A la edad de diez años, tras practicar por primera vez el surf, Federico Mekis descubrió dos cosas importantes: una gran adrenalina y el chispazo de su vocación. Con el correr del tiempo, y luego de incursionar en otros deportes "de tabla" como el snowboarding y el skating, el joven comenzó a gestar una idea ambiciosa: formar un proyecto comunitario para extender su pasión a un gran número de personas.
Esa iniciativa hoy es una realidad, se llama Bowlpark, y Mekis es su fundador y CEO. "Somos una escuela de Skate, orgánica y abierta, sin inversionistas que la empujen. Ofrecemos iniciaciones gratuitas, campamentos de verano, becas, workshops, relaciones con marcas y tiendas y desarrollo de infraestructura, entre otras acciones, con más de 130.000 experiencias anuales en seis lugares de práctica: tres en Santiago y tres en la playa", comenta Mekis, de 31 años.
La historia de Bowlpark comenzó hace una década, aunque el camino de crecimiento no fue fácil. Más allá de las dificultades propias de cualquier emprendimiento, la empresa debió enfrentar los prejuicios que rodean al skate: "Hay una creencia que lo vincula con los malos hábitos como el alcohol y las drogas, pero en realidad es un deporte universal y accesible para todos. En Bowlpark convocamos a los padres y a las familias para que vean de cerca todas las actividades del proyecto", observa.
Con el tiempo, explica Mekis, el skate fue creciendo en protagonismo y consideración a nivel nacional y en el resto del mundo, lo cual ayudó a consolidar la marca Bowlpark. En 2020 este deporte llegará a los Juegos Olímpicos de Tokio. Se trata de un hito importantísimo para quienes trabajan en su difusión. Chile tendrá en Japón a su representante, Marcelo Jiménez, de 21 años, quien competirá con grandes potencias como Estados Unidos y Brasil.
Inclusión femenina y Empresa B
En su faceta inclusiva, Bowlpark trabaja en el programa "Mujeres sobre ruedas", una escuela dedicada a impulsar la práctica del skate más allá del género masculino. "En 2018 fuimos certificados como Empresa B, una distinción que premia a los proyectos que son agentes de cambio a través de programas sociales y medioambientales. Somos la primera organización de skate del mundo en lograr este reconocimiento", agrega el CEO y fundador, remarcando que el "4% de las ventas de Bowlpark se destinan a causas sociales. Apuntamos a tener un modelo de negocios 100% social", añade.
Para 2019 la empresa sigue trabajando con lineamientos concretos: promoción de educación de calidad, lucha por igualdad de género (más del 60% de su equipo directivo está conformado por mujeres), reducción de la desigualdad y creación de espacios públicos seguros e inclusivos, reuniendo a personas de todas las edades y géneros, sin importar su condición social.
De cara al futuro, Mekis es optimista: "Bowlpark es y seguirá siendo lo que nuestro nombre dice, un bowl, un espacio que junta, reúne y congrega a personas en torno al deporte y actividades culturales, teniendo todos acceso a éste sin barreras, generando instancias y acciones memorables que fomenten el desarrollo de agentes de cambio en la comunidad. El skate es un deporte individual arriba de la tabla, pero colectivo debajo de ella", concluye.