Este sábado Chile continental, exceptuando la región de Magallanes, cambiará su horario al llamado horario de invierno. El diputado Miguel Ángel Calisto está liderando una campaña para no se realice este cambio de horario en su región de Aysén, argumentando que ello sería “algo beneficioso para los niños, para las familias y también para el comercio.” Lamentablemente el diputado se equivoca, y lo que en realidad sería beneficioso, y sobre todo para los niños, sería cambiar la hora al llamado horario de invierno y luego mantener ese horario de manera permanente.
Los humanos somos una especie diurna y el inicio del día para nuestro cuerpo está determinado por la hora que se levanta el sol, porque el sol es la fuente de luz más intensa a la cual estamos expuestos. Lamentablemente, la hora de inicio del día para nuestro cuerpo no siempre coincide con la hora que debemos levantarnos para ir al trabajo, al colegio, a la universidad. Por ejemplo, si en un día en que no usas despertador despiertas a las 8AM pero en un día laboral debes levantarte a las 7AM, tendrás un déficit de sueño de 1h todos los días que debes usar un despertador.
Este déficit de sueño reduce la atención, el aprendizaje, el desempeño, y puede causar un aumento en el número de accidentes. Así, la situación ideal es aquella en que uno se despierta sin despertador a la hora que debe despertar en un día laboral, ya que en ese caso uno se despierta habiendo dormido todo el tiempo que el cuerpo necesita. En esta época esto no ocurre en ninguna región de Chile. Al pasar al llamado horario de invierno nos acercaremos a ello en una hora, reduciendo así nuestro déficit de sueño, con todos los beneficios que ello otorga.
En el caso de los adultos estos beneficios del horario de invierno son menores porque en general los adultos nos despertamos temprano. Y es por ello que la mayoría de los adultos prefiere el horario de verano porque así tendrán más luz en la tarde.
Sin embargo, la situación de los niños y sobre todo de los adolescentes es muy diferente porque ellos, y solo por su edad, se despiertan naturalmente 2 a 3 horas más tarde que los adultos. Así si hoy un adulto se despierta (biológicamente) sin despertador a las 8AM, su hijo o hija adolescente se despertará a las 10 u 11AM.
En este caso, si debe levantarse a las 7AM para ir al colegio, a la universidad, o al trabajo, tendrá todos los días un déficit de sueño de 3 a 4 horas. Por supuesto que el horario de invierno no resuelve completamente este problema; para ello sería ideal además, por ejemplo, retrasar la hora de ingreso al colegio y a la universidad. Pero al menos reduce en 1 hora su enorme déficit de sueño.
El diputado Calisto también aseveró que “en nuestra región es fundamental hacer todos los esfuerzos para permitir instancias que ayuden a mantener una buena salud mental.”
En ese aspecto el diputado también está equivocado que mantener el horario de veranos mejorará la salud mental de los habitantes de Aysén. Un estudio publicado en 2023 en una revista médica de la prestigiosa colección Nature y basado en 87,000 pacientes, mostró que la exposición a luz intensa en la noche aumenta en 30% el riesgo de sufrir trastornos psiquiátricos como ansiedad, trastorno bipolar, trastorno de estrés postraumático, autolesión, y psicosis, mientras que la exposición a luz intensa en la mañana disminuye este riesgo en 20%.
Por esta razón el artículo concluye que “evitar la luz por la noche y buscar la luz durante el día puede ser un medio simple y efectivo, no farmacológico, para mejorar ampliamente la salud mental.”
Así, también desde la perspectiva de la salud mental es preferible el horario de invierno porque el sol se levantará más temprano, aumentando nuestra exposición a luz solar en la mañana y reduciendo esta exposición en la tarde.
Mientras escribo esta columna veo que la petición del diputado Calisto ha recibido el apoyo de 8.698 firmas. ¿Cómo podría desestimar este apoyo? Lo primero que preguntaría es, cuál es la edad de los firmantes. Mi predicción es que la mayoría son adultos, para quienes el horario no impacta mayormente su déficit de sueño porque se despiertan naturalmente temprano y por ello prefieren el horario de verano.
Lo segundo es que existen bases biológicas claras para elegir un horario para el país. Estas se basan no en preferencias sino que en argumentos científicos y médicos ampliamente validados, los cuales apoyan la adopción del llamado horario de invierno de manera permanente.
Lo último es que estas evidencias pueden ir contra de una opinión mayoritaria. Este no sería el primer caso: por ejemplo, en Chile nunca se hubiese prohibido fumar en bares y restaurantes si la decisión se hubiese basado en opiniones mayoritarias. En el caso del horario, si queremos privilegiar la salud y el desempeño de los jóvenes—que después de todo son el futuro de Chile, debemos elegir el horario de invierno permanente.
Reconozco que la situación de Aysén es difícil porque los días son cortos en invierno y largos en verano. Una guía útil es mirar lo que han hecho países nórdicos como Suecia, que están bastante más cerca del Polo norte que lo que Aysén y Magallanes se encuentran del Polo sur (recordemos que la latitud de Punta Arenas es equivalente a la del norte de Alemania, y nadie se refiere a esa región como cercana al Polo).
Estos países privilegian tener luz solar en la mañana: incluso en el día más corto del año el sol se levanta a las 8:30AM; como esta luz es muy débil, la suplementan con una luz artificial que replica la luz del amanecer.
A diferencia de ello, el sol se levanta a las 10AM a mediados de invierno en Punta Arenas, lo cual significa niños y adolescentes que no despiertan completamente hasta el mediodía, y probablemente un aumento en la incidencia de ciertos trastornos psiquiátricos graves. Todo esto porque adultos votaron a favor de una medida que va en contra de nuestra biología. Espero que Aysén no tome el mismo camino errado.
*Cronobiólogo, Universidad de Valparaíso