Luego de un año de investigación del barco Esperanza de Greenpeace, que viajó del Polo Norte al Polo Sur, se comprobó en una expedición en la Antártica occidental entre el 5 de enero al 8 de febrero, que el número de pingüinos barbijo en algunas colonias ha disminuido drásticamente hasta en un 77% desde su último censo en la década de 1970. Constatando que de 122.550 parejas reproductoras estimadas la última vez, hoy solo quedan 52.786.
¿La principal causa? Según los científicos que estudian el impacto del calentamiento global en esta región, "si bien varios factores pueden desempeñar un papel, todas las pruebas que tenemos apuntan al cambio climático como responsable de los cambios que estamos viendo".
En los últimos 50 años la temperatura del planeta aumentó considerablemente, lo que llevó a que el jueves 6 de febrero en el continente blanco se registraran 18.3°C, superando así el anterior record de 17.5°C el 24 de marzo de 2015.
Desde Greenpeace Chile, Mauricio Ceballo, vocero del área de campañas de la organización, dice que "el único esfuerzo factible y necesario que podemos hacer [para frenar esta reducción de pingüinos] es disminuir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero a niveles que nos alejen de un aumento de temperatura mayor a 1,5°C a finales de siglo".
La Antártica se derrite
Los dos elementos que más afectan a las poblaciones de pingüinos "son el retroceso de hielos -que hacen que las colonias se alejen de las fuentes de alimentación - lo que ha repercutido en terribles mortandades en colonias de estas aves que se han registrado en los últimos años" y en segundo lugar "el aumento de temperatura del océano" algo que ha afectado de manera especial a la Antártida, cuenta el vocero de Greenpeace.
Por lo mismo, lo más preocupante y relevante de esta última investigación realizada en la Isla Elefante, hogar de una de las poblaciones más grandes de los pingüinos de barbijo, es que esta especie entre las otras que existen, es "una de las que mayor resistencia tienen y que pueden nadar mayores distancias para obtener alimento, por lo que su disminución de población hace temer aún más, por otras especies de pingüinos" agrega Ceballo.
Por lo tanto, esta situación da cuenta de los enormes efectos que comienza a tener la crisis climática.
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Foto: Abbie Trayler-Smith / Greenpeace[/caption]
"Las disminuciones que hemos visto son definitivamente dramáticas", dijo Steve Forrest a Reuters, un biólogo conservacionista que se unió a un equipo de investigadores de pingüinos de la Universidad Stony Brook y la Universidad Northeastern, quienes fueron los encargados de realizar este estudio asociados con Greenpeace.
"Pareciera que aún no logramos dimensionar lo interconectados que estamos como especies; la desaparición de una especie altera irremediablemente los equilibrios ecosistémicos que posibilitan la vida en nuestro planeta, se rompe la cadena trófica y además son un enorme indicador de que vamos camino al desastre. En ello está la urgencia y la decisión que los gobiernos alrededor del planeta no pueden seguir postergando más para tener tratados a nivel oceánico o climático que sigan haciendo posible la vida en éste planeta" dice Mauricio Ceballo.
La lucha por el océano
Una de las campañas que está llevando a cabo esta Organización gubernamental es la de mostrar la necesidad de la creación de grandes Santuarios marinos en diferentes puntos de la Tierra. Por esta razón, es que se está pidiendo a las Naciones Unidas que se comprometan a proteger el 30% de los océanos del mundo para 2030.
Para esto, la ONU se reunirá del 23 de marzo al 3 de abril para tratar de acordar un tratado oceánico global, que luego podría demorar años en ratificarse.
Ceballo, dice que "este esfuerzo debe ser global" y dependerá de todos lograr un cambio, porque si el escenario global continúa igual "no nos espera más que extinciones masivas si no actuamos ahora y con decisión".
Además, esto depende de que todos los gobiernos se pongan de acuerdo en los cambios y acuerdos que se deben realizar, siendo clave "la presión que pueda poner la ciudadanía en cada país para concretarlos" enfatiza el vocero.
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Noah Strycker, graduado de la Stony Brook University de Nueva York, estudia la colonia de pingüinos de barbijo Foto: Christian Aslund/ Greenpeace[/caption]