
Científicos descubren una fibra natural que imita a Ozempic y puede ayudar a perder peso rápidamente
Aunque los medicamentos como Ozempic han revolucionado la pérdida de peso, un estudio mostró cómo esta fibra presente en muchos alimentos puede ofrecer beneficios similares al popular fármaco.

La promesa de perder peso sin contar calorías, sin matarse en el gimnasio y sin pasar hambre suena demasiado buena para ser cierta. Por eso, medicamentos como Ozempic se han vuelto tan populares: actúan directamente sobre la hormona de la saciedad, haciendo que comas menos sin darte cuenta. Pero ¿qué pasaría si esa hormona también pudiera activarse de forma natural, con lo que eliges poner en tu plato?
Aunque nada reemplaza los efectos potentes de los medicamentos, la ciencia dice que sí existen alimentos y hábitos que imitan, al menos en parte, la acción del Ozempic.
Científicos descubren una fibra natural que imita a Ozempic y puede ayudar a perder peso rápidamente
Ozempic se desarrolló originalmente para ayudar a las personas con diabetes a controlar sus niveles de azúcar en sangre, pero ahora se usa comúnmente para perder peso. Junto con medicamentos similares como Wegovy y Trulicity, Ozempic es un agonista del receptor del péptido similar al glucagón-1 (GLP-1). Estos medicamentos imitan la hormona GLP-1 que el cuerpo produce naturalmente. Al hacerlo, ralentizan el proceso digestivo, lo que ayuda a las personas a sentirse más satisfechas durante más tiempo y frena el apetito.
“Estos medicamentos también disminuyen simultáneamente los niveles de una enzima llamada DPP-4, que inactiva el GLP-1”, explicó Scourboutakos en una columna para The Conversation. En resumen, prolongan artificialmente la vida de esta hormona en el cuerpo, generando una sensación de saciedad prolongada que puede durar días.
El GLP-1 no es exclusivo de los medicamentos. También se produce de manera natural cuando comemos ciertos alimentos. De hecho, el GLP-1 es una “hormona posnutriente”, es decir, una sustancia que el cuerpo libera después de comer y que cumple funciones clave: estimular el páncreas para que produzca insulina, ralentizar la digestión y activar zonas del cerebro que nos hacen sentir llenos.

Ahora, una nueva investigación dirigida por Frank Duca, profesor asociado de la Facultad de Agricultura, Ciencias de la Vida y Ciencias Ambientales de la Universidad de Arizona, sugiere que consumir alimentos ricos en betaglucano, un tipo de fibra presente en la avena y la cebada, puede reducir el peso corporal y la obesidad.
El estudio, publicado en The Journal of Nutrition, analizó el impacto de diferentes fibras en la microbiota intestinal, la comunidad de microbios diminutos que viven en el sistema digestivo y que se encargan de descomponer los alimentos que ingerimos.
“Sabemos que la fibra es importante y beneficiosa; el problema es que existen muchos tipos diferentes de fibra”, dijo Duca en un comunicado. “Queríamos saber qué tipo de fibra sería más beneficiosa para la pérdida de peso y la mejora de la homeostasis de la glucosa para poder informar a la comunidad, al consumidor y, posteriormente, también a la industria agrícola”.
No todas las fibras son iguales
Los investigadores analizaron el efecto de cinco fibras vegetales diferentes en la dieta de roedores: pectina, betaglucano, dextrina de trigo, almidón y celulosa, pero solo el betaglucano resultó en una reducción del peso corporal y la grasa, así como en mejoras en la homeostasis de la glucosa.
El betaglucano es una fibra única presente en muchos alimentos, como la avena, la cebada, los hongos y las levaduras, y estudios futuros examinarán cómo las diferentes fuentes de betaglucano podrían diferir en su eficacia.
Los cambios en los metabolitos (las moléculas que se producen cuando las bacterias intestinales interactúan con la fibra) parecieron ser responsables de los efectos de la pérdida de peso, en particular un metabolito específico llamado butirato.
El butirato es una fuente clave de energía para las células del colon, promoviendo una barrera intestinal saludable para reducir la inflamación sistémica. El butirato también induce la liberación de péptidos intestinales, o mensajeros que regulan las funciones intestinales, como el péptido similar al glucagón-1 o GLP-1.
Medicamentos como la semaglutida son versiones sintéticas del GLP-1, que estimulan la insulina y también pueden ayudar a las personas a sentirse saciadas. Una diferencia clave del GLP-1 natural es su rápida degradación cerca del intestino, mientras que la semaglutida está diseñada para durar más y actuar directamente en el cerebro.
“Parte de los beneficios del consumo de fibra dietética reside en la liberación de GLP-1 y otros péptidos intestinales que regulan el apetito y el peso corporal”, afirmó Duca. “Sin embargo, no creemos que ese sea el único efecto. Creemos que el butirato podría tener otros efectos beneficiosos no relacionados con los péptidos intestinales, como mejorar la salud de la barrera intestinal y actuar sobre órganos periféricos como el hígado”.
Duca está investigando otros tipos de fibra que pueden ser beneficiosos para la pérdida de peso.
En un estudio previo, el Laboratorio Duca descubrió que la harina de cebada era la más eficaz para promover la pérdida de peso en comparación con otras harinas disponibles comercialmente. Otros estudios con oligofructosa también han demostrado efectos beneficiosos. En el futuro, Duca espera colaborar con otros investigadores para desarrollar fibras mejoradas que puedan optimizar la liberación de butirato.
La importancia de la fibra para perder peso
Según Scourboutakos, "la fibra es el nutriente más importante que puede aumentar significativamente el GLP-1”, asegura . Cuando es fermentada por las bacterias del intestino, produce ácidos grasos de cadena corta que estimulan la liberación de esta hormona.
Un rico plato de legumbres, pan integral con palta, o un yogur con avena y chía son opciones sencillas, pero cargadas de fibra. No solo ayudan al sistema digestivo, sino también a la salud cardiovascular, al control del peso y al bienestar general.
Sin embargo, la mayoría de las personas no consume suficiente. La recomendación del consumo de fibra de la OMS son 25g al día, pero pocos lo logran. A pesar de ser un nutriente esencial, las investigaciones han demostrado que la gente no consume suficiente fibra e incluso lo han denominado “un problema de salud pública” en Estados Unidos.
En Chile, por ejemplo, un estudio de la Universidad San Sebastián reveló que el 90% de la población no alcanza esa meta: el promedio es de apenas 12,8g diarios.
No solo qué comes, sino cómo lo comes
Además de los alimentos ricos en fibra (como legumbres, cereales integrales, frutos secos, verduras y frutas), hay otros elementos que elevan el GLP-1. Las grasas monoinsaturadas, presentes en el aceite de oliva, los aguacates y los pistachos, también lo hacen. “Se demostró que los niveles de GLP-1 eran más altos tras el consumo de pan y aceite de oliva en comparación con pan con mantequilla”, escribió Scourboutakos. Incluso un bagel con palta produce más GLP-1 que uno sin ella.
Pero la forma en que comemos también importa. Comer proteínas o verduras antes que los carbohidratos aumenta la liberación de GLP-1. Lo mismo pasa con el momento del día: una comida a las 8 de la mañana genera más hormona que la misma comida a las 5 de la tarde.
¿Otro dato curioso? Comer más despacio también ayuda. “Se ha demostrado que comer helado durante más de 30 minutos produce un nivel de GLP-1 significativamente más alto que comerlo durante cinco minutos”, apuntó la doctora.
Incluso la masticación juega un rol. Un estudio mostró que masticar repollo rallado eleva más el GLP-1 que beberlo en forma de batido. Así que sí, lo que comes importa, pero cómo lo comes también.
De todas formas hay que ser realistas: los niveles de GLP-1 que se alcanzan naturalmente con la dieta son mucho más bajos que los generados por medicamentos. Un estudio demostró que una dieta mediterránea puede elevar esta hormona hasta 59 picogramos por mililitro, mientras que una dosis baja de Ozempic genera 65 nanogramos (es decir, más de mil veces más). Aun así, no todo es cantidad.

En el largo plazo, los alimentos ganan. “La dieta mediterránea reduce el riesgo de eventos cardíacos en un 30%, superando a los medicamentos GLP-1, que lo reducen en un 20%”, señala Scourboutakos. Aunque la pérdida de peso sea más lenta sin fármacos, los beneficios generales para la salud pueden ser mayores.
Para quienes buscan perder peso sin medicamentos, estas son algunas estrategias respaldadas por la ciencia:
- Desayunar
- Esfuérzate por hacer del desayuno la comida más grande del día (o al menos, adelanta tu día tanto como sea posible)
- Intenta comer al menos un alimento rico en fibra en cada comida.
- Haga del aceite de oliva un alimento básico en su dieta
- Tenga en cuenta el orden en que come los alimentos, consuma proteínas y verduras antes que carbohidratos.
- Come frutos secos como refrigerio
- Mastica tu comida
- Come despacio
No hay una píldora mágica, pero sí hay una ruta posible. “Si bien los métodos naturales para aumentar el GLP-1 pueden no ser tan potentes como los medicamentos, proporcionan un enfoque sin fármacos para la pérdida de peso y la alimentación saludable”, concluyó la doctora Scourboutakos.
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