Un pionero estudio realizado por académicos de la U. Católica fijó por primera vez en el país el alcance del ciberacoso en las universidades. Y los resultados no fueron nada de alentadores: el 12,5% de los universitarios declaró haber sido víctima el último año (incluso, el 2,4% admite haberlo sufrida al momento de responder).
La investigación, realizada por Rayén Condeza, docente de la Facultad de Comunicaciones de la U. Católica, Gonzalo Gallardo, docente Escuela de Psicología y Pablo Reyes, académico de la Escuela de Psicología de la U. de Chile y la U.Católica fue realizado a 961 estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en carreras de pregrado.
Uno de los datos más preocupantes es que casi el 50% de los estudiantes que participó en el estudio encuentra normal el ciberbullying en la universidad, y que el 57,1% de los que afirmaron ser víctimas, sintió amenazada su seguridad física y emocional, (otro 52,5% de los alumnos manifestó dificultades de salud mental, 47,9% presentó síntomas físicos y un 18,6% deseos de abandonar la universidad).
"A modo de síntesis, si agrupamos a quienes declararon haber sufrido, presenciado o realizado ciberbullying, se registra que el 45,9% de los participantes habría estado involucrado, de algún modo, en esta situación", dice Condeza.
Según los investigadores, el primer año de universidad parece ser especialmente sensible e ilustra el desafío en la formación de los futuros profesionales y el aprendizaje de la sana convivencia, así como de la cultura del buen trato. "Esa parece ser hoy un pilar de la educación universitaria de excelencia a la que como formadores deberíamos aspirar", reflexiona la investigadora.
El estudio, publicado en 2018, cobra relevancia, en virtud que el Ministerio de Educación estableció el 14 de marzo como el Día contra el Ciberacoso, jornada que se acompañará con la campaña "Hay palabras que matan".
Según Condeza, un aspecto relevante en el que se puede intervenir desde la comunicación y la educación es el rol de ser espectador. Un 38,1% de los estudiantes declaró ser testigo del ciberacoso, pero no supo qué hacer, mientras un 3,3% afirmó ser victimario (aunque cerca de un 8% de estos afirmó no tener claro si lo que hacían era o no acoso).