Columna de Karen Rivas: ¿Estamos preparados para un Chile bilingüe o plurilingüe?
Hay razones para pensar que Chile será un país bilingüe o plurilingüe. La primera está dada por la propuesta de la nueva Constitución que plantea al Estado como plurilingüe, reconociendo como oficiales a las lenguas indígenas en sus territorios y la lengua de señas como lengua natural y oficial de las personas sordas. De ser aprobada la nueva Constitución seremos al menos en el papel un Chile plurilingüe.
La segunda, sabemos que Chile recibe un gran número de migrantes, aunque su mayoría de países hispanohablantes un porcentaje no menor tiene una lengua materna diferente al castellano, como es el caso de migrantes haitianos. Tercero, el papel del internet con el uso de las redes sociales, videojuegos, géneros musicales (k-pop) ha favorecido el interés de las nuevas generaciones por otras lenguas más lejanas geográficamente como el coreano y japonés. Por último, el desafío a nivel país de mejorar la competencia en el inglés para conectar y competir con el resto del mundo.
En este punto debemos preguntarnos, ¿Estamos preparados para este Chile bilingüe? Es de conocimiento popular los beneficios del bilingüismo para nuestro cerebro, pero ¿conocemos los fenómenos que conlleva el contacto entre lenguas?
En casos de bilingüismo temprano es común la presencia de fenómenos como la trasferencia o cambio de código. El primero, puede afectar todos los niveles de la lengua, ocurre cuando una lengua influye en la otra, afectando las normas o reglas de esta. En el segundo, hay una alternancia de elementos entre una lengua y otra que no respeta las reglas estructurales de ambas lenguas. Para los profesionales puede ser difícil diagnosticar las alteraciones de lenguaje en niños bilingües, ya que un niño bilingüe podría cometer errores muy similares a un niño con trastorno de lenguaje. Además, hay escasez de instrumentos y protocolos para evaluar esta población. Es necesario entonces que los profesionales tengamos conocimiento de ambas lenguas, idealmente seamos bilingües para poder diferenciar y determinar su competencia en ambas lenguas y realizar un diagnóstico certero.
Por otro lado, surge con frecuencia la consulta sobre limitar la exposición a otra lengua en padres con hijas o hijos pequeños que recién comienzan hablar o que presentan trastornos del lenguaje, ¿podría el bilingüismo retrasar o afectar la adquisición de su lengua materna? Es de esperar que estas interrogantes generen opiniones dividas ya que la evidencia es limitada. Es probable que la adquisición de ambas lenguas sea más lenta en niños que presentan trastornos del lenguaje, pero esto no es determinante y dependerá de las experiencias y oportunidades comunicativas en las que se desenvuelvan los niños.
Sin duda, los beneficios del bilingüismo o multilingüismo sobrepasan cualquier efecto adverso, es de esperar que las limitaciones del ahora sean abordadas en un futuro cercano, para estar mejor preparados para un Chile plurilingüe.
*Fonoaudióloga, Magister en Lingüística Aplicada, y docente carrera de Fonoaudiología Universidad de Magallanes.
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