Los chimpancés no solo aprenden a usar herramientas sino que este saber lo comparten con otros en un comportamiento que funciona como una forma de instrucción, según un estudio que publicó este lunes la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Científicos de las universidades estadounidenses de Washington, en San Luis (Misuri); de Miami; y del Franklin & Marshall College, en Pensilvania, han llevado a cabo un estudio que demuestra que es más probable que los chimpancés que emplean procesos y herramientas complejas para recoger termitas compartan este conocimiento con otros ejemplares.
"A menudo se cree que los primates no humanos aprenden destrezas con herramientas observando a otros y practicando por cuenta propia, con poca ayuda directa de las madres y otros expertos en el uso de herramientas", dijo una de las autoras del estudio, la antropóloga de la Universidad de Miami Stephanie Musgrave.
El aprendizaje social puede variar dependiendo de lo complicada que sea la tarea: "Durante las labores que son más difíciles, las madres pueden desempeñar un papel más activo, incluidos los comportamientos que funcionan como enseñanza", añadió Musgrave.
Desde la década de los 60 con la primatóloga británica Jane Goodall, los investigadores han estudiado el uso de herramientas por parte de los chimpancés durante décadas en el Centro de Investigación Gombe Stream.
El estudio publicado hoy se distingue porque aplica métodos estandarizados para comparar directamente cómo los procesos de transmisión cultural pueden diferir entre dos poblaciones de chimpancés que viven libres en la jungla.
Los investigadores examinaron cómo los chimpancés transfieren entre sí las herramientas que usan en la recolección de termitas y compararon una población en el Triángulo Goualougo de la República del Congo con otra en Gombe, en Tanzania.
En ambos sitios los chimpancés utilizan herramientas que se introducen en los hormigueros para "pescar" las termitas, pero los de Goualougo emplean diferentes tipos de herramientas de forma secuencial. Además, confeccionan artilugios tomando tallos de plantas específicas y los adecuan para mejorar su eficiencia.
Los científicos hallaron diferencias en la tasa, probabilidad y tipos de transferencia de herramientas durante la recolección de termitas entre ambas poblaciones de chimpancés.
Comprender la forma en que las tradiciones sobre herramientas se pasan de generación a generación entre los chimpancés puede contribuir a comprender las raíces de complejas destrezas culturales entre los humanos.
También gustan del piano y marcan el ritmo
En otro estudio, siete chimpancés que escucharon música de piano marcaron el ritmo con movimientos del cuerpo, con las palmas de las manos y los pies, y los machos fueron más propensos que las hembras a acompañar con sus voces, según una publicación de Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
El estudio, conducido por los investigadores Yuko Hattori y Masaki Tomonaga, indica una raíz común de la danza entre los ancestros de chimpancés y humanos.
"La música y la danza son universales entre las culturas humanas y tienen una historia antigua", señaló el estudio. "Una característica de la música es su influencia fuerte en los movimientos".
Desde muy temprana edad los humanos incurren espontáneamente en movimientos al escuchar la música, y más adelante esta acción se sincroniza de manera más precisa con el pulso de la música.
Los investigadores japoneses señalaron que esta respuesta es más común en contextos sociales, lo cual sugiere que la avanzada habilidad rítmica de los humanos puede haber sido seleccionada, en la evolución, para la coordinación entre varios individuos.
Es probable que el efecto del sonido al inducir movimientos rítmicos haya existido en el ancestro común de chimpancés y humanos hace seis millones de años, apuntó el artículo.
En el caso de los chimpancés "las comprobaciones de que los machos dan una respuesta más prolongada al sonido que las hembras coincidió con estudios anteriores acerca de 'danzas de la lluvia' en la jungla, durante las cuales los chimpancés hacen movimientos rítmicos cuando escuchan el sonido del comienzo de la lluvia" agregó.
Los científicos consideran que los chimpancés son candidatos ideales para comprender los orígenes en la evolución de la habilidad humana para la música porque son los parientes vivos más cercanos de los humanos.
Aunque los chimpancés tienen una habilidad muy limitada para controlar sus cuerdas vocales muestran varios tipos de actividades que pueden considerarse como requisitos previos para la música humana, como el tamborileo sobre los troncos de árboles, las voces a coro entre miembros de grupo y los sonidos juguetones hechos con objetos.
Para sus investigaciones los científicos en Kyoto expusieron a siete chimpancés a seis sesiones de música de piano de dos minutos cada una, con diferentes tempos, durante seis días.
En respuesta a los estímulos auditivos los chimpancés a menudo movieron el cuerpo de manera rítmica y a veces marcaron el ritmo con las palmas o con las plantas de sus pies sobre el suelo.
Otro experimento se enfocó en el animal que había mostrado más respuesta a los estímulos auditivos, y este chimpancé fue expuesto a cuatro sesiones de sonido, de dos minutos cada una, durante 24 días.
Tanto los ritmos al azar como los regulares indujeron movimientos de cuerpo en el chimpancé y el tempo al animal cuando estaba erguido sobre sus dos patas y no cuando estaba en la posición cuadrúpeda.
Este chimpancé, además, permaneció en el área de los sonidos más tiempo cuando había música que cuando no la había, por lo cual los investigadores concluyeron de que el animal buscaba el estímulo auditivo.