Se nos acaba el año 2018, llega el tiempo de reflexionar y analizar lo bueno, lo malo y lo feo que nos deja el año que se va. Las ciencias y la investigación no están ajenas a esta reflexión; si miramos los aportes de la investigación e innovación hecha en Chile desde Chile, hay muchos ejemplos, de los cuales solo mencionaremos a algunos por razones de espacio.
Durante este año muchas mujeres fueron destacadas por sus logros en investigación. El año inició reconociendo a Barbarita Lara, como una de las innovadoras sub-35 por el MIT (Massachusetts Institute of Technology), por el desarrollo del Sistema de Información de Emergencia (SIE), que permite recibir en el teléfono celular, información oficial de catástrofes sin necesidad de una red telefónica ni conexión a Internet, siendo la primera chilena que ha recibido este reconocimiento. Barbarita también obtuvo el reconocimiento internacional "World Summit Award" junto con Bárbara Achondo y Felipe Walker, quienes dirigen GameLab Education, plataforma digital que enseña a través de videojuegos.
No podemos dejar de mencionar a Maritza Soto, quien ha descubierto tres planetas y a sus 28 años, es una de las grandes promesas de la astronomía. Por su parte Paula Jofré, también astrónoma, ha sido elegida como unos de los diez promesas de científicos jóvenes en el mundo por la revista internacional Science News.
Olga Barbosa, ecóloga, presidenta de la Sociedad de Ecología de Chile, ha sido premiada en Francia e Inglaterra por el documental "Vino y Cambio Climático en Chile".
Carolina Cubillos describe por primera vez microorganismos en las salmueras concentradas de litio, que serían el ambiente más salino de la Tierra.
María Inés Barría y su avance en la generación de una vacuna contra el hanta.
Tania Villaseñor, geóloga y Yasna Órdenes, astrofísica, fueron reconocidas por el programa For Women in Science de L'Oreal Chile, por sus aportes en sus respectivas disciplinas.
Carolina Gainza publicó su libro "Narrativas y poéticas digitales en América Latina" que busca comprender el estado de la literatura digital y de la cultura de redes. Es destacable también, que Sol Serrano haya sido la primera mujer en obtener el Premio Nacional de Historia. Estas son algunas de las investigadoras destacadas y reconocidas durante este año.
También nuestros colegas hicieron aportes, Alexis Kalergis y su equipo, quienes avanzan en la obtención de una vacuna contra el virus sincicial; desde Inglaterra Cristóbal Uuay fue reconocido por sus aportes en el mejoramiento genético en trigo y hace unos días Rodrigo Gutiérrez, fue reconocido con el premio Friedrich Wilhelm Bessel Research Award, por su aporte en el estudio del metabolismo en plantas.
Pero este año también hubo más eventos acercando a la ciencia a la sociedad, el Congreso Futuro que se realizó en Santiago y regiones; múltiples charlas y actividades de Explora-CONICYT, campamentos científicos, Chile sin Ficción en Concepción y también el primer Congreso Interdisciplinario de Género, organizado por la Red de Investigadoras en Santiago, Rancagua, Concepción y Valdivia. De esta forma, se está valorando más la divulgación de la ciencia y el conocimiento hacia la sociedad y a la vez visibilizando y buscando respuestas para lograr la equidad en investigación en Chile.
Todos estos logros (y muchos más que quedan en el tintero) han sido posibles gracias al esfuerzo de cada uno, quienes han ido formando equipos de trabajo, buscando colaboración nacional e internacional y financiamiento para llevar adelante sus ideas, a pesar de la disminución del presupuesto en I+D. Sin embargo, muchas veces estos logros se realizan con un alto grado de precarización de las y los investigadores tales como inexistencia de contratos, fuero maternal, cesantía etc.
Sin lugar a dudas, el 2018 será recordado históricamente como el año de la creación el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, y el nombramiento del primer Ministro de la cartera, concretándose el gran anhelo de muchos investigadores desde hace varios años. Esperamos que este Ministerio sea construido entre todos con un enfoque de género.
Hemos de esperar que con la implementación del Ministerio y la definición de estrategias a largo plazo, aumente la investigación hecha en Chile, no solo beneficiando a la sociedad, sino que agregando valor a nuestros productos, generando más y mejores empleos, disminuyendo la inequidad que hoy existe en el país y aportando para su desarrollo sustentable y sostenible.
* Columna de Adriana Bastías Universidad Autónoma, Cristina Dorador Universidad de Antofagasta, Sofía Valenzuela, Universidad de Concepción.