Los científicos chilenos que buscan desentrañar los misterios del cielo antártico

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Junto a investigadores argentinos y alemanes del proyecto SouthTRAC, están estudiando el transporte de biomasa producto de los incendios, las trazas de gas ozono y el transporte de humedad.


Desde fines de agosto y hasta noviembre la Antártica será un laboratorio para investigadores alemanes, argentinos y chilenos que desde un avión y a través de globos sondas estudiarán distintas situaciones que ocurren en la atmósfera de esta zona del planeta.

Se trata del proyecto SouthTRAC, un proyecto liderado por los europeos y que tiene cuatro objetivos principales: estudiar las ondas gravitacionales atmosféricas (también llamadas planetarias), el transporte de biomasa producto de los incendios, las trazas de gas ozono y el transporte de humedad.

Según explica Raúl Cordero, académico del Departamento de Física de la Universidad de Santiago y encargado de coordinar la participación de otros investigadores chilenos en el proyecto (científicos de la U. de Chile, de la U. de Magallanes, U. Católica, la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) y el Instituto Antártico Chileno (Inach), el proyecto busca conocer mejor la composición y fenómenos climáticos en el hemisferio sur del planeta, situaciones que hasta ahora no han sido muy bien estudiadas. Para la realización de este proyecto, Inach es la institución que preseta el apoyo logístico para todas las investigaciones.

Una de las herramientas con las que se cuenta es el Avión de Investigación de Gran Altitud y Largo Alcance (HALO, por sus siglas en inglés), un avión-laboratorio alemán operado por la Agencia Aeroespacial Alemana (DLR). "El avión HALO está equipado con un conjunto de 13 instrumentos que nos permitirán estudiar el estado atmosférico, la composición y los parámetros dinámicos mediante muestreo mediante teledetección usando tecnologías laser".

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Antártica

Con la nave se podrán tomar muestras de algunos gases de efecto invernadero (como el ozono), estudiar las ondas gravitacionales atmosféricas y su interacción con la circulación atmosférica, la influencia de aerosoles, y el transporte de humedad desde la tropósfera. Además, Halo puede liberar durante su recorrido sondas meteorológicas que registran información meteorológica mientras descienden. El avión ya ha realizado campañas exitosas en el Ártico y el Atlántico norte.

Ozonosondas

En la Base Escudero del Inach, en la Isla Rey Jorge, dos investigadores nacionales realizan mediciones del espectro solar y de la composición atmosférica. Para ello lanzan Ozonosondas.

Se trata de instrumentos que permiten la caracterización de perfil de la atmósfera, al medir variables meteorológicas (como temperatura, viento, humedad, etc.) y la concentración de ozono. Para eso ascienden más 30 km de altura atadas a un globo. Los resultados de estas mediciones se complementarán con las muestras que estudiara en paralelo Halo.

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"Las ozonosondas son nuestra tarea específica. Al igual que los investigadores argentinos, tenemos mediciones en tierra y a distintas alturas desde el suelo hasta 30 kilómetros de altura más. Eso es una gran cantidad de kilómetros considerando que un avión comercial vuela a 10-12 kilómetros de altura del suelo. El otro día lanzamos uno y se alejó 400 kilómetros, de distancia. Eso es bien impresionante", señala Cordero.

Las ozonosondas hacen mediciones dentro de una columna atmosférica ya que el globo va midiendo a distintas alturas (perfil atmosférico).

"Lo que ocurre en la Antártica influye en el clima del Hemisferio Sur y eso es lo que queremos estudiar", insiste Cordero.

Ondas Gravitacionales

"Las ondas gravitacionales son como ondas en la atmósfera, como una súper ola que se propaga cuando hay una perturbación en la atmósfera. Recorren miles de kilómetros. Por ejemplo, una onda gravitacional puede interactuar con una tormenta potenciándola o desarmándola. En países como EE.UU., son capaces de estimular una tormenta y generar tornados. Se cree que eso pasa también en algunas zonas de Argentina". Por eso deben ser motivo de estudio, dice Cordero.

Incendios

Aprovechando que septiembre es la época de incendios en África y Sudamérica (Amazonas), los aerosoles (material particulado) que se producen se mueven hacia el sur. Este entonces fue un buen momento para medir específicamente cómo los aerosoles interactúan con la parte alta de la atmósfera.

"La quema de la biomasa del bosque genera humo que contiene material particulado. Nosotros queremos estudiar cómo esos aerosoles se transportan hacia otras latitudes y cómo pueden formar nubes o inhibir si formación. Esas nubes, después pueden tener influencia en las precipitaciones".

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Antártica

Si los aerosoles son muy espesos y gruesos, la formación de nubes se inhibe y esa es una de las razones por la que en los últimos incendios de la Amazonía, las imágenes satelitales desde el espacio se veía tan claro.

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