13.828-19).
Ambas iniciativas -de autoría de los senadores que integran la Comisión Desafíos del Futuro, Guido Girardi (presidente) Francisco Chahuán, Carolina Goic, Juan Antonio Coloma y Alfonso de Urresti- fueron aprobadas en general y ahora vuelven a la misma instancia para ser discutidas en particular. Los plazos de indicaciones quedaron fijados en el 22 (reforma) y 28 (ley) del próximo mes.
Proyecto “Trascendente”
Proyecto “trascendente”, “copernicano”, “paso gigantesco”, “anticipatorio”, “aporte a la humanidad”, “pioneros del futuro”, “país pequeño con voz grande”, fueron algunas de las expresiones con que los parlamentarios presentes en la sala y, también, a través de vía telemática respaldaron las iniciativas legislativas.
El senador Girardi quien, junto al neurocientífico español Rafael Yuste, es el principal impulsor de la reforma y el proyecto señaló que “la inteligencia artificial busca reproducir nuestra corteza cerebral con sistemas neuronales artificiales y mientras más avanza la neurociencia más avanza la IA y viceversa. Ambas se potencian entre sí y podrían alcanzar una velocidad de desarrollo inimaginable”.
El parlamentario señaló que las neurotecnologías “tienen un tremendo potencial para tratar enfermedades neurodegenerativas (Parkinson, Alzheimer, esquizofrenia), pero también pueden manipular el cerebro humano, introducir pensamientos, o conocer el inconsciente”.
Por ello dijo que la reforma presentada “reconoce los neuroderechos como derechos humanos a nivel constitucional y protege la autonomía y el libre albedrío que es la esencia de cada persona”.
Mientras que el proyecto de ley “establece que los datos neuronales tienen el mismo estatus que los órganos y penaliza su tráfico o manipulación, salvo que haya una indicación médica”.
Y advirtió que “si las neurotecnologías no se regulan a tiempo después no se puede hacer, como ya ocurre con las plataformas”.