Científicamente, para que un planeta sea habitable debe cumplir ciertas condiciones: una serie de elementos químicos fundamentales, atmósfera, gravedad para que ésta sea retenida, un núcleo metálico fundido junto a un campo magnético que proteja al planeta de radiaciones, un satélite como la Luna cuya gravedad mantenga la inclinación del eje de rotación, y una distancia específica a su estrella para que el agua no se evapore, ni tampoco se congele. Es lo que se conoce como la "zona de habitabilidad".
Pero sobre todo, uno de estos factores es el más importante: el agua.
Y aunque se considera que la presencia de este elemento es fundamental para el desarrollo de la vida, aún en las condiciones más extremas, un nuevo estudio sugiere que quizá los científicos estén
equivocados.
De acuerdo a la investigación publicada en Nature Ecology and Evolution, incluso los extremófilos, organismos capaces de habitar lugares en condiciones extremas, no pueden sobrevivir los manantiales geotérmicos Dallol en Etiopía, sitio que posee el agua más ácida, salada y sobrecalentada del mundo.
El área es conocida por sus altas temperaturas y tóxicas olas de agua de colores en tonos verde, amarillo, naranja y marrón, todo como resultado de un volcán subterráneo.
Por mucho tiempo la ciencia han determinado que si hay un organismo que pueda sobrevivir en ambientes altamente salinos y ácidos, debían ser los extremófilos. Estudios anteriores detectaron evidencia que sugería la existencia de secuencias de genes bacterianos y de vida basados en microorganismos llamados arqueas. Pero según los investigadores, la evidencia encontrada pudieron ser contaminantes o biomorfos, minúsculos granos de sílice que se asemejan a células pequeñas. De hecho, una de las preocupaciones de los rovers que aterrizan en Marte es la posibilidad de engañar sin querer a los investigadores, confundiendo estos granos con una prueba de vida extraterrestre.
Según los científicos, "la extensa presencia de biomorfos abióticos, en su mayoría ricos en silicio, que imitan la forma y el tamaño de las células ultrapequeñas en los manantiales de Dallol con influencia hidrotermal, refuerza la naturaleza equívoca de los 'microfósiles' morfológicos y exige la combinación de varias biofirmas antes de anunciar la presencia de vida en la Tierra primitiva".
Según el estudio, la ausencia de evidencia de vida no implica necesariamente que no exista, sino que sólo podría significar que aún no se ha descubierto. Por ello, a menos que se encuentren pruebas
convincentes, el área se considerará sin vida.