Columna de Luperfina Rojas: “¿Por qué cada vez vemos menos las estrellas?”

¿Por qué cada vez vemos menos las estrellas?

La pérdida de oscuridad natural en las noches es un efecto provocado por la contaminación lumínica, que se produce por el desaprovechamiento de la luz generada por la iluminación artificial de exteriores. Esta problemática impacta en la salud de las personas, en el medioambiente, y la biodiversidad.

Según un estudio publicado en la revista Science, la contaminación lumínica se duplica cada ocho años y que entre 2011 y 2022 el brillo artificial nocturno aumentó 9,6% por año a nivel mundial. En Chile una de las zonas más afectadas es la Región de Coquimbo, donde están los mejores cielos para la observación astronómica.

Nuestro país tiene una norma lumínica que busca prevenir la contaminación lumínica en las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo, regulando los límites de radiancia espectral, iluminancia e intensidad luminosa de fuentes emisoras de contaminación, como es el alumbrado exterior. En este contexto, recientemente la Superintendencia de Medio Ambiente informó que ha iniciado 27 procedimientos sancionatorios de los cuales el 37% es contra centros comerciales, 22% a centros deportivos o gimnasios, y 11% a proyectos inmobiliarios.

Este año, la revista The Astronomical Journal publicó un estudio desarrollado por astrónomos de la Universidad de La Serena y de Noirlab que por primera vez cuantificó el impacto de la iluminación artificial en lugares representativos de la Región de Coquimbo: el Parque Nacional Fray Jorge, el Observatorio Las Campanas, el Observatorio de Astroturismo de Collowara, y la ciudad de La Serena.

Entre los resultados se confirmó que el Parque Nacional Fray Jorge es un sitio excepcional de cielo oscuro. Pero también hay conclusiones que son preocupantes: en el Observatorio Las Campanas, donde se instalará el Telescopio Gigante de Magallanes, la iluminación artificial generó el 11% del brillo del cielo observado, con las mayores contribuciones provenientes de La Serena y Vallenar, ubicadas a a 117 y 49 kilómetros de distancia respectivamente), donde si bien el impacto aún es menor existe el riesgo inminente de que el crecimiento de las ciudades y proyectos viales podrían hacer que esta condición cambie negativamente.

Desde las universidades del Estado tenemos un rol público y social ineludible y fundamental con nuestros territorios por lo que el desarrollo de este tipo de estudios y de proyectos que aporten a enfrentar problemáticas como esta deben ser una prioridad. En tal sentido se trabaja también en la instalación de la red de sensores de contaminación lumínica más densa del mundo, en la Región de Coquimbo, con la que se podrá registrar y monitorear en tiempo real diversos lugares de la zona de manera permanente a través de la iniciativa IluminaConciencia.

Desde la academia sin duda generamos conocimiento que cambia la vida de las personas y por ello es fundamental que el trabajo que realizan los científicos vaya acompañado también de nuevas políticas públicas que permitan reducir el impacto de la actividad humana en la naturaleza.

*Rectora de la Universidad de La Serena.

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