Este año Naciones Unidas ha definido que el tema del Día Internacional de la Mujer 2023 será “Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género”. Así, reconoce y homenajea a las mujeres, niñas y organizaciones de mujeres que están luchando por el avance de la tecnología transformadora y por el acceso a la educación digital.

Esta temática nos llama a reflexionar. Por un lado, habla sobre cómo los avances de la tecnología digital ofrecen nuevas oportunidades para que más mujeres y niñas puedan acceder a nuevos conocimientos y potenciales soluciones a diversos desafíos de desarrollo. Pero, por otra parte, también cuestiona el fenómeno de la brecha digital y cómo se perpetúan las dinámicas de desigualdad de género, que son más evidentes aún en países Latinoamericanos, entre ellos Chile.

Estudios como el Reporte Nacional del Sence llamado “Pulso de Demanda de Empleos Digitales 2021″, indica que del total de personas con perfiles TI (Tecnologías de la Información y las Comunicaciones) en Chile, sólo un 16% son mujeres. Asimismo, en otro estudio nacional, llamado “Barómetro de la Brecha Digital Ciudadana” liderado por la Subtel, arrojó que el 77% de las mujeres encuestadas presentaron grandes dificultades para acceder a servicios digitales –como trámites virtuales, teletrabajo, educación en línea, comercio electrónico, entre otros–.

Todo lo anterior da cuenta que las brechas digitales en mujeres y niñas en nuestro país existen y son amplias. Las preguntas que surgen son: ¿Qué podemos hacer al respecto? ¿Cómo podemos disminuir la brecha digital existente en niñas y mujeres?

Imagen referencial. Foto: Álvaro de la Fuente/DialogoProd.

No existe una respuesta única para estas interrogantes. Se han esbozado algunas soluciones, como el diseño de programas inclusivos desde la perspectiva de género que incorporen las contribuciones que podrían realizar las mujeres en sus trabajos con el desarrollo de sus habilidades digitales, la eliminación de la brecha salarial en diversas industrias tecnológicas, promover medidas de conciliación de vida personal y laboral, hasta la incorporación de perspectiva de género en la formación de profesionales mujeres en el área TI, para que sus producciones tecnológicas estén libres de sesgos de género y así no se perpetúen las desigualdades. Además, se ha considerado mejorar la infraestructura digital en todo el territorio nacional, entre otras medidas.

Pero no es suficiente. Y es aquí donde el ecosistema de innovación y emprendimiento nacional puede jugar un rol importante, no solo visibilizando las brechas y desigualdades, sino que también aportando con soluciones innovadoras.

No solo la innovación tecnológica es importante, igualmente lo es la innovación social, la cual no es tan apoyada como la primera. Quizás el siguiente paso como ecosistema de innovación y emprendimiento nacional sea visibilizar y apoyar aún más la innovación social, entendiendo que al fomentarla se convierte en una transformación social constructiva, y que el impacto será no solo en niñas y mujeres, es transversal, y en todos los sectores industriales, incluyendo los ligados a tecnologías.

*Coordinadora Transferencia Tecnológica Know Hub Chile.