Científicos descubren qué pasa con las personas que comen palta todos los días

En los últimos años, las paltas han emergido como uno de los alimentos más codiciados en todo el mundo. Ya sea al desayuno, al almuerzo, con ensalada o para terminar el día, este fruto verde con su cremosa textura y su sabor versátil no solo ha conquistado los corazones de los amantes de la comida, sino que también ha ganado reconocimiento por sus numerosos beneficios para la salud.

Una reciente investigación del Departamento de Ciencias de la Nutrición de la Universidad Penn State, señaló que comer palta todos los días puede mejorar la calidad general de la dieta. Lo que no es de extrañar, ya que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una alimentación saludable debe priorizar grasas no saturadas, como las de la palta, y disminuir lo máximo posible las grasas saturadas, que suelen encontrarse en la carne, lácteos y la mayoría de los alimentos procesados.

La palta es un aliado nutricional que ha ganado elogios de expertos en nutrición en todo el mundo. Originarios de Mesoamérica, específicamente de lo que ahora es México se cultivan a partir del árbol Persea americana.

Nutricionalmente hablando, la palta o aguacate es un superalimento, rico en grasas saludables, vitaminas A, C y E y minerales como folatos, potasio, magnesio, hierro, calcio y sodio. “Los aguacates son un alimento rico en nutrientes que contiene mucha fibra y otros nutrientes importantes. Queríamos ver si la ingesta regular de este alimento conduciría a un aumento en la calidad de la dieta”, dijo Kristina Petersen, profesora asociada de Ciencias de la Nutrición en Penn State, en un comunicado.

Según datos de la Universidad de Chile en 2018, nuestro país es el segundo en el mundo que más palta consume, con cifras que pueden fluctuar entre los 7 y 8 kilos anuales per cápita en promedio, en tanto que México supera a Chile con más de 11 kilos consumidos en promedio por persona al año.

La investigación publicada en la revista Current Developments in Nutrition, examinó cómo una intervención basada en alimentos (un aguacate por día) afectó la calidad general de la dieta. “Investigaciones observacionales anteriores sugieren que los consumidores de aguacate tienen una dieta de mayor calidad que los no consumidores. Por eso, desarrollamos este estudio para determinar si existe una relación causal entre el consumo de aguacate y la calidad general de la dieta”, explicó Petersen.

El estudio contó con 1.008 participantes que se dividieron en dos grupos: uno continuó su dieta habitual limitando el consumo de paltas durante las 26 semanas que duró el estudio, el otro grupo incorporó una palta al día en su dieta.

Para saber más información de los participantes, los investigadores realizaron entrevistas telefónicas antes de comenzar el estudio y en algunos momentos a lo largo del mismo para determinar cuál era su ingesta dietética en las 24 horas anteriores. Evaluaron sus dietas utilizando el Índice de Alimentación Saludable para determinar qué tan bien cumplían con las Guías Alimentarias para los Estadounidenses.

“Descubrimos que los participantes que comían un aguacate al día aumentaron significativamente su cumplimiento de las pautas dietéticas”, dijo Petersen. “Esto sugiere que estrategias, como comer un aguacate al día, pueden ayudar a las personas a seguir las pautas dietéticas y mejorar la calidad de sus dietas”.

Las pautas dietéticas son las recomendaciones dietéticas establecidas por expertos en nutrición y salud pública. Estas pautas dietéticas suelen basarse en evidencia científica y se diseñan para promover una alimentación saludable y equilibrada que pueda ayudar a prevenir enfermedades crónicas, mantener un peso saludable y promover el bienestar general.

Dentro de los beneficios de la palta mejoran la salud cardiovascular, ya que los aguacates son ricos en grasas monoinsaturadas, especialmente ácido oleico, que se ha asociado con la reducción del colesterol LDL (colesterol “malo”) y el aumento del colesterol HDL (colesterol “bueno”), en comparación a las grasas saturadas en los alimentos procesados que dañan profundamente el corazón y las arterias.

Su alto contenido de fibra puede promover la regularidad intestinal y, por ende, mejorar la salud digestiva en general. Son una buena fuente de ácidos grasos omega-3, que son importantes para la salud cerebral y pueden ayudar a mejorar la función cognitiva y reducir el riesgo de trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer.

Y por si fuera poco, los aguacates contienen luteína y zeaxantina, dos antioxidantes carotenoides que se han asociado con la salud ocular. Estos nutrientes pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades oculares relacionadas con la edad, como la degeneración macular.

A pesar de ser relativamente altos en calorías, los aguacates están llenos de fibra y grasas saludables que pueden ayudar a aumentar la sensación de saciedad y controlar el apetito. Además, varios estudios han sugerido que el consumo regular de aguacate puede estar asociado con un menor índice de masa corporal (IMC) y una menor circunferencia de la cintura.

Los investigadores encontraron que los participantes que consumieron paltas potenciaron positivamente sus dietas. Algunos sustituían algunos alimentos con alto contenido de granos refinados y sodio por palta, y, además, vieron un aumento en el consumo de vegetales en general. También los participantes utilizaron los aguacates para reemplazar algunas opciones poco saludables.

Según Petersen, tener una dieta de mala calidad aumenta sustancialmente el riesgo de padecer enfermedades como enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, enfermedades renales y muchas otras enfermedades prevenibles.

“Al mejorar el cumplimiento de las pautas dietéticas por parte de las personas, podemos ayudar a reducir el riesgo de desarrollar estas enfermedades crónicas y prolongar la esperanza de vida saludable”, dijo Petersen.

Si bien los resultados son convincentes, hace falta más estudios para determinar estrategias de comportamiento para ayudar a las personas a cumplir con las pautas dietéticas y reducir el riesgo de enfermedades crónicas.