Chile y la mutación en Gran Bretaña: al menos cuatro variantes de coronavirus están circulando hoy en el país
De acuerdo al análisis de secuenciación del virus que realiza el ISP no se ha detectado la variante británica. A la fecha se han secuenciado poco más de 600 muestras.
La imagen del nuevo coronavirus Sars-CoV-2 ya es por todos conocida, una figura redonda con muchas puntas que asemejan a una corona (de ahí su nombre) y sobre ella, la proteína Spike (S) o Espiga que es la que se adhiere a las células humanas para infectarlas. Lo que está en su interior es un poco más complicado de explicar pero imagine que dentro está el material genético del virus, su ARN distribuido en 30 mil perlas, igual que un collar.
Es en esas perlas o nucleótidos donde ocurren las mutaciones de los virus, que aunque naturales para estos microorganismos, hoy tienen a todo el mundo preocupado por estos cambios, como el ocurrido en el Reino Unido y Sudáfrica, dos situaciones que desde hace unos días mantienen encendidas las alarmas, cerrados algunos aeropuertos y aumentando la cantidad de análisis genómicos de las muestras positivas en todos los países.
¿La preocupación? Estas mutaciones o “errores en el momento de la replicación” o reproducción del virus, podrían significar en algún momento, un cambio de comportamiento del virus, algo que por el momento no ha ocurrido.
Cada vez que el virus sufre un cambio en la composición de su ARN, se habla de una mutación y para saber si un virus ha mutado o no, es que se realizan análisis filogenético o secuenciación genómica para conocer la hebra completa de números y letras del virus.
En Chile, de acuerdo a estos análisis realizados por el Instituto de Salud Pública (ISP), existen al menos cuatro variantes del virus Sars-CoV-2 circulando en el país, ninguna de ellas corresponde a la variante detectada en el Reino Unido (B.1.1.7).
Jorge Fernández, jefe del Sub Departamento de Genética Molecular del ISP, explica que secuenciar el genoma del coronavirus, significa, en una muestra, tomar el collar de las 30 mil perlas, fragmentarlo para identificar la posición de cada perla o nucleótido y después a través de una herramienta bioinformática, ordenarlos de la uno a la 30 mil. Esa información se compara con la del genoma del primer coronavirus secuenciado en enero de este año en China (Wuhan, original sin mutaciones) cuando se iniciaba en la pandemia y con los virus que se sabe están circulando en el país y en el mundo. “Ahí vemos cambios en clados o variante (análisis macro de las secuencias)”, explica.
Para ordenar el conocimiento, los científicos agrupan al Sars-CoV-2 en grupos macro y hablan de clados o ramas (como estructura de árbol) de un virus, las que se identifican con letras. En el caso de este coronavirus se han identificado las letras S (que tenía el virus originalmente en China), y luego, con las mutaciones propias de los coronavirus, han ido apareciendo los virus con clados V, O, G, GH, GR y GV.
Como subdivisión de cada clado o letra, hay linajes o variantes que se representan por letras y números, según la mutación que presenten.
“En Chile, la variante o clado que más se ha encontrado es la GR, con linajes B.1.1.3.5, B.1.1.1., B.1.1.3.3., B.1.1. y entre ellos, el que más predomina es el B.1.1.3.3.”, indica el jefe del Sub Depto de Genética Molecular del ISP.
La variante S, que era la que salió de Wuhan, hoy casi está desapareciendo. En Europa, las que están circulando hoy son GR, GH. En Inglaterra, a noviembre de este año, circulaba G, GH, GR, GB y muy poco de S, pero de acuerdo a lo último que han informado con la detección de GR B.1.1.7, es probable que la distribución haya variado.
El virus que circula en el país, es muy similar al que está circulando en el resto de Latinoamérica, advierte Fernández. “La nueva variante detectada en el Reino Unido, circula desde septiembre. En Chile no se ha detectado aún, pero eso no significa que no esté. Se ha encontrado en pocos países, por lo que es baja la probabilidad de que esté acá, no es una variante que esté masificada”, dice Fernández.
Secuenciaciones
Casi todas las secuenciaciones de coronavirus que se realizan en el mundo, se suben a la plataforma Gisaid (sitio que recopila más de 280 mil secuenciaciones de genoma de Sars-CoV-2). Chile a la fecha ha cooperado con 510 secuenciaciones realizadas por el ISP y otras 107 hechas por otros laboratorios.
“En Chile, no sabemos si esas son todas las secuenciaciones que se han hecho o si han más y no se han compartido en la plataforma. Como centro de referencia, estamos en contacto con la Organización Mundial de Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), para tener una vigilancia más activa y en tiempo real del virus que circula. Es el cambio que se tiene que hacer, pasar de la etapa del diagnóstico a la de análisis del genoma”, dice Fernández.
A nivel Latinoamericano, Chile es uno de los tres países que más secuenciaciones realiza. En primer lugar se ubica Brasil, segundo Colombia, tercero Chile y en cuarto lugar Perú.
En la actualidad, en el país, la secuenciación de una muestra demora entre dos y tres semanas, pero los tiempos se han ido mejorando, dice Fernández.
Conseguir hacer un seguimiento en tiempo real es parte del trabajo que inició el Ministerio de Ciencia, junto a la Diplas y Epidemiología del Ministerio de Salud, Consorcio de Universidades Cov2 y el ISP. “El objetivo de este grupo de trabajo es planificar un programa de vigilancia genómica para comprender qué variantes del virus circulan en nuestro país. Esta es una iniciativa nueva, pero donde convergen personas e instituciones que han estado trabajando desde el inicio de la pandemia en este tema. El objetivo es que a través de esta coordinación podamos establecer un programa de vigilancia dentro de las próximas semanas que aporte de manera significativa a la caracterización genética del virus y su relación con aspectos epidemiológicos de la pandemia”, señaló el ministro de Ciencia, Andrés Couve.
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