Chilenos resignados: dos de cada tres cree que le cortarán el agua
El último sondeo de percepción sobre escasez hídrica, realizado por Criteria, muestra la visión de los habitantes del país frente a los problemas de sequía que azotan a diferentes zonas de Chile. El 77%, por ejemplo, cree que la gente dice que le importa la escasez de agua, aunque no hace nada para evitarlo.
Años de escasez por falta de lluvias, lagos que se secan y cambios en el uso de aguas que reconfiguraron la situación hídrica del país. La sensación de las personas en Chile ante esta situación es principalmente de asunción ante la poca efectividad que tienen sus acciones para revertir la crisis del agua. Así por lo menos lo retrató la encuesta sobre percepción de escasez hídrica, realizada por Criteria, la cual recogió el diagnóstico social ante los últimos años de este escenario que golpea a distintas zonas del país, especialmente desde la Región de Coquimbo hasta la Región del Maule.
“La palabra es resignación. Del estudio se desprende que las personas creen que es poco lo que se puede hacer para revertir la falta de agua, y más vale que aprendamos a vivir con esto”, resume Marco Silva, director de mercados y consumidores de Criteria. Desde el centro de estudios levantaron este sondeo para conocer cómo ha reaccionado la gente ante este contexto que se vuelve más complejo. “La motivación que tuvimos es que veíamos cómo la escasez de agua y las amenazas de racionamiento eran cada vez más fuertes, y quisimos ver qué tan presente estaba esto en las personas, si hay conciencia, temores y a quién culpan”, detalló.
De la encuesta se desprende que el 67,7% de las personas cree que es muy probable que existan cortes de agua durante este año en sus respectivas ciudades. Esta sensación aumenta considerablemente cuando se consulta sobre la proyección que tienen de aquí a los próximos 5 o 10 años. Además, el 40,2% cree que es poco y nada probable revertir la escasez de este recurso en Chile.
“La situación actual es súper crítica, estamos en valores históricos, los más bajos que hemos obtenido de las fuentes de agua”, reconoce Ariel Muñoz, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2). Eso, según explica el también académico del Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, es algo que “no está tan lejos de lo que perciben las personas sobre el estado de la escasez de agua”.
Desde 2010 en adelante, la falta de lluvias y la insuficiente oferta de agua en la zona central de Chile han creado un escenario que ha empujado a las personas a creer que el racionamiento se hará cada vez más frecuente e inminente en los lugares que habitan. De hecho, de acuerdo al Instituto de Recursos Mundiales, Chile está al borde de ser parte del grupo con mayor nivel de escasez hídrica del planeta, donde lo anteceden países como Qatar, Botsuana o Eritrea.
A finales de 2021, el Ministerio de Obras Públicas dio a conocer en el Informe de situación hídrica y pronóstico verano 2022, donde se reveló que el año pasado fue el cuarto más seco en la historia del país desde 1950. Sus niveles de escasez solo han sido superados por las sequías de 1968, 1998 y 2019.
Toda esta situación ha generado una sensación generalizada de resignación entre las personas, sobre todo en quienes viven en la Región Metropolitana y en el norte de Chile. De la encuesta realizada por Criteria también se destaca que el 75,6% dice sentir temor por los efectos que tendrá la escasez de agua en sus vidas.
A pesar de eso, las personas encuestadas reconocieron realizar acciones para disminuir el consumo de agua. La que más se repetía, según los resultados del estudio, es la reducción del tiempo de las duchas (28,4%); racionar el consumo (18,3%) y reutilizar el agua (16,3%). Sin embargo, otra de las impresiones que destaca el estudio es que las personas creen que gran parte de los esfuerzos realizados son insuficientes. Incluso, el 77% dijo creer que las personas dicen realizar acciones para reducir el consumo, pero en realidad no hacen nada para revertir la escasez.
Según Silva, estas preguntas denominadas “proyectivas”, ayudan a conocer las propias reflexiones que se tiene sobre uno mismo. “Cuando dicen que la humanidad se farreó la oportunidad, o que las otras personas hacen menos de lo que dicen, están hablando de sí mismos también. Hay una sensación más grande de que existen ganas de hacer cosas, pero no tienen muy claro qué hacer y que tenga un impacto real en una solución del problema”, establece.
¿Es posible revertir la escasez ?
“La escasez de agua y el posible racionamiento es resultado del egoísmo de unos pocos que se benefician, perjudicándonos a todos”. Ante este enunciado, al menos el 75% de los encuestados dijo estar de acuerdo con lo dicho. De acuerdo a lo diagnosticado por Silva, este tema genera, además de resignación, mucha rabia en la que apuntan a la actividad económica, especialmente a la agricultura, como principal responsable del complejo escenario hídrico que afronta el país.
De acuerdo al primero informe de la Mesa Nacional del Agua, el sector agrícola es el mayor usuario de agua consuntiva en Chile, con un 72% de la utilización de este recurso. Luego lo sigue el uso de agua potable (12%); consumo industrial (7%) y minero (4%). Por su parte, para la agroclimatóloga e investigadora del Instituto de Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales de la Universidad Estatal de O’Higgins (UOH), Viviana Tudela, los cultivos anuales en la zona central que se riegan solo con la lluvia de invierno han disminuido durante estos años de sequía. Es más, según la académica, desde hace años que la superficie de las zonas agrícolas han sido usadas principalmente con plantaciones frutales que consumen un alto porcentaje del agua disponible.
“Las cuencas en la zona central están estresadas, demandadas con mucha agua en comparación con la oferta que hay. En el caso de los cultivos hay que escoger especies que consuman menos agua, o que tengan un ciclo más corto y así se puedan regar por menos tiempo”, complementa Tudela.
Pero, entonces, ante un contexto donde las acciones realizadas a escala domésticas no parecieran hacer frente al gasto hídrico que pueda realizar la agroindustria ¿Es posible revertir la escasez desde las acciones individuales? La encuesta realizada por Criteria no muestra una visión muy favorable ante esta pregunta, al menos.
Marco Silva, desde su visión, estima que la gente con esta preocupación se ha ido informando con el pasar del tiempo, y también con el avance de esta situación que se hace más cercana a las realidades locales de zonas no tan lejos de las urbes. “De alguna forma la gente ha ido entendiendo, pero también se ha generado esta resignación al saber que el consumo humano es poco dentro del total del problema de escasez”, estipula.
No obstante, Ariel Muñoz recoge esta sensación retratada por el estudio de percepción y lo toma como una oportunidad para destacar que “todas las personas cumplen un rol en el balance hídrico. Todas las decisiones que tomamos, incluso aquellos productos que elegimos también tienen una repercusión en el consumo de agua. Lo interesante es no perder la esperanza ni querer traspasarle a otros la responsabilidad de que este problema se solucione”, añade el investigador.
Asimismo, el académico establece una diferencia conceptual entre sequía y escasez hídrica. Si bien, la sequía no se puede controlar mucho, ya que depende de la precipitación y los efectos climatológicos, la escasez hídrica responde a una consecuencia del sobreuso de este recurso. “Toda acción de reciclar agua, de reducir el consumo y el gasto, tienen un efecto que va a ser más significativo a medida de que masivamente suceda. Así se podrá eliminar esta sospecha de que no se está haciendo lo suficiente”, complementa Muñoz.
Este estudio sobre percepción de la escasez hídrica en Chile es el primero de una serie que Criteria realizará para monitorear la visión que se tiene frente a este panorama. Se espera que a fines de noviembre se obtenga una actualización de este sondeo que mostrará cómo cambia la visión de las y los chilenos ante el avance de la escasez hídrica en el país. “Queremos ver cómo cambia la proporción de resignados, y también de motivados que sí sienten el poder de hacer cambios frente a esta crisis”, concluye Silva.
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