El 3 de agosto de 1908 tres sacerdotes católicos descubrieron un esqueleto humano de edad prehistórica enterrado casi por completo en una cueva en La Chapelle-aux-Saints en Francia.
Al principio se creía que los huesos eran de un humano moderno que mostraba signos de deformación debido a la edad avanzada y la artritis. Sin embargo, Marcellin Boule, director del Instituto de Paleontología Humana de París, determinó que “El Viejo” era un neandertal que vivió hasta los 40 años.
“El Viejo” era un fabricante de herramientas de piedra que había perdido la mayor parte de sus dientes y murió de un golpe en la cabeza. El cráneo del hombre tenía muchos rasgos distintivos de un neandertal “clásico”, incluido un arco superciliar grande y contínuo, una base craneal plana, una abertura nasal amplia y órbitas oculares grandes, según eFossils.com, un sitio administrado por el Departamento de Antropología de la Universidad de Texas en Austin.
Antes de este hallazgo, se habían descubierto otros cráneos de neandertal, pero el hallazgo en La Chapelle-aux-Saints fue el primero con un esqueleto casi completo y un juego completo de herramientas, lo que confirmó dramáticamente que el Neandertal era un tipo de homínido válido, y no una mezcla de humanos modernos patológicamente deformados, como otros sugerían.
Ahora, artistas forenses lograron una increíble reconstrucción facial digital de “El Viejo” a 115 años de su descubrimiento, dando una idea de cómo pudo ser su rostro cuando vivió en algún momento hace 47.000 y 56.000 años.
Científicos logran increíble reconstrucción facial de “El Viejo”
Los investigadores dieron a conocer en una conferencia presentada por el Ministerio de Cultura italiano en octubre su nueva aproximación facial, donde utilizaron tomografías computarizadas existentes, esto significa que utilizan una máquina de rayos X giratoria para crear imágenes transversales o 3D de cualquier parte del cuerpo, según el Instituto Nacional de Imágenes Biomédicas y Bioingeniería (NIBIB).
Luego importaron mediciones a lo largo del plano horizontal de Frankfort (una línea que pasa desde la parte inferior de la cuenca del ojo hasta la parte superior de la abertura de la oreja) basándose en un cráneo humano extraído de una base de datos de donantes. Esto proporcionó a los investigadores el marco necesario para generar la forma de la cara, explica Live Science.
Por último, utilizaron marcadores de espesor de tejidos blandos en donantes humanos vivos para construir digitalmente la piel y los músculos del “anciano”, y añadieron detalles como el color de piel y el cabello, aunque la investigación no dejó en claro si esas decisiones fueron en base a un análisis de ADN o en una suposición fundamentada.
“Generamos dos imágenes, una más objetiva con solo el busto en tono sepia sin pelo y otra más especulativa [y] colorida con barba y pelo”, dijo al sitio Live Science en un correo electrónico Cícero Moraes, coautor del estudio y experto brasileño en gráficos. “Esta imagen muestra cómo los neandertales eran similares a nosotros, pero al mismo tiempo eran diferentes, con peculiaridades más evidentes como la ausencia de mentón, por ejemplo. Aun así, es imposible no mirar la imagen y tratar de imaginar cómo era la vida de ese individuo, hace miles de años”.
Aunque este no es el primer intento de lograr una reconstrucción facial de este neandertal, es novedoso porque se utilizaron tomografías computarizadas. Las reconstrucciones anteriores eran inexactas y se parecían exageradamente a simios, explica Live Science.
Como un dibujo de 1909 del pintor checo František Kupka, donde aproximó a “El Viejo” en una situación cotidiana de la época. Aquel dibujo se reprodujo con frecuencia, lo que provocó que las representaciones posteriores de los neandertales fueran dándoles una postura salvaje parecida a la de un chimpancé, según Linda Hall Library, una biblioteca independiente de investigación científica de Kansas City (Misuri).
Luego de 115 años, por primera vez se logró una aproximación facial aproximada a cómo eran realmente los neandertales gracias a las tomografías computarizadas, que ayudó a tener mediciones digitales más exactas y proporcionó nuevos conocimientos sobre los humanos antiguos.
“Si se observan atentamente las aproximaciones ofrecidas a lo largo de los años, que abarcan casi más de un siglo, se puede comprobar cómo los rasgos faciales de este hombre de Neandertal han sido suavizados y ‘humanizados’, abandonando una percepción o interpretación más brutal del mismo, que caracterizaba la idea que los antropólogos del pasado alguna vez tuvieron sobre los neandertales”, dijo a Live Science en un correo electrónico Francesco Galassi, coautor del estudio y profesor asociado de antropología física en la Universidad de Lodz (Polonia).
Y añadió: “Este cambio de percepción puede atribuirse sin duda a los numerosos avances en el estudio de los neandertales, que han demostrado cómo eran mucho más parecidos en anatomía -por tanto, probablemente en fisiología- a nosotros, los Homo sapiens anatómicamente modernos. Nuestra reconstrucción ofrece una nueva perspectiva sobre este hombre antiguo y reflexiona sobre esta noción en evolución”.