Científicos descubren a qué edad exactamente tu cerebro comienza a hacerse viejo

Un nuevo estudio revela que el cerebro comienza a deteriorarse mucho antes de lo que imaginábamos. Sin embargo, los científicos han descubierto una clave que podría ayudar a ralentizar este proceso y mantener la mente en forma por más tiempo.
Invgestigadores de la Universidad de Stony Brookh, analizaron los datos de más de 19,300 personas y descubrieron que el inicio clínico de la vejez no es lineal, más bien tiene forma de S. El efecto se observa e más dif.gcultad para tomar decisiones, o le cuesta encontrar la palabra adecuada.
Ahora, según un nuevo estudio revela que este proceso puede iniciarse antes de lo que se pensaba. Según sus hallazgos, el cerebro empieza a mostrar signos de deterioro alrededor de los 40 años y después cerca de los 70.
Este descubrimiento ofrece una nueva perspectiva sobre el envejecimiento cerebral y abre la puerta a posibles estrategias de intervención ¿Podemos hacer algo para atrasar este proceso y mantener nuestras mentes ágiles por más tiempo?
Científicos descubren a qué edad exactamente tu cerebro comienza a hacerse viejo
Investigadores de la Universidad de Stony Brook, analizaron los datos de más de 19,300 personas y descubrieron que el inicio clínico de la vejez no es lineal, más bien tiene forma de S. El efecto se observa por primera vez alrededor de los 44 años, y la degeneración alcanza su aceleración máxima alrededor de los 67 años y se estabiliza a los 90 años .
Esto puede ser útil para encontrar formas de promover una mejor salud cerebral, todo se reduce a cómo cambia la forma en que el cerebro obtiene su energía con los años y cómo ciertos cambios en la alimentación podrían ayudar a mantenerlo en buen estado.

“Comprender exactamente cuándo y cómo se acelera el envejecimiento cerebral nos da puntos de tiempo estratégicos para la intervención”, explicó Lilianne R. Mujica-Parodi, autora principal del estudio y profesora de ingeniería biomédica en Stony Brook en un comunicado.
El estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) señala que las neuronas en adultos de mediana edad experimentan un estrés metabólico considerable debido a la disminución del acceso a la glucosa, su principal fuente de energía, lo que las deja en una situación vulnerable pero aún reversible.
El cerebro es un órgano altamente dependiente de la energía. A pesar de representar solo el 2% del peso corporal, consume aproximadamente el 20% de la energía del cuerpo. Sin embargo, con el envejecimiento, su capacidad para procesar glucosa de manera eficiente disminuye. Este estudio señala que la resistencia a la insulina neuronal, un fenómeno en el que las neuronas se vuelven menos eficientes en la absorción de glucosa, desempeña un papel clave en el deterioro cognitivo.
“Hemos identificado una ventana crítica en la mediana edad en la que el cerebro comienza a experimentar un acceso decreciente a la energía, pero antes de que se produzca un daño irreversible, esencialmente la ‘curva’ antes de la ‘ruptura’”, explicó la autora principal.
Los investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) y pruebas cognitivas para evaluar la función cerebral en un amplio rango de edades. Los resultados indicaron que, mientras que en la juventud el cerebro mantiene una capacidad óptima para metabolizar la glucosa, en la mediana edad, esta capacidad empieza a decaer, lo que genera un déficit energético que impacta directamente en la función neuronal.
“Durante la mediana edad, las neuronas están estresadas metabólicamente debido a la falta de combustible; están en dificultades, pero aún son viables”, explicó Mujica-Parodi. “Por lo tanto, proporcionar un combustible alternativo durante esta ventana crítica puede ayudar a restaurar la función. Sin embargo, en edades más avanzadas, la inanición prolongada de las neuronas puede haber desencadenado una cascada de otros efectos fisiológicos que hacen que la intervención sea menos efectiva”.
Cetonas como fuente alternativa de energía para frenar envejecimiento del cerebro
A raíz de estos hallazgos, los investigadores probaron una intervención basada en la administración de cetonas, compuestos que pueden servir como fuente de energía alternativa al reducir la dependencia del cerebro de la glucosa. En un experimento con 101 participantes, se evaluó el efecto del consumo de suplementos de cetonas en la función cerebral.

Los resultados fueron alentadores: los participantes que recibieron cetonas mostraron mejoras en la función cerebral y un menor deterioro cognitivo, especialmente en el grupo de 40 a 59 años. Esto sugiere que proporcionar una fuente alternativa de energía al cerebro en la mediana edad podría ayudar a ralentizar el proceso de envejecimiento cerebral y preservar la función cognitiva a largo plazo.
“Esto representa un cambio de paradigma en nuestra forma de pensar sobre la prevención del envejecimiento cerebral”, señaló Botond Antal, investigador asociado postdoctoral en ingeniería biomédica en Stony Brook y primer autor del estudio. “En lugar de esperar a que aparezcan los síntomas cognitivos, que pueden no aparecer hasta que se haya producido un daño sustancial, podemos identificar a las personas en riesgo a través de marcadores neurometabólicos e intervenir durante esta ventana crítica”.
Los hallazgos de esta investigación pueden tener un impacto significativo en la forma en que se abordan la salud cerebral y el envejecimiento. Tradicionalmente, el deterioro cognitivo se ha considerado un proceso inevitable vinculado a la edad avanzada, con pocas opciones de intervención hasta que los síntomas se vuelven evidentes. Sin embargo, este estudio sugiere que hay una oportunidad para prevenir el daño cerebral antes de que ocurra.
Esto podría implicar un cambio en las recomendaciones de salud pública. Algunos expertos sugieren que dietas bajas en carbohidratos, el ayuno intermitente y el consumo de suplementos de cetonas podrían desempeñar un papel clave en la prevención del envejecimiento cerebral.
Además, la identificación de biomarcadores metabólicos asociados con el envejecimiento cerebral permitiría desarrollar herramientas de diagnóstico más precisas, que podrían ayudar a detectar a las personas en riesgo antes de que desarrollen síntomas cognitivos graves.
Estudios previos han demostrado que hábitos como el ejercicio regular, una dieta equilibrada rica en antioxidantes y grasas saludables, así como una buena calidad del sueño, pueden contribuir a mantener el cerebro en óptimas condiciones durante más tiempo. Evitar el consumo excesivo de alcohol y tabaco también es fundamental para preservar la salud neurológica a medida que se envejece.
Si bien los resultados del estudio son prometedores, los investigadores enfatizan la necesidad de realizar más estudios para confirmar la eficacia de estas estrategias a largo plazo.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.