Las cifras de las últimas dos semanas de contagios en Argentina son preocupantes. La segunda ola ha golpeado al país trasandino con más de 30 mil casos diarios de Covid-19 los últimos días, lo que ha obligado al gobierno de Alberto Fernández a decretar nueve días de cuarentena obligatoria para intentar frenar el avance del virus. A esto, sumado a la escasez de vacunas y los poco más de 2 millones de inoculados, la situación parece no mejorar.
Coincidentemente, hace un par de semanas, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) de Argentina, autorizó el comienzo de la fase III de la vacuna canadiense Medicago asociada al laboratorio inglés GlaxoSmithKline (GSK), que pretende inocular a más de 5 mil candidatos trasandinos como una fórmula de buscar nuevas alternativas a los atrasos en las entregas de otras farmacéuticas.
La opción vegetal que avanza en Argentina
Con el objetivo de producir vacunas de forma rápida, en grandes cantidades y a bajo costo, se están utilizando plantas como “minifábricas”. En concreto, con técnicas de biotecnología vegetal se obtienen plantas transgénicas de Nicotiana benthamiana, un pariente cercano de la planta de tabaco, a la cual se le puede transferir rápidamente y de forma transitoria los genes con los que se puede producir una vacuna. Luego las plantas producen una partícula no infecciosa que imita al Sars-CoV-2, y se cultivan en grandes cantidades utilizando tecnologías agrícolas simples y seguras, lo que facilita la producción a escala.
Estas plantas “tardan sólo entre cuatro y seis semanas en producir las “partículas similares al virus (VLPs)”, frente a los seis meses que se tarda procesos similares en huevos”, comentan en Medicago.
Con todo lo anterior, esta vacuna ya ha sido testeada en fase 3 en Canadá, Estados Unidos, Reino Unido y México y prontamente en Brasil. El anuncio de introducir la fase 3 de pruebas en Argentina para 5 mil voluntarios, abre un camino para recibir prontamente las dosis necesarias para inocular a su población, ya que, por su origen vegetal, pueden entrar en producción de millones de dosis en pocas semanas.
Las compañías que están detrás de esta vacuna vegetal, expresaron su esperanza de que su formulación se sumará a la lucha mundial contra la pandemia, luego del estudio que dieron a conocer hace unos días en el que se inocularon más de 30 mil personas. “Estamos conformes de ver que los resultados entregan una respuesta inmune muy fuerte”, dijo Thomas Breuer, director médico de la inglesa GSK, en un comunicado enconjunto con Medicago. “Ahora esperamos con interés el resultado del ensayo de Fase 3 que están en curso para que esta vacuna sea candidata en nuestra contribución a la respuesta global a la pandemia”, agregó.
Por su parte Nathalie Landry, vicepresidenta ejecutiva de asuntos científicos y médicos de Medicago, resaltó que después de dos dosis, la vacuna candidata “indujo fuertes respuestas inmunitarias celulares y de anticuerpos neutralizantes en todos los voluntarios, independientemente de la edad”.
“Chile debería estar mirando con atención los resultados que se pueden dar en Argentina en la aplicación de la fase 3 con esta vacuna de origen vegetal”, comenta el Dr. Miguel Ángel Sánchez, director ejecutivo de ChileBIO. “Las técnicas biotecnológicas en vegetales se han ampliado desde la agricultura a la medicina y vemos que los resultados son muy positivos, considerando que este enfoque permitiría reducir considerablemente los costos y tiempos de obtención de la una vacuna”, añade.
Una de las ventajas de estas vacunas es que se pueden almacenar en refrigeradores convencionales, lo cual podría ser clave para los países en desarrollo que no tienen la capacidad de almacenar dosis que deben mantenerse en temperaturas ultra frías.
Este proceso de estudio de la fase 3 de la vacuna Medicago-GSK en Argentina estará a cargo del médico pediatra Gonzalo Peréz Marc, que junto al médico infectólogo Fernando Pollack ya realizaron pruebas exitosas sobre la eficacia y seguridad de la vacuna de Pfizer-Biontech contra el Covid-19 en el Hospital Militar de la Ciudad de Buenos Aires.